Con Pablo en Madrid, con cita también en la Embajada
Xabi y Nagore
En Atocha,
veníamos de Barajas, nos esperaba E. -nuestro loft está en Lavapiés: cerca-,
eran más de las tres y el sol de Madrid se hendía en el asfalto con severas perpendiculares como picas, y entramos con
nuestro bartulario en un bareto
-lavapies. Tan pronto entras, detectas un montón de aspirantes a distintas
vocaciones frustradas, actores que han de hacer de gorgoritos, poetas que han
dejado los endecasílabos para escribir pancartas, gente que dejó la carrera de
piano para pasarse a la percusión con brasileiros, gente joven que se viven
como clase social, gays sin más vocación que serlo. Por cierto en el avión he
tenido una primera toma de contacto con el ambiente, a mi lado viajaban dos chicas que han
decidido confundir el lesbianismo con el
lesbinaje, con un afecto primario y zoológico. Han utilizado mi mesa, para
dejar sus tés porque una anidaba sobre la otra, se me han leído el periódico durante el viaje, mientras
releía a Heidegger.
En el
primer bareto de Lavapiés lo primero que te hiere la vista como la hoja de cuchilla de Un perro andaluz, es un
cartel de No a la guerra, ni se te ocurre preguntar si es por la de Siria o
Libi , allí están todos, como que nos
hemos metido estúpidamente en este nicho de enemigos de clase. E. nos advierte
de algo que sabemos, ese es el predominio del barrio. Pues yo prefiero a Trump
y la Yihad con diferencia. Hay prensa desconocida que no me atrevo a tocarla,
no vayan a pensar que voy a ponerme a romperla. En Tribeca tenemos de vecino
en una casa de más fuste a un clochard. XY que acaba de llegar de un antro
de peluquería y viene informada, me ha contado que el clochard es un negro
porrero y bebedor que lleva más de un año.- Que le echan pero vuelve. El sitio está muy bien y él está
estupendamente instalado, tiene las camisas colgadas de las verjas de al lado
de la puerta. Nuestro loft tiene a la vista la piedra antigua y el ladrillo,
una preciosidad de casa. Comemos en un bar y luego giramos por Lavapiés, pasamos a San
Francisco el grande, el Palacio real , el de Liria, España, Princesa y recalamos en la cervecería
de Alonso Martínez: Cruz Blanca. Como tenemos una conversación muy cosmopolita
e interesante, Blanca la amiga que nos hacemos y ya no pararemos de citar, que
está al lado me oye como me da un ataque de risa , de esos que soy incapaz de
parar, porque estoy hablando con Alfonso. Tengo que dar el teléfono, he de
pasar el móvil. Blanca se incorpora a la mesa y damos cuenta de más jarras. Me
dice que soy un intelectual , que envidia como soy capaz de reirme y que soy
un personaje, lo que le confirman. Dice que me va a dejar algo escrito y lo
hace ayer en mi artículo de El Día, ni siquiera en el blog. Nos vamos a la
terraza del Círculo de Bellas Artes y finalmente cenamos allí.
Por
cierto estándo en Cruzblanca yo llamo la atención de que pasa Xabi Alonso con
su mujer: Nagore Aramburu, que se sientan más bajo: Alonso lleva pantalones
cortos.
Al día
siguiente tenemos que ir por cosas de E al barrio de Salamanca, cruzamos todo
el Retiro. En la Cuesta Moyano no hay libros del
Sáhara Marruecos-Mauritania-Magreb. Estamos tomando unas cañas en una paralela a
Goya cerca de Velázquez, cuando yo vuelvo a llamar la atención: ¡Hostias Xabi
Alonso otra vez!, lleva el coche de su hijo pequeño, Nagore más atrás con los
mayores., E, sale, porque no los ha visto pasar y me dice que dos mayores tienen bastante
diferencia con el menor, y que Xabi otra vez con pantalones cortos. Yo había
leído que no les atraía La Finca, en cuyo exterior vive Coto matamoros, y que
querían el centro. Comemos en la plaza Colón en El Platea que fue un antiguo
cine, yo pasé hace muchos años cuansdo se celebraba un acto de Fuerza Nueva.
Volvemos a Tribeca, siesta, después libros y más caminatas, quedamos con Pablito
en la terraza del Gijón en Recoletos. Mañana a primera hora llega S. y E. tiene
que ir a nuestra Embajada americana y
el viernes Pablito para el Visado para ir el curso que viene a la UCLA. Le dice
E. podemos estar todos el año que viene en Los Ángeles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario