Ya he recibido un correo de El Sitio http://www.sociedadelsitio.org/ con
los pormenores del acto. Puedo elegir entre los días
del 23 al 26 de septiembre.
Vista la agenda, elijo el 26 jueves. La conferencia será en un céntrico hotel de Bilbao, el Hotel
Indautxu, a las 19:30 horas.
Cuando escribí el milagro de Vasca Cultura de Altura, -un solo libro puede hacer a uno escritor,
y ese me hizo-, me sentí que como vasco
(de familia nacionalista y con todo tipo de compromisos imaginarios contraídos)
yo ya había cumplido, por lo que fui catapultado
a la oscuridad del vacío sideral directamente –ahora no pienso lo mismo-, de
igual forma, dar una conferencia en El
Sitio, como bilbaíno también me deja
cumplido. Al final ser un renegado tan enhiesto como soy, no sirve de mucho. No somos dueños ni de
nuestros propios sentimientos. Al menos
ya no vuelvo como fui hace 13 años, con
tema local, sino acorde a mi condición y vida
de periférico real, simbólico e imaginario, con el Sáhara. Para mí es muy bonito este hecho.
El ideal cosmopolita que latió y coexistió con el tribalismo más cerrado.
El Sitio publica sus conferencias en un libro de tapas duras,
aunque pensaba que ya no, por lo que de
rebote me veo con otra publicación, según me comunican. O sea que habrá que
escribirla. Menos tiempo para mis planes
veraniegos de literatura canaria.
Para que este culto a
la personalidad (a la mía naturalmente) no decayese, tenía previsto un post con
el título Cierre (del blog), ascesis o repulsión, a cuenta de que
había observado en el último fin de semana una caída de entradas alarmante en este blog,
aunque ayer me repuse. Bueno, pues para desquitarme colgué, debajo de mis
libros, todos los artículos publicados en prensa escrita sobre mí, a ver si
aumentaba mi reputación de docto y simpático, o incitaban a la repulsión. Son un montón. Se pueden ver a la
izquierda debajo de mis libros: El País, ABC, el Correo de Bilbao, El Diario de Burgos, hasta 9, revista cultural y
suplemento cultural
Mi egolatría es tan
rampante que sólo se sacia en los meandros de las corrientes más encontradas y hostiles,
consecuencia de que
A) me tomo pero que muy muy en serio a mí mismo, sí, solo basta
leer mis
libros digamos de memorias breves.
B) todo lo que trato de trasmitir siempre, sin una sola
excepción, son asuntos o mensajes extrapersonales (ideológicos, culturales…),
absolutamente en todo lo que hago.
En mi descargo decir que
padecí y me repuse de conflictos
generacionales, inseguridad y subestima,
trastorno de personalidad (aunque mera neurosis, ese insustituible y preciado
acerbo), radicalismo, inmadurez, borracheras con alteraciones del orden público,
nihilismo e idealismo extremos, depresiones y exaltaciones, ensoñaciones crónicas,
disipación permanente…
Ahora parece que todo fue una comedia. Seguramente lo fue,
esa es la condición profunda que debe regir la vida (con unos suaves
matices trágicos), salvo la de los más tontos.
Aunque no sé cómo, seguimos siendo los mismos.
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