jueves, noviembre 29, 2012

Un gran exutorio para el odio


Dudo mucho que la resolución  de Naciones Unidas vaya a contribuir en algo a solucionar el “problema palestino”. Hagamos bien las sumas, con  cuidado y rigor, abordando con inteligencia la aritmética asamblearia de la ONU. Con ese gran gesto de multilateralidad van a dejar fuera del conflicto exactamente al 50% del mismo.  Supongo que con ese 50% excluido no cabrá contar en el futuro. Me temo que la multilateralidad ha terminado con la bilateralidad, con la  mitad de las   partes en  conflicto, y con una praxis,  tradición-fórmula y un proceso a la hora de enfocar el/los conflictos. Ya no será necesario Camp David, Madrid, Oslo, Egipto, ya que todo se gestionará desde  Nueva York.
Si un 50% ha sido apeado  de la solución bilateral entre las partes en conflicto, el otro 50% palestino no va a demorar el tiempo hacerlo. Ya se jactan y celebran esta miama noche su nueva  posición victimista y anti negociadora que se   verá acrecentada a límites ya sobrehumanos. Ahora podrán formular denuncias, ser Estado ocupado, judicialización de contingencias…. un montón de escenas efectistas con las que evadirse aún más de cualquier protagonismo, responsabilidad e iniciativa de paz. Cualquier persona documentada sabe, porque fue una negociación con testigos,  que el gran acuerdo entre Israel y Palestina  se truncó por cuestiones menores que afectaban al 5% (esta es la proporción que se maneja)  de los temas abordados y que dejaban abierta la solución posterior. De lo que  se ha culpado siempre a Arafat, en ámbitos ajenos y un poco más ilustrados, informados y conectados que el  bronco y visceral palestinaje ibérico.
Supongo que por  inveterada tradición y coherencia el otro  50% palestino del conflicto explotará todo el potencial  de su victimismo,  y ahora con grandes alicientes. Quién sabe si dentro de 20 años,  con más que nula voluntad de arreglo, logran la definitiva  invasión militar de Israel –aún más internacional que la consuetudinaria-  y su ansiada desaparición última,  patrocinada por unas Naciones Unidas asamblearias. Lo que pasa es que igual para entonces hay más de un asamblea mundial.
Israel entregó Gaza, el sur del Líbano, devolvió Cisjordania a los palestinos -tienen Autoridad, 30.000 policias, etc-, la península del Sinai, la otra orilla del Mar Rojo, ha sido el único que ha entregado algo. Hacia la paz de forma bilateral y sólida, con palabras y actos, supongo que sin interlocutores directos y efectivos se verá exonerada de intentarlo.
Está noche no estoy solo con Amos Oz y Paz ahora (nada que ver con el zafio palestinaje hispano), ni con  David Grossman o Yehosua, con los sionistas izquierdistas que quedan, con los laicos hedonistas de Tel Aviv, ni con los que conservan aún el yiddish, por supuesto ni solo con los que vivieron  Auschwitz y los horrores sin límites,  o con  los curiosos hassidin,  los muy dramáticos  haredim, los árabes de Israel,  los drusos, circasianos y beduinos, con todos los gay, las legiones de jóvenes emprendedores, el talento infinito de sus universidades y pequeñas empresas… esta noche estamos con todo Israel y por primera vez incluyo a los colonos. Tiempo tuvieron y responsabilidad para evitarlo los palestinos (mayores de edad y responsables). Ahora  sí está  todo el terreno  abierto y todas las posibilidades, ya no hay  cauces para la bilateralidad.  Europa: el abismo.
Soy capaz de imaginarme, y ahora sí que sí la Palestina de dentro de 50 años, en el mejor futuro concebido por ellos. 
Se trata de una noche de básicamente mucho odio, de demasiado odio fijado en el punto de mira, en el problema mundial del mundo. Pero un gran exutorio la votación, a Dios gracias.

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