domingo, noviembre 26, 2017

Santa Cruz, la ciudad dinámica y alegre

De las mejores cosas dichas sobre mí que mas  me han gustado (suponiendo que no sea la única proferida) la dijo XY: Al final eres un baskisch que viniste a  Canarias y te  hiciste africanista.
No me iba hacer godo-fiesta-mago (tan acumulativamente desangelados), con  todo mis respetos  a las etnicidades.
Mañana me da su nuevo libro mi amigo el Rapsoda. 8.30 en Los Reunidos
Lo presenta el día  22 del mes próximo, pensaba irrumpir,  pero estaré fuera. Lástima.
Leí con mucha comprensión que Santa Cruz era una de las ciudades más feas de España. Miré  a sus acompañantes en el listado del oprobio  y al encontrar a Eibar y Algeciras, pensé que era una lista realizada conforme a parámetros muy científicos. He pasado este año por esas dos ciudades. Eibar la sobrevolé en marzo, se sobrevuela literalmente ya que si hubiera que atravesarla habría que utilizar ascensores mineros, para poder alcanzar el fondo. Hace  años fui del pueblo de la costa de veraneo a Loyola, me  dio por los Jesuitas. Había estado con ellos aunque mutuamente muy desinteresados.  Uno de mis  humildes experiencias es haber  realizado los famosos  ejercicios espirituales   de S. Ignacio. Como siempre sin creérmelos. Vuelvo  al  viaje, de regreso atravesé Eibar por curiosidad –un  amigo mío de juventud vivió allí-, en la sima, el tráfico y el calor guillotinaban. También he estado este año en Algeciras. A la ida a Marruecos buscando un Santander pasé por el mercado, ominoso como toda la ciudad,  a la  vuelta perdí el autobús de Cádiz por mi  torpeza y tuve que esperar aún más. Hace años dormimos en la Línea de la Concepción, para protesta encendida de E. Veníamos de Tánger. Me acuerdo de todo lo que hice en secuencia cronológica detallada. Avistamos algún yonqui y la calle central rezumaba mucho ambiente, sociabilidad y contento de la vida claramente andalusí. Es un lugar donde podría vivir tranquilamente feliz. Además es la patria  de Andy y Lucas. Que creo  que  es con lo  que asociaba  E. la ciudad, Cuando  vi por primera vez a Melendi  con sus rastas y tatuajes  lo ubiqué en La Línea. Luego resultó astur de todo asturianismo.
Esta mañana después de muchos meses he bajado en domingo a la ciudad marcada de deshonra. He bajado haciendo slalom gigante, para poder computar 12 kilómetros. Ando como un burro viejo. No soy quien fui, pero soy muy dado a los excesos y me encantan  los extremos, para hacerlo  moderado no lo hago,  lisa y llanamente así. He dado la vuelta por el perímetro del Palmetum y solo me he cruzado con un par de extranjeros de mi edad. Finalmente he recalado en el Atlántico. Mi  vida discurre fuera de casa  únicamente  en Los Reunidos, todos los lunes que es cuando bajo caminando a la ciudad.  Ayer saliendo de Mercadona vi encenderse  la gasolina, no había puesto gasolina desde antes de verano o por ahí, no salgo, no uso el coche, los lunes  bajo caminando. Mi visión de Santa Cruz ha de estar diluida, evitada, solo voy donde me gusta ir: Los Reunidos  y el Oliver que por una cosa u otra no es mensual. Otra vez aplazado el encuentro.
A mí ni se me ocurre bajar a Santa Cruz a dar una vuelta o a caminar. Posee todo mi absoluto desinterés como ha sido siempre. Bajo poco y  a gusto por las citas. Más que fea, bonita no es en absoluto, es de  ganga y baratillo, siempre sugiere aluminosis. El centro parecía un barrio de mi ciudad. Cuando conocí Santa  Cruz, solo  me gustaban sitios muy  concretos. Es barata, dolientemente anodina, sin carácter, sin tono, chispa, respiración, de forma que tampoco tiene nada medio patético, repelente, crudo  que pudiera  interesar. Es el amorfismo de laboratorio, el vacío de Gauss.
Es una ciudad en la que no hay nada que escuchar,  jamás tienes  que poner la oreja porque   es imposible oír que se diga algo, de lo que sea; ya lo del humor o su absoluta ausencia es algo de muy antiguo descubierto. Es el gran endemismo.  Lógicamente con este acervo, es, ha de ser  con  mucho la primera ciudad de España en aburrida. XY no se cansa de repetirlo. Ginebra con Calvino sería una fiesta continuada. Aburriría hasta a Calvino. Cuando se haga la lista nadie le disputaré  el último escalón del podio. Sin venir a cuenta, por otra  frustración, lo seguimos comentando  

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