Dentro de unos días tengo asuntos en Bilbao. Este video refleja bastante bien nuestra idiosincrasia, la sicología con la que nos criaron. Realmente fue asi, aunque solo de fiesta, luego nos sale el carácter, no lo podemos remediar.
Crear dos, tres, muchos Vietnam, esta es la consigna
Che Guevara
En las sociedades abiertas todos los derechos están garantizados. Además ha de ser así. Sin la más mínima interferencia de nadie, dentro de la ley, claro. En las sociedades libres los poderes del Estado funcionan y no tienen ninguna excusa para no hacerlo con la máxima y escrupulosa profesionalidad y cuanto más elevados sean, más aún. Así como las Fuerzas Armadas han de intervenir en las condiciones que toquen, los médicos los fines de semana, los jueces por mucho ruido y opiniones que pueda haber (si es que lo hubiere, además casi siempre les toca,viene a ser casi consustancial) han de hacerlo también. Estar enfermo o ser justiciable no implica la renuncia a ningún derecho ¡a ninguno! y muchísimo menos a la libertad de pensamiento y expresión, que parece que no nos enteramos. Yo ese precio no lo pagaría ni loco. Es inconcebible, que a mi edad, después de vivir 24 años bajo una dictadura y 8 bajo Zapatero, yo me sometiese a lo que no es más que una idea timorata de la vida. Es lo único que expresan cautelas de ese tipo, además de muy poca fe en un estado democrático. En determinados sectores sería completamente paradójico: iraní.
Parece que es difícil pensar de la gente de manera que no sea monista, dentro de una burbuja. En USO—Canarias, siempre me veían como un subordinado más de la casa. Ahora creo que menos. En ellos es lógico, ya que su condición es la de amateurs profesionalizados. El ser sindicalista no es ninguna profesión, ni tampoco exige grado alguno de responsabilidad. Tampoco de inteligencia. Pero les da despacho y NOT DISTURB ministerial.
Como pongo en mi libro, ellos si son sindicalistas (es amateurismo profesionalizado no voluntarismo, que no tiene que ver), pero yo aparte de abogado de la USO de décadas, soy más cosas. Ellos no, that only. Me acotan como moléculas de la misma burbuja. Pero resulta, como me he encargado de rotularme, como pintadas, en este blog, tengo bastantes más méritos como ensayista y escritor, incluso como bloguero y columnista periodístico.
Parafraseando a Ortega la abogacia ha sido la circunstancia y escritor la propuesta aceptada.
Mi vida es una acumulaciòn de resultados inverosímiles e inmerecidos. Absolutamente. No conozco a nadie igual, se le puede preguntar a MH. Resulta que en mi circunstancia de abogado, llegué a ganar en el Tribunal Supremo. No a no perder lo que tenía ganado, sino a ganar lo perdido. Fue una injusticia; ni por ambición, identificación y ratio/tentativas me lo merecía. Pero se dio. Resultado otra vez. A un sindicalista le hablas de resultados y le estás hablando en japonés y no es que no comprendan el concepto es que ni la noción presienten. El sindicalismo supone la negación metafísica de resultados. No es fácil refutarme: tengo 3 ensayos escritos, yo soy un especialista en la materia. No lo digo yo,lo dicen muchas universidades incluso en este tema concreto. Exactamente en 8 universidades españolas, consultar Rebiun. Estoy especialmente cualificado para hablar, por eso recomiendo ya mi último libro.
Jamás he sido sindicalista, he estado en otras historias mucho más interesantes e inflyentes. La verdad, habiendo revoluciones, luchas de liberación, teorías, luchas ideológicas y políticas, la vida de empresa es lo menos interesante del mundo. No se puede vivir de puntos del IPC, hay que educar a la gente, a los hijos, hacer que tengan una vida mejor, más plena, no unos euro más para consumir y no para otra cosa. Así las cosas, sólo les queda el victimismo falaz. Porque menudos viajes hacen los sindicalistas oficiales. Todo esto y más en mi libro.
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