Ayer hablando con Gaviño para otra cosa me pidió mi
currículo. Miré en el ordenador y encontré uno de esos para solapa de libro. Lo
que tenía que hacer era uno minucioso, y no tenía,
claro.
Me puse a hacerlo y como tengo en un archivador mis recortes
de prensa, comencé a mirar todo lo que me podía valer. Tenían que estar firmados.
Busqué modelos, por ejemplo de Wikipedia, linkedin y lo iba haciendo, pasada
media tarde podré leer, pensaba. Siempre me dejaba algo, había repasado el
archivero y creía no quedar más, pues si me había dejado. Y aparecía lo que
estaba buscando y otras cosas por donde ya había mirado. Luego tenía que sustentar
referencias con las direcciones de la red. Estuve hasta al once y he acabé a
la mañana siguiente.
Es un CV muy honroso. Es casi como el de los profesores de Universidad,
sí, en mi caso con varias universidades e institutos extranjeros de mucha
altura. Algo inaudito. Gaviño me había dicho: no lo rellenes con tonterías que canta mucho. No
tengo que meter paja (que fui tertuliano, jurado una vez, revistas menores), hay material suficiente.
Mucho.
Del CV no se puede deducir que yo tuviera profesión, sino
es al comienzo. Al momento de empezar ya
ha acabado. Bueno, ahora que pienso no es tan drástico como a mí me gustaría,
ya que hay dos referencias a revistas concernientes (2) y a Web Concerniente (1) a profesión- pequeña filigrana. Le mandé el CV al necio –ayer me sacó de quicio, es como un aparato hidráulico
que se mueve a golpe de pistón con rutina mecánica, y si tales cosas tuvieran
que ver: pistón e hidráulica- y el necio me dijo que estaba incorrecto CV
porque no puse Sr Advocat, un término corrosivo que me procura placer.
Es muy revelador, tanto como una placa, se ve todo lo que me ha atraído e importado en la
vida. Faltan partes que mejor no estén. Lo mismo me gustaría decir de algún libro.
Disfruté haciendo el currículo. Tiene trazas académicas no
ya por los cuatro folios enteros a letra pequeña, sino por instituciones y referencias. Aparecen distintos idiomas en diversos apartados Es lo más curioso e impropio.
Alguien me dijo y no hace tanto que yo no tenía ninguna pinta de ser Sr Advocat, como psicológica y moralmente.
No había querido ver (no me interesa ver: porque a ver qué haces, a quien se lo
explicas) esa incompatibilidad. Con lo académico me pasa parecido. A mí me
gusta saber, sin que se me oculte, cito a Foucault, que saber es poder, que no
tiene nada que ver con aprender lo que otros te enseñen. O las lecturas
espontáneas interesadas con los estudios
reglados y normativos. Lo que no quiere decir que yo no escuche con los ojos
abiertos a la gente que sabe. Me han influido muchísimo más unos pocos amigos por
lo que aprendí de ellos, no tanto directamente como por los caminos a los que me indujeron
a transitar, que todos los profesores. Que directamente ni uno existió para mí. No
tengo nada que decir de ellos ni bueno ni malo. Siempre me mantuve distante y
hostil, la vía regía para caer bien y poder ser enchufado. No hubo ni un solo caso de flaqueza por parte de ellos. Hombre, no era lejano e incómodo, con algunos, no, con todos sin excepción.
Por eso el currículo resulta tan espectacular.
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