Dos tipos de literatura del desierto
He acabado de leer tres libros de ficción sobre el Sáhara, casi seguidos. Desde que comencé a dedicarme al Sáhara, traté de ilustrarme con obras de ficción, algo que no me apetecía, pero de esa forma podía sumergirme en las visiones, sensaciones y datos de otros. No sólo en el paisaje, forma de vida, los propios saharauis, sino en el discurso manejado, que como metarrelato está contenido en esos libros.
Hablaré de esos tres, podrían enfocarse también como divisorias literarias, porque cada uno representa a una literatura diferente. La zancada del Deyar de Gonzalo Moure, autor consagrado en literatura juvenil, es un libro de viajes. Él por tanto es el protagonista, por tanto amplio su grado de exposición. No parece sincero, que no equivale a mala fé o engaño; es como una especie de antropología de campo, que no oculta una admiración de las dimensiones del desierto por los saharauis (refugiados y antiguos) irreal y retorcida, de parte, lo que dice no ofrece verosimilitud suficiente. No es tan atrayente la vida primitiva. Sus descripciones son exaltaciones imaginarias. Busca ídolos, causas, romanticismo juvenil.
Tiene una cosa delictiva, que es interpretar la Operación Ecoubillon como una lucha anticolonial saharaui contra Francia y España, cuando no es discutible por nadie que fue del Frente de Liberación del Sur marroquí, compuesto de muchos saharuis que lucharon por la reintegración del Sáhara a Marruecos en la guerra de 1957/8. O sea exactamente al revés.
Reyes Monforte es la viuda de Pepe Sancho, solo tiene 41 años, Muy atractiva (ya de paso), es periodista y escritora de mucho éxito, con rediciones y tiradas gigantescas. Doble historia de amor de la que son protagonistas dos mujeres saharauis. Es una novela que la vas leyendo en formato cine. Con alguna de sus novelas se ha hecho una serie de televisión. Escribe bien y funcionalmente precisa, o sea una narración rica al servicio de la historia que tiene sobrados ingredientes. Es la literatura de entretenimiento. Es cine.Tiene muchísmo conocimiento del Sáhara, incluso de la vida en los campamentos de Tinduf. Se atreve, por eso se casaría, entre otras cosas, con Pepe Sancho, a arremeter contra el Frente Polisario, ya solo por ese punto de vista tiene un interés excepcional, porque documenta los datos de manera tan atinada como los de los saharauis en general.
A Pablo d´Ors lo conocía de oidas, nada más. Pero yo como en las librerias pido Sahara-Marruecos-Desierto-Magreb, compré uno de él. Ignoraba que fuera sacerdote además en el Vaticano. Nieto de Eugenio d´Ors estudió en Estados unidos, Alemania y centroeuropa, filosofía y teología, de ambiénte familar intelectual y germanofilo.
Según leía como se abordaba el desierto descubrí que era claramente metafísica y a la vez una historia experiencial, un relato de iniciación o búsqueda; las grandes novelas son las que se viven como dentro del libro, no fuera, sólo en su seno existe ese mundo tan profundo, sensible y centrado. La acotación que se hace de una vida o una peripecia de ella en el libro, es posible porque también la hacemos en nuestro interior. Como una trasposición simpática. Es un palpito, unas emociones, atmósferas compartidas. Vividas.
Se podría hablar de una literatura de exteriores y fílmica, y otra de gravitación experiencial y sensible. Suele ser la de largo alcance.
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