Ayer tomando un café y un chupóptero en el Hotel María Cristina de San Sebastián. Me miraba mis deportivas, mis pequeños calcetines negros de caminar, mis 10 centímetros de piel cerúlea y marchita que los separaban de unos vaqueros carentes de nobleza y ostentación. No entendía cómo me habían dejado entrar en un hotel tan lujoso.
fui al servicio y pensé que dado el festival de cine, estarían acostumbrados a gente de mi desaliño. Es más, me pareció adivinar tras mi presencia una evocación plausible: la de un director de cine independiente de Nueva Jersey.
Le pregunté a mi hija americana y me dijo: por supuesto. Me sacó la foto y me la mandó : photo de un director de cine independiente
3 comentarios:
Ayer ocurrió también que me llamó Serena para ver cuando llegaba. Me advirtió que me iba encontrar con un ex-amigo/enemigo. Pero que solo coincidiría y no necesariamente durante dos días. Le dije, me da igual, incluso más emocionante. Ahora meditando pienso que es de los típicos encuentros que forzosamente han de acabar mal. El margen de duda es quien lo podrá iniciar. Igual de eso se trata, quien empieza.
Entre tanto en lugar de estar en un lugar de encuentro y llegada, lo estoy de despedida. Ya se han marchado los americanos, les hemos dejado en el aeropuerto a Londres. He conducido con la música bien alta y hoy ha sido otro gran día. No sé porque digo "ha sido" si nos disponemos a volver a salir ahora. Hoy he soñado con la áspera cotidianidad atlántica, sector burocrático. Cuando me quede solo intentaré leer. Me queda Málaga, Ceuta y la Línea de la Concepción
Mañana, fiesta nacional (algo así ha dicho mi hermana y lo piensa mi jesuítico primo Josu: Inazio gure patroi andia...) vamos a la Bizkaia profunda. A Mundaka no, porque han hecho un Benicasim este finde. Tolero muy bien mi tierra, lo que es envejecer.
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