Cuando eran una pareja alta, rubia, deportista y catalana, y de la Caixa y el Barcelona, a mí me parecían irrelevantes. XY me descubrió que los niños eran muy rubios pero no guapos, y que los Marichalar Borbón, sobre todo ella, sí era muy mona. Tenía razón, como ha demostrado el tiempo.
Ahora me he hecho pro-Urdangarin, pro-infanta ya era. Le he visto siempre un punto erótico. Me pasaba también con la segunda de Suecia, y con las Grimaldis (Carolina y Carlota). Ah, y Máxima de Bélgica.
Fueron inconscientes y desmedidos, producto del origen y el éxito, pero su empeño fue factorizar niños. Ese tipo de gente solo cree en ellos, porque es básicamente su industria y no las empresas por lo que les juzgan. Todo el mundo sabía lo que se cocía y todos buscaban su enchufe y beneficio. España era como era y ha sido siempre. Ahora está cambiando porque han visto el garrote de la ley. Hay un desajuste absoluto por el retraso en la reacción y en los papeles. Estarían tipificados los delitos, pero las conductas y conciencia social (compadreo, tolerancia, aprovechamiento a escala, laxitud....) no se correspondían en absoluto. Tipos legales sin consenso, respaldo ni coacción, sin espíritu, palabras seguidas, caídos del cielo al fondo del mar. Todos esperaban que alguno actuara o no actuara, digo yo, porque daba lo mismo también.
Hay una frase que alguien citó de alguien, y que no recuerdo a ninguno de los dos, que decía que "era mucho más fácil amar a la humanidad que a cada uno de sus componentes". Lo que suscribo completamente, no por su literalidad cuantitativa imposible obviamente, sino por su significado y sentido.
Si tengo que elegir entre el pueblo español y los Urdangarin Borbón, siempre estaré con ellos y nunca con el pueblo español. Eso sin dudarlo ni un segundo. Como hubiera estado con Luis XVI y familia, y el zar Nicolás II y familia.
Aparte de enemigos de clase tengo enemigos mortales, que son el populismo y la demagogia, más otros que no debo decir (más bien actuar). Las hordas libias me hicieron sentirme casi casi pro Gadafi. A pesar del espeluznante juicio a Ceaucescu -tipo Stalin/comunista-, no me importó lo más mínimo que le limpiaran el forro. Fue tan horrible el juicio que la muerte era un asesinato más, balas perdidas, accidente, ni una injusticia, un aciago crimen que no me ofendió. Porque lo duro había sido el juicio. Sé de uno sin consecuencias extremas, pero de similar calidad, también grabado. Al que aún no se le ha dado ni aproximada publicidad.
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