Acabamos de dejar a los niños en la casa rural que han
alquilado para el cumpleaños. 5 vienen de la Península y otra de Inglaterra: da
clases en la mítica London School of Economics, amén de los locales. Un sitio fabuloso
la Capellanía, de ensueño, la pureza del sur no ultrajada por la
autoconstrucción.
En mis planes de viajes no figura Europa ni la mayor parte del mundo. Son muy pocos sitios los que me atraen algo. Y cuando se da una preferencia, por ejemplo Marruecos, prefiero conocer Rabat y Casablanca antes que Fez y Marraquech, o ir 10 veces a Tánger.
En mis planes de viajes no figura Europa ni la mayor parte del mundo. Son muy pocos sitios los que me atraen algo. Y cuando se da una preferencia, por ejemplo Marruecos, prefiero conocer Rabat y Casablanca antes que Fez y Marraquech, o ir 10 veces a Tánger.
Tan esto así, que la semana que viene cruzaré la frontera,
que ya no hay, entre España y Francia, país vasco de uno y país vasco de otro:
Bayona; Biarritz y San Juan de Luz. Quieren ir mis hijos norteamericanos.
Mi penetración en Europa se limitará a unos 30 km.
Mi espacio mítico desde niño a entrada la treintena era el
País vasco francés y la zona próxima española. Viniendo de París llegabas a Bayona y me daban ganas de quedarme
allí como árbol, seto, teja, piedra, pared de frontón… era un fundamentalista
vasco y un esencialista del ser característico incluso inanimado: ha llovido
muchísimo desde entonces. Aquel fundamentalista emocional se extinguió completamente.
Nada vasco me emociona, aunque algunas canciones me suben, pero no me
emocionan. Hace años oyendo la txalaparta y viendo `paisajes, me decía XY: te
tienes que emocionar. No.
En enero de 1980 una tarde noche lluviosa entramos en el
claustro de la catedral de Bayona XY, Ander y yo. Un sacerdote nos dijo en euskera Denbora txarra (¡mal tiempo) y se puso a hablar con Ander. Luego
fuimos a la calle P------, entre el Adour y el Nive que confluyen en Bayona,
lleno de bares vascos (españoles) y de refugiados terroristas. Aún no existía
el GAL y campaban como por el Casco viejo bilbaíno o donostiarra. Entramos en
un bar que estaba lleno de humo y refugiados, que nos miraron con una
hostilidad infinita, cosa que en algunos actos “en la otra parte” en la Transición
no pasaba. Se nos acercaban en plan intimidante. Ander pidió las consumiciones
en euskera, que no sirvió para rebajar la tensión. Éramos perturbadores,
foráneos, policías, para policiales, o turistas u observadores no
comprometidos. No sé el grado en que estarían muchos de aquellos, igual muy poco.
Enseguida nos fuimos, y cogimos el autobús de vuelta para San Sebastián.
A Ander le había conocido en Sevilla, estudiaban una carrera
técnica superior que tiene que ver con
el arte (escribo así porque no quiero reconstruir la historia de nadie aunque
sea parcialmente). Nos hicimos enseguida muy amigos. Yo servía a la patria,
íbamos al barrio de los Remedios a ligar y beber, o sea solo a beber, que era
un hervidero de Fuerza Nueva, correas de reloj y cinturones con la bandera de España, brillantina y
encrespamiento nuca (que no era el tiro en). Teníamos la paranoia victimista
vasca: que no nos reconozcan el acento que esto es territorio comanche.
Después de San Sebastián donde yo fui varias veces a casa de
ellos, con XY también, nuestra amistad se hizo mayor y compartida. Era muy
divertido, supergeneroso –sus hermanos dominaban parte de la noche de Donosti- muy
creativo, ocurrente, afectuoso, con chispa, muy pícaro. Curiosamente otro amigo
de ese mismo recorrido, que alababa también la creatividad de Ander es el que se hizo un profesional totalmente triunfador y
famoso. Habíamos apostado al revés.
Ya en Tenerife se había perdido el contacto pero no el buen
recuerdo, el celebrar haber tenido amigos que te habían gustado mucho. Diez años después
o así, le digo a XY: han detenido a un comando
y está Ander. ¿Seguro? Sí, todo coincide. Me dice: ha tenido que ser por
algo romántico: una chica, o si no dejar su casa, llevarles o traerles, hacer
algo para ellos…
Ander se ha pasado en la cárcel 8 ó 10 años. Seguro que
mucho más que aquellos de la calle P---- de Bayona. Lo curioso es que ni en
Sevilla ni en Donosti hablamos del tema de la liberación nacional vasca o de luchas revolucionarias, de lo que que yo
siempre estaba hablando como una cotorra
majadera. Pasaba olímpicamente. Era vasquista sin más, y le interesaba
lógicamente el arte. No puedo guardar mejor recuerdo de él. En Bayona le
evocaremos, sin duda.
5 comentarios:
Le cuento el contenido de este post a XY y me dice que se acuerda de aquel día como si fuera hoy. Que Ander se partía de risa conmigo y yo con él, que nos caíamos genial, que me llevaba con el que mejor, y que había muchísimo feeling entre los dos, que era majo, dispuesto, amable.... que merecía haber tenido continuidad la relación. El historial militante de Ander, lo he mirado bien, no fue tan innocuo
Hay dos frases para la eternidad, que llevo repitiéndolas décadas, que son de Ander: "Vasco finish, esto se ha acabado". Me acuerdo donde me lo contó la primera vez. Luego le pedía que me lo volviera a contar. Al parecer estaba de madrugada con otro vasco en Sevilla y contactaron al final con unos locales, que les tomaron por muy extraños, para dirigirse así.
La otra es de Las Palmas donde comenzó la carrera y el guagüero decía "agárrense que nos vamos", en perfecto canario, cuando yo decía que no iría nunca, faltaban pocos meses para que me revocara.
De la forma más bonita que me han llamado: Lohizun, que es parte de San juan de luz en euskera, se lo debo a Ander. Cuando fantaseo sobre mi, que es como mirarse en el espejo e increparse siempre me sale Lohizun. Es como me llamaban ellos y me sigo llamando yo a mí, y nadie más que yo.
A Ander le amplié un poco su nombre también, según la última metodología del euskera de entonces, en el que salía un Ander.
Hace un momento le digo a XY: me pasé todo el día de ayer acordándome de Ander.
Cuidado que era gracioso, le digo. Muy protector, supongo que porque yo era una jovencita, simpatiquísimo y cariñosísimo.
-"Vasco, finish, esto se ha acabado", me sale.
- No me acordaba que fuera de aquella época. Lo que significa que me lo ha oído miles veces.
estando en San Sebastián meses después del viaje a Bayona, fuimos un anoche al velódromo de Anoeta a una "gau pasa" que eran fiestas vascas que duraban toda la noche de exaltación insurreccional, eran grupos vascos y no sé si bretones. El ambiente como en todas no podía ser más levantisco.
Allí nos encontramos con un pelotari (frontón), amigo de Ander y que había conocido en Sevilla, creo que como yo hacia la mili. Ander y él iban en Sevilla a jugar a un frontón.
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