martes, octubre 30, 2012

Días de viajes, Bilbao, Washington

- ¿Tú no serás abertzale?... bueno...- me dice la chica joven. Llevamos mucho rato hablando. Esta tarde  en el Complejo, la primera es de Bilbao y la última también. No del Centro de Bilbao, como en los chistes, sino de la margen izquierda.
Le cuento mi vida y la de Bilbao.
Por primera vez en mi existencia voy a Bilbao a un hotel, lo que es  más absurdo de lo que pueda parecer. Me he tirado media mañana en casa de Fer buscando billetes.
-No sé que le pasa pero se bloquea- dice Fer. Encontramos super oferta en el hotel Ercilla, el de más vidilla de la Villa.
- Os saco este- añade Fer.
- ¿Oye no pagaré dos viajes porque has sacado dos?- le digo.
-No,  a la tarde voy con XY al Corte Inglés, y les digo cual tienen que sacar, porque se me bloquean las reservas.
Llego a casa y encuentro que el bloqueo era billete sacado. Doy gracias a la Providencia que no haya bloqueado el del Hotel Ercilla. Ha sido un milagro pues también casi se había bloqueado. Luego me recordaría XY como  en un viaje de los  dos a Mijas pagaron dos billetes. "A ese no se le puede dejar sacar ningún billete, porque los saca duplicados" comenta. 
 El hotel está en el centro de Bilbao y me conozco todas las casas de la calle, y le digo a Fer: "en esa calle no hay ninguna casa nueva. Será algún pensionado transformado en medio hotel". Pero el hotel es nuevo y está en una esquina.
Reconozco esa esquina, fue zona  mía, y justo ahí había unos cines y una sociedad filarmónica, que han dado paso al hotel. Va a ser una especie de psiconálisis, en un momento además bastante ad hoc. Allí con 4, 5 o 6 años pasé tardes de una  una semana santa en la que mis padres habían ido a París abandonando a sus hijos. Eran parientes lejanos protegidos por mis tíos maternos. Mi única experiencia de lo sagrado la tuve en la cocina de aquella casa el día de viernes santo en que  reviví la muerte de Cristo a las 3 de la tarde como si volviera a ocurrir  la Crucifixión, y me pareció que los cielos se volvían  nazarenos. Nunca más tuve experiencia de lo sagrado,  a pesar de  intentarlo. Igual me vuelve a pasar, que vaya a  hotel en mi ciudad natal y encima donde el abandono de hace casi un siglo, cuando voy a ver a mi madre.

El domingo correo desde Las Vegas. "Nos quedamos aquí, no hay vuelos por el huracán". Habían ido a una boda.
XY le contesta "es obra del destino, que ha puesto el huracán para  que aprovechéis para casaros".  Yo le mando manuscrito del Sáhara II y termino "feliz boda"
"Estáis hechos los dos unos personajes, pero no va haber boda"- contesta.
Al día siguiente escribo "por donde andaís ¿casaron?"
Respuesta "veo que os habéis preocupado mucho por el huracán y vuelos pendientes"
Martes  tarde "estamos en Chicago en casa de los padres de S y ahora vamos al cine, mañana llegamos a Washington, donde no se ha trabajado estos días".

2 comentarios:

Jesús M. Pérez dijo...

Saludos desde la Gran Vía de Bilbao. Ya te contaré a la vuelta.

José María Lizundia Zamalloa dijo...

Estás por allí acaso, mañana llegamos.