He conseguido crear mi muro en feisby, todo para colocar mis columnas en prensa como seguidor mío no más, sabiendo como sé que lo que prestigia es que no te sigan.
Cuando salió fesiby supe, a las pruebas era fácil remitirse, que sacaba lo peor de cada cual, en casos excepcionales quizá no, pero en ningún caso nada que fuera bueno y logrado, con feisby a lo que más se puede aspirar es a no empeorar mucho la propia imagen, el top: quedar como estábamos.
Mi máxima sorpresa ha sido ver el desfile de posibles amigos míos, no les reconocía, eran la gran mayoría no ya potenciales amigos sino acendrados enemigos en acto de mi fase negra sindical. Qué sujetos, a base de ponerlos a desfilar muchas veces los iba reconociendo. Lo que tenía completamente velado y creía yo que convertido en cenizas esparcidas aparecía allí. Todos felizmente olvidados...y ahora ¡resurrectos!
O absolutamente anodinos y archivados o enemigos de clase.
He estado fisgando a loa que no reunían ese baldón, y me he visto otra vez en sociedad. Me ha entrado uno y le he dado el placet.
Es inconmensurable apreciar dos tipos de especies, los que ocultan amigos y datos pero se ponen finos de fotos de ellos mismos, y los normales, que no quitan nada. Entre los primeros los normativistas, preventivos, privatistas, administrativistas que están al día del BOE y los debates más estultos. Entre estos los señores advocats, que saben de leyes y tienen opiniones tipo decretos, o recomendaciones generales. Con ellos el lumpen sindical.
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