miércoles, mayo 04, 2016

El desdoblamiento de personalidad


Cuando llegamos el lunes -“unos que vienen otros que se van” julio Iglesias-, comimos encima de la playa del Camisón. Yo, como si estuviera recién salido de prisión, estuve sin callar diciendo que “a gusto estoy”. Como si me hubieran dado cuerda. Estaba reconciliado con el cosmos, la naturaleza y el turismo. Acabo de escribir una auténtica apología de Las Américas para el periódico. De un tirón. Bueno, pues el primer día bebí diferentes líquidos, que me sentaron muy bien en su inmediatez y sincronía pero no tanto en el a posteriori, no distinto a como ocurre habitualmente.
Me he saltado lo más importante: tenemos una apartamento, que ahora mismo lo cambiaba por mi casa. No. Tiene dos pisos es gigante, dos baños, uno  en cada piso y vemos el mar. Y estamos rodeados de extranjeros, que son mucho mejor que los hispanos. Estamos en un extremo de Las Vistas, a nada del Camisón y al comienzo de la milla de oro. Me recuerda a Miami, sin expresidiarios, narcos y argentinos.
Ayer a la tarde, tras una siesta reparadora me leí un libro entero, entreverado por Sálvame.  Bronca entre Kiko Hernández y Kiko Rivera. Luego vi pasapalabra y completé una palabra que  los concursantes no supieron, con todo lo listos que son. Todo ello  leyendo sobre árabes e islam.

En los Cristianos hay cuatro librerías-papelería y me compré dos libros, el que leí y otro de los moriscos en Canarias. Comemos sobre el mar a la sombra. “Que a gusto estoy, que a gusto estoy”. Volvimos al bar alemán del hotel Cortés, pero en lugar de gin tonic, nos tomamos salchichas alemanas, sauerkraut y patatas y dos cervezas de trigo, con una que había tomado en casa, tres. Y se acabó. Una cosa rarísima, no me apetecía alcohol ni nada. Me preocupa, a ver si voy a dejar de beber… ¿Y qué hago?
XY me describió como si fuera un forense mi comportamiento cuando viajo solo pero con más gente. Me dejó asustado. Como si estuviera en los bares. Que así no va conmigo a ningún sitio; a ver si me va a conocer. Este registro pusilánime, feliz, sonriente, mayor, anónimo, discreto, domesticado, paladeador de cervezas cursi, nada encomiable, pudo ser aún peor, por lo menos no me tomé un vasito de leche antes de acostarme. A Dios  gracias, conservo un asomo de dignidad en mi  conducta. Lo más destacable en este ámbito de excelencia global, se detecta ese prurito claramente frente a la decadencia y mundo antiguo y local de Santa Cruz, es el nuevo centro de arte, que parece está metido Sotheby. Está en  construcción, tiene la estructura básica construida, al borde de la playa del Camisón. La grúa aparece iluminada de azul como los pilares, ya es una obra de arte visual,


1 comentario:

Anónimo dijo...

Que disfrute usted muchos años de ese desdoblamiento de personalidad. En vez de vasito de leche (que es para nenas) le sugiero vasito de kéfir que ya es para gente refinada de cierta prosopia (y edad).

El sábado tenemos la Civilización del Espectáculo. Vaya preparando su garrote dialéctico y su billete de 50 euros.

Saludos, EDH