Se hará en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de
Tenerife el 15 de septiembre con “El Cristo”, porque cubren el patio de la Sociedad y hay obras en julio y agosto.
Me interesa mucho el audiovisual que hacen.
A mí me gusta lo que permanezca, o sea
la memoria. Con diferencia soy el gran mantenedor de ella, aquí (y no solo). Igual porque eso solo lo podía hacer el que estuviera más lejano a ese mundo, en lo más profundo.Y sigo contribuyendo, por lo que voy a contar.
Curiosamente, al haber denunciado a dos abogadas al Colegio
de Abogados, que se aseguraron el oligopolio del cupo clientes de manera tan
ostensible a mi costa, una rapiña de casos total, sin
descartar medios, que rebela muy poca inteligencia, porque podían seguir
beneficiándose de la clientela que les pasaban de mi con un perfil bajo, de que “yo no he contribuido en nada para que
esto me pase, aunque me favorezca todo. Si ha sido todo sin querer ni hacer nada...”
Yo creo que el abogado lacaniano de la USO Canaria de Las
Palmas, (el que reitera y reitera, él,
que es el que más gana, y experto en clandestinidad, ojo, ¡bajo el franquismo!) -tanto el abogado lacaniano como el secretario general de USO Canarias son expertos en Lacan y en clandestinidad antifranquista- que
hace sesiones de psicoanálisis procesal,
en demanda de reconocimiento ansioso (lo
típico en quien sufre de narcisismo e inseguridad), es el que
les embarcó en esa aventura a todas luces innecesaria. Una se lo olía, de que no era práctica presentable, por lo que jugó a la lástima
infantil del amago de lloriqueo de cocodrilo por las esquinas, me lo dijeron
varias personas de buenos sentimientos, que obviamente no han ido nunca al teatro. Claro,
pero no por ello declinó de lo que creía
era una oportunidad de oro para obtener
más espacio de negocio y ganar en crédito ante el
sindicato rompedor USO Canarias.
Los abogados, aun reconociendo más de uno que no les caían bien -¡hay que conocer la tipología!-, no veían el esfuerzo
de la denuncia colegial y me di cuenta de que eran incapaces de
deslindar lo deontológico, ético y moral
del derecho procesal ordinario. Aunque saben mucho de su parcela. Fuera ya de
eso, beben algo y seguramente harán más cosas, pero que ahora no recuerdo.
Gracias al Colegio de Abogados, que me lo puso muy fácil
hice un recurso yo creo que muy estimable. Tengo la suerte de que yo juego donde nunca juega nadie. Porque tengo -siendo un escritor
y que tendrías que pasar de todo esto,
que no me interesa por sí nada- la impresión de que he escrito una
tesina de deontología abogacil. He roto con todas las prácticas, usos, pactos tácitos, distracción permanente, disolución...
A dos de estos les
mandé la tesina-recurso, que es
como mandárselo al Muro de las Lamentaciones de Jerusalén, porque van a seguir
sin entender nada, pero me limité en no
poner nada personal sino adjuntarles el trabajo sobre deontología, poniendo
“modesto apunte deontológico”. Yo creo que la corporación en sí está en contra
de estos asuntos deontológicos, exactamente: todos, menos algún inadaptado que
no sabe dónde está. ¡Entre ellos! ¡a donde vamos a llegar!
Mañana sábado he quedado con mi amigo el periodista vasco.
Antes coincidíamos mucho, le recogía en el camino y siempre acabábamos: "a ver
cuando quedamos ya sin falta", pero debe ser como yo, con las costumbres muy arraigadas. Cuando
hablábamos por teléfono, igual. Entre nosotros se produce ese vínculo de origen,
ese entendimiento previo, como si fuéramos socios de confianza. Beberemos.
A este paso voy a sacar otro libro sobre el Sáhara, en lo
que estoy muy ilusionado, antes de la presentación de Ruinas.
Este libro de arriba que estoy leyendo es de los mejores trabado
académicos de investigación que he leído, no por el tema (siempre aparece algo
que te vale para el Sáhara), que también, sino por como está hecho ¡impresionante el trabajo, las fuentes, la narración cronológica, la variedad de datos...!, debía de tomarse como
modelo de investigación. ¡Menuda autora!
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