Bilbao nos deparó muy mal tiempo y mucho hospital. El hospital, un ex-sanatorio, se alza sobre la ladera de uno de los montes que anillan Bilbao. Sin ninguna razón concreta ahora compro libros de autores rusos clásicos, pequeños. Fui con Chejov y regresé con Tolstoy y Turgéniev, el que acuñó el término intelligentsia.
El sábado al coger el autobús para bajar a Bilbao, el chófer, un fenotipo local, tenía una emisora sudamericana a todo tren, con una canción tan linda, y unas letras tan sentimentales y embriagadoras que me pareció que el alma rusa estaba emparentada con la portorriqueña y venezolana. Como de la canción de letra tan sugestiva no conocía a su autor, le pedí su nombre al chofer, que ni corto ni perezoso sacó su guasa-hop! y me localizó al autor, de lo que tomé nota como si fuera un detective y hubiera encontrado el hilo del que tirar.
Pero también encontré a Chaves Nogales -el periodismo literario con sus míticos maestros, me parece una literatura imprescindible- que es otro santón de ese periodismo y un hombre que en épocas muy dificiles de muchísma presión mantuvo posiciones muy decentes, y gran exponente de la Tercera España.
Palabra decente que es una categoría esencial en las ciencias sociales, en base a la cual se articulan los paradigmas de las conductas sociales y públicas. Incluso las teorías sociales y autores como John Rawls y su teoría de la justicia, Apel y Habermas confieren a la decencia el gran criterio axiológico que debe presidir cualquier comunidad ideal de convivencia.
Dentro de poco sale mi segundo libro sobre el Sáhara, especulaba con una trilogía, pero me parece que este último es definitivo, ya que deja poco resquicio a una eventual continuidad.
Bien, el libro de Chaves Nogales corresponde a su estadía en Sidi Ifni en 1934, cuando España recibe de Marruecos ese territorio en compensación del viejo torre factoría de Santa Cruz de Mar Pequeña y pasa a ocuparlo de aquella manera.
Aquí aparece un dato sumamente interesante que desconocía -la bibliografía del Sáhara lo ignora por completo- y es que los nómadas del desierto - en palabras de hoy: Saharauis- hostigaban a los ait bamaran, ait el jons, ait lahsen para arrebatarles pastos para sus rebaños y lo que `pillaran, emprendiendo también las temibles gazzis. Se adentraban hasta el Nun y subían al Sus,
Digamos que era un espacio común de desplazamientos, vida y economía.
Estaban muy relacionados y compartían a buenas o malas pastos, ganados, pillaje...Muy interesante, lástima no ser yo quien hubiera ofrecido ese dato en mis libros del Sáhara, en la bibliografía de hoy.
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