Hoy
tenía que bajar, ver a F/felisián y luego ir al banco. Pensaba aprovechar para introducirme
en esa experiencia kafkiana límite que es El Castillo/El Proceso, que es una
experiencia novedosa que nunca antes la había vivido (la mayoría de la gente no la vive ni en 100
años) –crees que solo por edad has vivido casi todo: pues es mentira-, viene a
ser por otro lado como penetrar en la
parte vieja de San Sebastián en los años 80, algo para personas muy templadas y con tendencias migratorias de fuga.
No me animaba ningún propósito kafkiano,
no estoy tan perturbado, sino visitar a una amiga del Castillo, para tomarme
unas cervezas y su palabra hace pocos meses, y abordar el tema vacaciones,
hijos (del mío podría hablar bastante) y de las cosas de la vida
básicamente, yo tengo mi calendario de vacaciones. Fuengirola
Se lo
cuento a mi hermano y dice de venir. A las 12,20 estoy en el Santander frente
al TEA, a las 12,45 le llamó a mi hermano: "Llevo casi media hora y he avanzado unos 40 centímetros que además son falsos
porque hay tres personas más mayores que yo sentadas, que si se levantaran en
realidad retrocedería casi hasta la puerta. No hay Zona Kafka previa sino directamente Termini pasadas las 1,30". A las 1,40 de llamo, ¿ya estás?- como supongo no
está sino como también imagino, llegando.
"Mira, si
quieres que tomemos unas cervezas, tengo a 8 todavía por delante, vente para el
mercado y nos las tomamos en las proximidades.
-¿Dónde?
- Donde antes, en el
Santander del mercado, ¿no me has oído? sigo en la cola y prácticamente ni me he movido.
-
¿De qué mercado?
-En el
mercado de Santa Cruz de Tenerife, no hay que ir a ningún pueblo o a otra ciudad.
-¿En
la Recova o en cuál?- como llevo más de una hora sin participar
de ningún comentario de la fila, me contengo. Les vengo sonriendo como
si fuera extranjero cuando se dirigen a
mí, pero no digo ni pío.
-- No
te preocupes, era en el mercado, pero con estás dificultades tan previas o preliminares de tanto GPS, denominaciones y planimetría, no
podemos dedicar un monográfico a averiguar
cuál puede ser el mercado de Santa Cruz con su correspondiente Santander, o sea que adiós-, y le cuelgo al odioso Atroz.
Pasadas
las 2 estaba tomando cervezas cerca del
Corte Inglés viendo el telediario. He estado a punto de intervenir brutalmente
por las cosas que decían los dos del bar.
Iba a ser una entrada que no olvidarían en
unos días.
Le
pregunto a XY ¿y en octubre a Marruecos, no? Yo no puedo, trabajo, vete tú, me
dice. Creo que es el momento, nunca me he hallado en trances más insólitos. Me
había hecho viejo sin enterarme de nada singular. Un hombre sin experiencias inéditas. Estoy como si tuviera
25, aunque con cuerpo de mayor, eso es
lo malo. ¿Ir solo?, sería como hacer auto-stop.
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