Me sabe decir que acabo de terminar las casi 300 páginas de
"Padres e hijos" de Ivan Turguèniev. La anterior narrativa leída fue del británico
Julian Barnes: dos paradigmas no literarios sólo, sino culturales en su sentido
más hondo y amplio. Es sobre literatura quizá uno de los terrenos donde más
fácil resulta oír o leer las idioteces
más simples.
Últimamente me fijo en los libros que decido comprar, por
las regularidades que he observado en ello. Quizá después de que por mis trabajos
buscaba exhaustivamente libros que me pudieran alumbrar, como antes autores que
buscaba con igual espíritu, ahora no hay previsión.
En una librería he encontrado un libro de Mohamed Chukri,
tangerino e inmenso. Acababa de leer en el libro “De Tánger al Nilo” de
Valenzuela, cosas de él. Encontré su rastro en Tánger en varios sitios.
En otra librería la revolución permanente de Trotski (textos) y de Bujarin y Zinoviev, de un
italiano profesoral. Otra vez Rusia, seguimos allí.
Le estaba esperando a mi hermano en el Corte Inglés (sección
bar) y como al parecer las librerías ya no te dan bolsas con sus nombres y anagramas , sino
las mismas de las gasolineras para el periódico, que medio se transparentan,
cuando ha visto el título se ha llevado las manos a la cabeza y me ha dicho
que, dada mi edad, estoy en plena regresión adolescente.
Con el intelectual Trotski, tampoco he podido, como no pude
en su día, aunque conozca su teoría. Creía que estaba leyendo a Bujarin, que me
estaba gustando mucho, cuando he descubierto que lo que estaba precisamente
leyendo no era de Bujarin sino de Zinoviev. Para los más ignorantes: los tres
de la Vieja Guardia fueron abatidos por otro bolchevique: Stalin.
Me ha llamdo la atención algo que tenía olvidado y eran la
importancia exacta del campesinado (con todos sus matices) para el leninismo, y
la revolución mundial con sus revoluciones nacionales. La importancia de las expectativas asiáticas
en relación a las europeas languidecentes.
Tenía más fresco el maoísmo. La antigua tríada
marxismo-leninismo-pensamiento Mao-Tse-tung tenía mucho sentido.
Turguéniev también va del campesinado aunque más concreto y
embrutecido, sino lean lo que dice Bezarov.
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