miércoles, julio 06, 2016

Mis piernas son mi familia

Hotel de Malabo
Obvie llamar al  Hombre sin conversación, no iba a suplicarle la restitución de mis documentos, a pesar del riesgo familiar (lado fatria) que la retención injustificada suponía. No sería yo quien cediese.
Apareció el lunes distante, como un hombre frío y ponderador.  Gimnástico y veraniego. Te escruta y apenas habla. Preguntas  y   calla.  Está como cuando no iba a las presentaciones. Muy reservado, como si fuera el chófer o mecánico de un patrón ricachón. No me ha hecho nada. Bueno sí, me ha hecho una panorámica tipo postal como suele hacer Atroz
Llegué tarde, caminé unos 14 km. Noto que ya no camino igual, me di cuenta en Madrid  -cuando  vivíamos felices  en Lavapiés-, ahora es como un viejo. Tras sentarme, cuando me levantaba cojeaba de las dos piernas, necesitaba muletas. Algo increíble. Al día siguiente, en casa,  en igual estado.  Voy a intentar caminar más el próximo lunes, y rápido. Yo he andado todo lo que he querido, y más. Luego ves a burgueses caminado, riéndose y hablando entre ellos, viejos,   y seguro que no tienen molestias en las piernas, lo que me disgusta muchísimo. Solo me pasaron dos el lunes. Una rara y supongo que hija  adoptada: una adolescente china. Pero mantuve los 5 metros de distancia. Al resto les sobrepaso, para luego quedarme sin piernas, ambulación  ni mínima autonomía. Mi familia ahora son mis piernas.  Es mi primer gran encontronazo con mi cuerpo, y a traición.  A cambio, cierro el bar y la calle, y soy el líder de la bebida. El lunes nos quedamos B., que después de mí es la más viril y Fer, tras despedir  a sensatas, intelectuales... Ella, que no quiere que la cite, ahora se hace la cohibida, será B.California. Pues ésta es como estar con un bar entero de Brooklyn. Es una suma de corrillos de esos bares llenos de neoyorkinos de adopción. Siempre da la sensación de que estás con un montón de gente sorprendente, divertida, vivida, inquieta, aventurera, zumbada  y siempre riéndose. ¡Cuántas historias con negras, policías, asiáticos… en USA, en fin y cuántas cosas aquí mismo, donde a nadie le  ocurre absolutamente nada! También se quedó Fer, porque  teníamos el bar lleno y bullente, efecto BCalifornia, aunque básicamente es un drogadicto. Llegó MC pidiendo cigarrillos, aunque es amiga de Belén (perdón: B.California), y  ésta no le da porque gana mucho más que ella, debe tener la máxima como Fer, y son colegas, pero se dedica a ir de mesa en mesa pidiendo  cigarrillos. Cuando le vi llegar le quité el paquete de tabaco a B.California y le llamé a MC: MC ten un cigarrillo, y me lo cogió. Ya sabes que yo no te doy,  dijo  BC.
Un placer volver a ver a Pablo, después de Madrid, con su mamá. Ya no entraba más california en el bar.
Un señor muy gentil  ha hecho un  comentario muy elogioso sobre mi último article  del periódico. Hacía tiempo que no había  sido lisonjeado, helo a continuación.
#1 Las verdades del barquero hace 5 horas.
D. José María, le pongo un 10. Una matrícula de honor no, porque la perfección no existe pero su artículo se le aproxima bastante. Enhorabuena por decirlo y por cómo lo ha dicho.


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