Un libro y autor abyectos, de un trasnochado, dogmático, ignorante, fuera del tiempo y el mundo
Me encontraba ayer en la gran librería de la cota 600,
hablando con el gran filósofo/autoridad
de esa Facultad. Iba acarterado y profesoral.
-Al parecer no te has jubilado -le espeté- señalando la cartera.
- Sí, pero ya sabes: esto nunca se deja-. Pensé para mí.
Serás tú, que yo: ya, ya, jo, jo. Pregunto por profesores y por el filósofo vasco. Gran
amigo mío, que me manda postales vascongadas, llama por teléfono si pasa por mi ciudad, pero no
quedamos por si le vuelvo a provocar. Le
puedo sacar de quicio. Dice a un amigo de esa librería, el intermediario por el
que le mando mensajes, que estamos en
guerra fría, y que se ríe. A colación, los amigos que más me hacen reír son: Gaviño,
totalmente top, él, mi hermano y Al.
El filósofo sabio, tipo Sócrates o Kant, me dice que él y mi
amigo baskisch llevan un seminario o algo así sobre Heidegger. Sí,-le digo- la
conversión del baskisch ha sido reciente ¿no? Pero intensa-. Me lo confirma. Y
Heidegger para arriba y Heidegger para abajo. Están ungidos por la gracia de
presocráticos y siguientes, ¡qué barbaridad! Mientras hablo y escucho estoy
pensando para mí: aunque de joven jamás me plantee estudiar filosofía y letras,
no estaba equivocado, porque qué devoción, dios santo. Estos ni ven pornografía.
Este legendario periodista, editor de Die Fackel en la Viena del primer tercio del Sxx, es un autor famoso por satírico, polemista y no casarse con nadie. Me debería gustar, otro intento.Nada
Resulta que todos (todos son todos) los filósofos algo
mayores que yo que conozco, todos fueron extraídos de seminarios o conventos,
como la gravilla de las canteras.
Seguimos en la librería, aparece un godopeninsular que
conozco. No deja de mirarme. Le digo al filósofo, he de irme. Tengo prisa,
quiero llegar antes de la 1 a casa para
poder aparcar en la puerta.
En los estantes de la escalera están los libros del Sáhara,
Magreb, África y yo necesito utillaje. Los tengo todos, menos uno sobre la
agricultura africana, que dudo en comprar.
El godo peninsular me dice:
-Te iba a preguntar si eras de la
librería, pero he pensado, que va, si tú eres abogado.
-Te equivocas. No soy un Sr Advocat, lo fui, se acabó, soy
jubilado.
-Pues estás muy joven.
-Tampoco estoy muy joven. Visto como un joven ¿o no lo ves?
La verdad es que toda la ropa que uso está en una silla, al
armario ni voy. Solo me pongo sudaderas que las voy alternando. Como llevo
zapatillas y mis desplazamientos son mínimos, tampoco uso calcetines. El lunes
pasado en Los Reunidos me dijo Belén que la única ropa que uso son dos
sudaderas. Tengo más. Pero bajo las que llevan leyenda en el pecho.
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