No hay otro acceso al mundo que el sensible, el que aprehendemos
por nuestros sentidos -si no cito mal a John Locke-: externos, las sensaciones
simples o primarias. Lo inteligible se ha sumido en el desprestigio, está desautorizado. Lo que atenta frontalmente contra el platonismo. El
esfuerzo racional y la claridad argumental han pasado a ser astrología. Todo casa. Las relaciones de oposición, las
antinomias se han decantado hacía el polo en el
que se unifican.
Lo racional ha sido triturado por la estética y la moral. El
ejemplo lo tenemos en Zapatero, sus hijas y el pueblo que pastoreó. Se puso en devoción
la afectación, la demostración permanente de buena voluntad y el afán de diálogo
como panacea infalible, cosas muy simples pero teatrales, las actitudes voluntariosas inanes, la ausencia
de responsabilidad suplantado por lo lacrimal y compungido. Los resultados no contaban si
había habido buena intención. Era como para acabar con la civilización.
Lo más repelente de todos ellos es que creían que iban a
inventar el mundo y desterrar todas las atrocidades. Pensaban estúpidamente que
todos los desacuerdos y conflictos eran producto de malentendidos. Formulaban
estas ideas peregrinas y estúpidas cuando Yugoslavia era un inmenso campo de
violaciones y masacres, como si la historia pudiera virarse en seco con un
aliño de buenos deseos y sonrisa beocia.
Habían tenido además el presente del nazismo y el comunismo en sus
padres. Los sonrientes mezquinos, los Hare krishna del consumismo rapaz, los
autómatas de los centros comerciales iban a darle la vuelta. Los idiotas son
más peligrosos que los canallas y viles.
Tras el desahogo y cierto rencor, indicar que me he vuelto
adepto de la realidad sensible y el registro notarial de acontecimientos. Abajo
está la foto del Oliver, estas son de los Reunidos a donde prácticamente solo
vamos extranjeros. Los 3 niños en EE.UU. y otro por U.K. Esperancita llega el
miércoles a Washington, y provisionalmente se hospedará en Columbia Heigts, un
barrio multicultural. Como todos los de aquí.
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