Cuando
llegamos el lunes -“unos que vienen otros que se van” julio Iglesias-, comimos
encima de la playa del Camisón. Yo, como si estuviera recién salido de prisión,
estuve sin callar diciendo que “a gusto estoy”. Como si me hubieran dado cuerda.
Estaba reconciliado con el cosmos, la naturaleza y el turismo. Acabo de
escribir una auténtica apología de Las Américas para el periódico. De un tirón.
Bueno, pues el primer día bebí diferentes líquidos, que me sentaron muy bien en
su inmediatez y sincronía pero no tanto en el a posteriori, no distinto a como
ocurre habitualmente.
Me he
saltado lo más importante: tenemos una apartamento, que ahora mismo lo cambiaba
por mi casa. No. Tiene dos pisos es gigante, dos baños, uno en cada piso y vemos el mar. Y estamos
rodeados de extranjeros, que son mucho mejor que los hispanos. Estamos en un
extremo de Las Vistas, a nada del Camisón y al comienzo de la milla de oro. Me
recuerda a Miami, sin expresidiarios, narcos y argentinos.
Ayer a
la tarde, tras una siesta reparadora me leí un libro entero, entreverado por
Sálvame. Bronca entre Kiko Hernández y
Kiko Rivera. Luego vi pasapalabra y completé una palabra que los concursantes no
supieron, con todo lo listos que son. Todo ello
leyendo sobre árabes e islam.
En los
Cristianos hay cuatro librerías-papelería y me compré dos libros, el que leí y
otro de los moriscos en Canarias. Comemos sobre el mar a la sombra. “Que a
gusto estoy, que a gusto estoy”. Volvimos al bar alemán del hotel Cortés, pero
en lugar de gin tonic, nos tomamos salchichas alemanas, sauerkraut y patatas y
dos cervezas de trigo, con una que había tomado en casa, tres. Y se acabó. Una
cosa rarísima, no me apetecía alcohol ni nada. Me preocupa, a ver si voy a dejar
de beber… ¿Y qué hago?
XY me describió como si fuera un forense mi comportamiento cuando viajo solo pero con más gente. Me dejó asustado. Como si estuviera en los bares. Que así no va conmigo a ningún sitio; a ver si me va a conocer. Este registro pusilánime, feliz, sonriente, mayor, anónimo, discreto, domesticado, paladeador de cervezas cursi, nada encomiable, pudo ser aún peor, por lo menos no me tomé un vasito de leche antes de acostarme. A Dios gracias, conservo un asomo de dignidad en mi conducta. Lo más destacable en este ámbito de excelencia global, se detecta ese prurito claramente frente a la decadencia y mundo antiguo y local de Santa Cruz, es el nuevo centro de arte, que parece está metido Sotheby. Está en construcción, tiene la estructura básica construida, al borde de la playa del Camisón. La grúa aparece iluminada de azul como los pilares, ya es una obra de arte visual,
XY me describió como si fuera un forense mi comportamiento cuando viajo solo pero con más gente. Me dejó asustado. Como si estuviera en los bares. Que así no va conmigo a ningún sitio; a ver si me va a conocer. Este registro pusilánime, feliz, sonriente, mayor, anónimo, discreto, domesticado, paladeador de cervezas cursi, nada encomiable, pudo ser aún peor, por lo menos no me tomé un vasito de leche antes de acostarme. A Dios gracias, conservo un asomo de dignidad en mi conducta. Lo más destacable en este ámbito de excelencia global, se detecta ese prurito claramente frente a la decadencia y mundo antiguo y local de Santa Cruz, es el nuevo centro de arte, que parece está metido Sotheby. Está en construcción, tiene la estructura básica construida, al borde de la playa del Camisón. La grúa aparece iluminada de azul como los pilares, ya es una obra de arte visual,
1 comentario:
Que disfrute usted muchos años de ese desdoblamiento de personalidad. En vez de vasito de leche (que es para nenas) le sugiero vasito de kéfir que ya es para gente refinada de cierta prosopia (y edad).
El sábado tenemos la Civilización del Espectáculo. Vaya preparando su garrote dialéctico y su billete de 50 euros.
Saludos, EDH
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