Me han llamado la atención los comentarios vertidos sobre
Isaac de Vega con motivo de su muerte. He
visto reproducidas dos definiciones de
su obra muy socorridas: hermetismo y metafísica, dos amuletos de la suerte con
los que despacharle rápido a esas
instancias gaseosas tan oportunas para el archivo del expediente.
Los dos vienen a terminar justo cuando empiezan, en el acto de nombrar, de abrir el horizonte o ventana lo cierran mientras se puede oír brevemente una percusión
de fondo que pronto también cesa.
A los de la escuela
de la hermenéutica de la metafísica les
preguntaría: ¿Cuáles son los postulados, las proposiciones metafísicas que defiende Isaac de Vega: quizá todo un
sistema filosófico o tal vez unas tesis morales, psicológicas, de la naturaleza…
enhebradas a un pensamiento imperioso y denso, o un mero “más allá”?
A los de exégesis hermética, aparte de que Fetasa no sea nada o una compañía eléctrica mejicana, oponerles
que eso no comporta que sea un
hermetismo en absoluto. Si se imputa a Fetasa /Isaac de Vega hermetismo habrá que
decir a continuación cuál es ese, es
decir qué saber, la gnosis transmitida,
compartida, qué simbólica, tradición o ritual,
con que corrientes de saberes “herméticos” emparenta, que sin duda habría de ocurrir.
No sé cuál de las dos escuelas es más desafortunada y perezosa,
si la que adscribe a Isaac de Vega a una
metafísica suponemos solar, eidética,
ascensional o los que le sumergen en una gnosis, un conocimiento
subterráneo continuado bajo muy diferentes formas pero siempre fluente.
Me temo que Isaac de Vega es bastante más que metafísico o hermético, me parece un caso excepcional de nihilismo, que es algo que se podría fundamentar y desarrollar.
Seguramente el primer y quizá el único gran nihilista canario, todo parece
avalarlo, cosa que igual no sean el resto de los fetasianos.
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