domingo, junio 19, 2016

El tramo final expedicionario

Donde las camareras anti heteropatriarcales pero también heteromatriarcales

El jueves comemos en la Castellana cerca de nuestra embajada, porque la cita  es a las 14,30. Es un sitio que conoce E. de yuppis, que comen ligero y consideran el alcoholun tipo de lejía o matarratas. Los hedonistas peor vistos se injieren una caña, como si lo hicieran por costumbrismo. El servicio es de predominio latino, o sea friendly, y trato de corregir el rigor puritano de la bebida. Tras la siesta en nuestro barrio de Lavapiés nos recorremos Madrid. Se trata de cenar en Chamberí, en una antigua carnicería, donde hay colas y extranjeros.
El túnel de la humillación
E. nos llama, “ya pueden venir”, estamos esperando  en un bar tradicional de clase media madrileña, afable y  dada a las conversaciones ora laborales ora vecinales. Cruzamos. Hay colas para entrar, está a reventar, los niños están al otro lado del mostrador, pero hay que pasar por debajo de ese mostrador. Mis articulaciones, mi sobrepeso, mi edad me laceran como si fuera una rata atrapada en un cepo. Disponemos de un metro cuadrado para cuatro, estamos entre el mostrador y la pared, pero es que hay gente al lado de la pared. Me dejan un taburete, digo que me voy, pero no me dejan, además solo puedo escapar por el túnel de la humillación. No es apetecible pasar nuevamente por la experiencia de rata. Traen los manjares, mínimos, yo digo que yo solo voy a tomar vino, “pero si nunca he probado nada parecido”... hacen esos comentarios abominables. Termino el vino y me pido otro, al otro lado se han puesto los niños, pero como todos estamos cerca de todos y enfrente de todos, me miran como el bebedor de Cezanne o Matisse (ahora no recuerdo). Me vuelvo a colapsar en el túnel de la humillación. Voy al servicio, y les digo me voy enfrente. Ya no se resisten. Vuelvo al bar de enfrente, me pido lo más tosco y quitahambres: pimientos verdes y me sacan una fuente y chistorras y me ponen otra fuente, y eso que me ven  solo. Amisto con un camarero ruso, Pavel. Llegan ellos y ya estoy en el gintonic.
La prueba a los taxistas
El 75% son del Madrid, el 25% del Atleti. 2ª prueba: Ramoncín o Rosendo.100% Rosendo, 0% Ramoncín. Entró al comercio   de mi amigo Faisal de Bangla Desh ya en el barrio, le digo que me llamo Embarak  Abdullah, le hago gracia. Ayer me despedí de él entrando cantando con el puño en alto la canción de las marchas  de los derechos civiles We shall overcome
Horror en el Reina Sofía
Toca más guerra civil hispana. Dos pisos de tema, vemos algo interesante, sigo acertando con los autores y hago didáctica con Duchamp y algún otro. República española por doquier: cancionero, documentales, ya hay hartazgo generalizado. Enfrente del Guernica la Pasionaria arengando, la criminal estalinista y xenófoba como nadie lo ha sido en la historia de España. Pero luego aparecen toda la banda de los cuatro: Líster, el Campesino... Vayámonos  de esta checa, no salgan los milicianos.
Terraza de altura en lavapiés
Comemos muy bien junto a la Caixa fórum. Nuestra casa es una maravilla. Salimos al atardecer. Vamos al lado del Mercado de San Fernando de nuestro barrio, a  la terraza de la Uned -esa de arriba- y una iglesia semiderruida, lo que le encantaría a Pasionaria si es que no tuvo nada que ver  en ello. Ves el cielo de Madrid y el verde de Madrid al sur, nunca hasta ahora me había fijado que Madrid básicamente es un bosque. Los camareros se dejan barbas, tienen CV cuajado de gimnasios, son diestros y conjeturas que alguno de ellos pudiera ser heterosexualpatriarcal. Las que no la son en absoluto las de donde vanos a cenar, el antiguo El Imparcial (zona Joaquín Sabina). Esas eran empíricamente enemigas de clase de los heterosexuales patriarcales y matriarcales a la vez. Llevaban cortes de marines de nuestro país. Paramos dentro del linde a tomar un gin tonic. Algunos parecen heterosexuales.  Pero sin efusiones que los heteros no acostumbran en Madrid.
Ian Gibson
Nuestro ilustre convecino
He escrito mucho y leído en nuestro domicilio de Lavapiés. Nunca he estado en mejor barrio, los asiáticos trabajan todo el día, los negros ocupan las esquinas, los castizo jubilados los bancos y hablan con los negros, los mozarabís son más espectrales, los jóvenes ya son multiculturales y mezclados, y eso da gusto. Otra España, observo que las hormonas no entienden de pigmentación y hablan un español idéntico
Vamos a por viandas al mercado del barrio para USA, es la 1 y está Ian Gibson hispanista historiador tomándose una caña, con una maleta, o viene o se va, pero es también del barrio.
Comemos en la plaza de La  Paja, no puede concentrar más alegría el bosque Madrid,  está deliciosa como otras  tardes en  la plaza del 2 de Mayo de Malasaña y otras en otros sitios. Esta es  la vez que más me he fijado en la arquitectura  de finales del XIX, tan compacta y extendida, con tanto sesgo propio, los balcones,  la piedra y el ladrillo, sí es comparable Madrid con París. Me quedo  en Santa Bárbara no en la Cruz Blanca  como mal escribí, esperando que terminen las compras, cenamos en  Conde de Xiquena, el dueño es un pijo, el sitio muy bueno, el más listo en presentir su biografía es E., la más inteligente, imaginativa y plausible, y S no, porque no es hispana.
Nos vuelven a preguntar de dónde somos, porque no nos sitúan. Lo que me hace feliz. S. conoce 57 países E. ha pasado de 30. S. ha sacado la plaza que quería en Los Ángeles, (de momento congelada, están que se salen) nos cuenta momentos de riesgo en Ruanda, Uganda y Bruselas el otro día. E me repite todos los días que podía escribir en la prensa nacional, y de mi carácter dejado, que siempre digo cosas interesantes y originales. Dice que epistemológicamente soy de izquierda como todos los que fuimos y escribimos, no ideológicamente. También comenta lo rápido que escribe sus artículos, por lo que le reconvenimos. Si hay juicios de quien me fíe son los  de él. No necesito de nadie  sin embargo para saber que mi última acometida sobre el Sáhara -este verano terminada-, sí que va a suponer una verdadera ruptura epistemológica.


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