Hotel de Malabo
Obvie llamar al Hombre
sin conversación, no iba a suplicarle la restitución de mis documentos, a pesar
del riesgo familiar (lado fatria) que la retención injustificada suponía. No
sería yo quien cediese.
Apareció el lunes distante, como un hombre frío y
ponderador. Gimnástico y veraniego. Te
escruta y apenas habla. Preguntas y calla.
Está como cuando no iba a las presentaciones. Muy reservado, como si
fuera el chófer o mecánico de un patrón ricachón. No me ha hecho nada. Bueno sí, me ha hecho una panorámica tipo postal como suele hacer Atroz
Llegué tarde, caminé unos 14 km. Noto que ya no camino
igual, me di cuenta en Madrid -cuando vivíamos felices en Lavapiés-, ahora es como un viejo. Tras
sentarme, cuando me levantaba cojeaba de las dos piernas, necesitaba muletas. Algo
increíble. Al día siguiente, en casa, en
igual estado. Voy a intentar caminar más
el próximo lunes, y rápido. Yo he andado todo lo que he querido, y más. Luego
ves a burgueses caminado, riéndose y hablando entre ellos, viejos, y seguro que no
tienen molestias en las piernas, lo que me disgusta muchísimo. Solo me pasaron
dos el lunes. Una rara y supongo que hija
adoptada: una adolescente china. Pero mantuve los 5 metros de distancia.
Al resto les sobrepaso, para luego quedarme sin piernas, ambulación ni mínima autonomía. Mi familia ahora son mis
piernas. Es mi primer gran encontronazo
con mi cuerpo, y a traición. A cambio, cierro el bar y la calle, y soy el líder de la bebida. El lunes nos quedamos B.,
que después de mí es la más viril y Fer, tras despedir a sensatas, intelectuales... Ella, que no
quiere que la cite, ahora se hace la cohibida, será B.California. Pues ésta es
como estar con un bar entero de Brooklyn. Es una suma de corrillos de esos bares
llenos de neoyorkinos de adopción. Siempre da la sensación de que estás con un
montón de gente sorprendente, divertida, vivida, inquieta, aventurera, zumbada y siempre riéndose. ¡Cuántas historias con
negras, policías, asiáticos… en USA, en fin y cuántas cosas aquí mismo, donde a
nadie le ocurre absolutamente nada!
También se quedó Fer, porque teníamos el bar lleno y bullente, efecto BCalifornia,
aunque básicamente es un drogadicto. Llegó MC pidiendo cigarrillos, aunque es
amiga de Belén (perdón: B.California), y
ésta no le da porque gana mucho más que ella, debe tener la máxima como
Fer, y son colegas, pero se dedica a ir de mesa en mesa pidiendo cigarrillos. Cuando le vi llegar le quité el paquete
de tabaco a B.California y le llamé a MC: MC ten un cigarrillo, y me lo cogió.
Ya sabes que yo no te doy, dijo BC.
Un placer volver a ver a Pablo, después de Madrid, con su
mamá. Ya no entraba más california en el bar.
Un señor muy gentil
ha hecho un comentario muy
elogioso sobre mi último article del
periódico. Hacía tiempo que no había
sido lisonjeado, helo a continuación.
#1 Las verdades del barquero hace 5 horas.
D. José María, le pongo un 10. Una matrícula de honor no,
porque la perfección no existe pero su artículo se le aproxima bastante.
Enhorabuena por decirlo y por cómo lo ha dicho.
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