miércoles, octubre 05, 2016

E. con Hillary Clinton/ el valor de Las ruinas del sindicalismo

Eguiar  ayer en mitin de Hillary Clinton
Hillary Clinton ayer en Washington
Mi hermano en el Oliver el sábado
EDH me comenta el sábado en el Oliver que ha vuelto a prestar Las ruinas del sindicalismo, y si el primero le  dijo que era brutal, que es como lo califique en un primer momento,  el segundo sostiene  que no hablo de sindicalismo  (se referirá a manuales, revistas, ponencias sindicales,  normas para hacer representantes sindicales, a todo ese mundo apasionante)   y que no doy oportunidad a los que describo que respondan. Como se habrá adivinado se trata de un sindicalista,  ahora sectorial pero procedente de uno de “clase”. Estos pobres sindicalistas no distinguen libros (de lo que leen) crítica y análisis (de lo que lo han practicado), de reuniones (su protección ante el mundo, la proyección de sus yo), donde se sienten como abogados y  economistas juntos, muy  importantes y se responden animadamente. Si bien este sindicalista se lo leyó de corrido.
En realidad mi libro es el más importante sobre  sindicalismo que se ha escrito en España.  La importancia de mi libro se resume en un análisis y crítica jamás realizadas y desde un punto de vista absolutamente singular, tan irrepetible como que hubiera alguien más  como yo dentro. Nadie había establecido  que los sindicatos  no tienen programas que cumplir o incumplir (no tienen que dar cuentas de nada), ni social ni para las empresas, que carecen de cualquier tipo de objetivos o  metas, que es el único ámbito de total irresponsabilidad, que no existen, no hay,  las ideas sindicales como hay ideas políticas. Que los sindicatos no se distinguen entre ellos y que su juego en  las empresas se reduce a intercambiarse el papel de radicales y conciliadores. Pasan por las dos fases los mismos. Nadie les había fijado tampoco un canon mitológico, que es el mito de Sísifo, como mecanismo simbólico de anclaje definitorio: la repetición de subida y caída de la piedra/ IPC indefinidamente. Tampoco se les había parangonado actualmente  con el izquierdismo y la lucha política e ideológica. Omitida también estaba   la historia  y evolución del obrerismo y laboralismo desde el punto de vista simbólico y sociológico cultural. Nunca ha habido dentro del sindicalismo un enquiste cultural, moral, intelectual, político, existencial y formativo como el mio, ni parecido. No había otro que lo pudiera escribir, y aparte tengo una historia personal que contar. No se ha escrito nada similar.
Descubro  el elemento axial de la burocracia sindical que es el papel de identificación de los dirigentes sindicales que como  manejan cuotas, subvenciones, cursos, con  grandes  gestores (hasta la ruina), es la única función clara y objetiva que realizan, y en el gran juego, juegan a empresarios. 
Advierto que no es en el campo del sindicalismo y laboralismo donde me gustaría destacar o contribuir a algo, pero sí en otros terrenos, de forma que  ni siquiera me avengo a discutir sobre ello. Que se busquen sindicalistas, laboralistas o socialistas en caída libre, si se prestan, que tampoco están interesados en estos restos de le revolución industrial, aunque no lo recomiendo. 
Por cierto, hay un abismo entre los que han visto en Youtube la presentación de mi libro y los que han visto una conferencia de un catedrático de derecho laboral. Ambas en  la Real Sociedad Económica 


No hay comentarios: