miércoles, mayo 11, 2016

El golem Atroz metido en cintura

Por fin mi hermano ha logrado meter a su golem Atroz en cintura. Según me ha confesado se logra por compunción. Cuanto más compungido se pone, más se desinfla el golem Atroz, se acurruca y achica, y desiste de la usurpación y del poder que puede ejercer sobre mi propio hermano. Debe ser  similar a la disociación o escisión del “yo” del esquizofrénico. Éste se resiste a  la toma de la  medicación que podría  evitar su crisis rupturista, por no desechar su experiencia más propia y única de su identidad, precisamente la escisión, la ruptura con una vida ramplona. Por eso puede querer no tomarla tan pronto se anuncian los primeros síntomas disociativos.
Ocurre que mi hermano y Atroz no son dos en uno, el manifiesto y el hostigador subversivo. Como judío que es, por obra de su madre y Julián Marías, es evidente que es un golem, que él ha recreado,  para hacerle vivir tareas incómodas y ásperas pero muy espontáneas, ocupando lo que puede reconocerse como una posición vicarial. El golem no está en mi hermano, pero si lo ha creado previendo o no, que podía ser dominado y suplantado por él, conforme los  mejores frutos de aquella fecundidad imaginativa y creadora del judaísmo oriental del S XVIII, cuando brota el hasidismo y el golem toma carta de naturaleza.
Hemos acampado en el Colegio de los Sres Advocats. Uno conocido, creo que también socialista, se me ha acercado para decirme “leo tus artículos, leo tus artículos” dos veces, y a ver si era vasco. Vasco, no: Vascongado. No tengo ni DNI y le he mostrado mi pasaporte. Como tampoco tengo reloj, estaba todo el rato mirando el móvil, mientras mi imprescindible hermano trabajaba para mí como un semoviente, que lo tengo con hora peninsular. Se me puso cuando estuve allí, pero sin descontar la hora preceptiva. Estábamos en termini  y me dice mi hermano, son las dos.  No, serán las tres. Ah sí. Pues un vino.
Estando en la rueda  del Colegio, se acerca una corporativa gafudita y nos pide silencio por mi hermano, como si fuese una madre, una fan, una rendida a los frikis, grupi o ansiosa.  El hermano estaba informatizado, yo hablaba con Alexander que casualmente estaba allí, faltaban los camareros del Oliver. No te preocupes por sus condiciones de trabajo, que es mi hermano  pequeño y yo estoy por encima de él, o sea que a mí no me va a montar ningún pollo. ¿Entendés? También he hablado con el argentino de la corporación. Encantador, como todos los extranjeros.
Preanuncio que a pesar de mi asueto colegial, vamos a interactuar con intensidad dentro de unos días, the Corporation  and myself. 

 

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