Vamos a un cumpleaños, a un 50 cumpleaños que el hijo ha
organizado a la madre, una fiesta sorpresa. Por una vez llegamos antes que la
homenajeada. Saludo a una política, (diputada) y a un abogado. Cruzo frases, y me sitúo con dos doctores. Estamos en la
calle la Noria, en el Boulan, el que desde Los Reunidos los lunes parece que ha
cerrado por la crisis. Pero ese es el día de descanso. Subimos a cenar a la terraza. Todo el mundo dice que
bonito está el TEA, menos yo. Parece una boda y yo me ubico al extremo con un
doctor. Me paso toda la cena hablando, preguntando más bien, de enfermedades.
Es un estudioso, me confirma que no hay especialidad inocua.
Me hallo como una persona normal, que se desenvuelve como puede. Con el resto nos
escrutamos y mantengo distancias. Con lo que me gusta hablar con extraños de
noche, como es un evento, para mí es
como si fuera algo oficial, y actúo como alguien en posesión de rasgos
sociópatas. Hay copas tras la cena y empiezan a afluir los jóvenes, Es como la
floración de los cerezos del Valle del Jerte que anuncia la primavera. ¡Qué
chicas! No recordaba que existía ese mundo con tanta realidad sugestiva,
embriagadora. No me siento ni mayor ni joven, sino eterno. El doctor se ha ido
–es muy preventivo-, es de costumbres fijas y muy ordenadas. No sé cómo
resultará la vida desde esa atalaya. Solo tengo medio interlocutor ahora, pero
es muy forzado. Las relaciones normales me resultan siempre muy dificultosas,
por lo que me dedico al avistamiento. XY se está metiendo unos gin tónic de
gran rentabilidad, porque no para de bailar, parece que le haya tocado la lotería.
El paisaje es de notable calidad, mejor que el TEA. Hay una
rubia espectacular de 1,80 m, el pelo recogido, con todo el cuello para ser
besado a 360º. Las piernas son dos columnas de Bernini, que pueden ser observadas
en un 90%. Al lado tiene a un tipo alto con pinta de rico, algo fondón, que a
la rubia no le desagrada nada, pero él no acusa la disponibilidad. Cuando era
como para proponerle ir a los servicios, ya. Como será que aparece un inferior, de 1,65m y
al pasar le hace un tocamiento en la
cintura a la rubia, que parece padecer una enfermedad medular, porque como si
le tocaran a la de al lado. El de 1,65m, que parece no enterarse de nada,
realiza otra pasada y hace unas rápidas contracciones de dedos en su cintura.
Ahora sí, la rubia ejecuta un giro de 180º , dibuja un escorzo al descender a la altura
de 1,65m y le abraza como a un primo. Para que el que tiene pinta de rico lo
vea. 1.65 m se va por donde ha venido. En el mismo ángulo tengo a otra rubia
que desde la cadera al pecho va al descubierto, que sabe que aunque aparentemente
pase desapercibida pronto en el fluir del alcohol suscitara miradas y acciones de deseo. Se nota que la noche le está yendo algo retrasada. Le falta la
voluptuosidad tipo remolino y mareo de la primera rubia. Hay una morena que
tiene un vestido rosa muy vaporoso, como de romana pasada por Chicago. Supongo que espera que se
le acerque un tío con la carrera de piano en curso y -que-le-haga-reír-, conforme al máximo ideal femenino. Cualquiera de esos del piano,
le ve bailar, y le compra flores, que es lo que a ella le gustaría. Las camareras
son todas de sobresaliente y van vestidas lo justo. Todo el rato pensaba: esto
debe ser Ibiza. De vez en cuando se me
acerca XY con sus gin tonic para decirme señalando los árboles “mira qué magnolios
y qué flamboyanos, qué bonito, como el
día”.
Al cabo le digo a XY “vámonos a Los Reunidos a tomarnos otra copa, son las 2.30 además”
Bajamos y más mujerío, parecen las huríes del paraíso, por lo que me entran ganas de inmolarme.
Saludamos a los del bar, y me paso a la cerveza.
-La rubia tenía dos piernas como columnas pero de cara no
estaba tan buena- me dice XY
-¿Quién? ah sí-
1 comentario:
1
¿Había mujeres a tutiplén?
¡Mal hermano!
Tendría que haber invitado al escritor ágrafo que además sabe tocar el piano.
2
Mañana devuelvo al TEA "CRÓNICAS DE JERUSALEN" cómic del autor canadiense Guy Delisle. Signatura: C DEL cro.
Recomendable para los pro (y los anti) EstadodeIsrael.
Salu2, EDH.
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