Hasta donde sé las consignas de los sindicatos y lemas son todas proposiciones negativas y
conservacionistas. No a tal, no a cual, no a pagar la deuda…. en definitiva:
NO. Una acordeón o dragón chino de "noes". Hagamos una ficción lógica, y pensemos que todos esos "noes" tuvieran una gran virtualidad y se convirtieran en "síes",
los repercutieran. Que todo lo “no” fuera “sí” y la huelga ganase
absolutamente.
Consecuencia: En
abril, a más tardar, no habría Estado ya. Ni de derecho, ni social, ni
el de ahora ni el de hace 35 añios. Es un reto
que la Historia nos puede deparar. Con que nos cierren el grifo caemos,
en lo que hoy nadie de los huelguistas va a pensar. La pobreza intelectual de la
huelga es infinita. Otra cosa es que sea más que entendible. Hay
culpables, hay soluciones, este sintagma es una proposición falsa (y de monjas), que las
pongan entonces en conocimiento de nuestros prestamistas, Merckel, el FMI… ¿o prescindirían de ellos? No tengo duda de que en la siguiente sí lo van a hacer.
¿Se me podría refutar
mi aserto de la caída del estado, si es así con qué argumento? La calle sin Estado sería el dominio del Leviatán y
el nuevo homo homini lupus, el campo
trillado para las revueltas y luchas en la calle o para cualquier salvador. ¿qué estoy
exagerando..? ¿por qué a la gente si no se le escapa y dice tener miedo a una guerra? En la
Transición también se decía.
Frente a la huelga no hay posibilidad de debate, porque ni
se plantean alternativas, lo más, un optimismo difuso mágico- animista (¡la
izquierda dónde ha llegado!) con el que poder determinar el futuro, ni
hay tesis o construcciones argumentales desarrolladas ni sin desarrollar. Ni
análisis, ni crítica racional (el maniqueísmo visceral es tontorrón), ni imaginación como cero ideación creativa. Mientras el
empeño es no perder lo de hace 35 años como decía un sindicalista, dentro del
haz de tendencias regresivas y conservadoras que sustentan un discurso con
asiento solo en el lamento. La renuncia a idear o crear algún futuro
conforme a las nuevas condiciones
objetivas, es definitiva. Es lo más increible, la expurgación de todo lo concerniente al futuro y a la realidad dinamica de la sociedad mundialmente enhebrada. ¡Oh, fuerzas del progreso, qué mentira!
Se respira claramente el final de un modelo o paradigma (ya lo dijo Felipe González hace años),
flota en el ambiente como al final del franquismo, ya está aquí, algunos que piensan comentan y coinciden: “nunca
volveremos a la situación anterior”, la que la huelga pretende exorcizar con las armas del
anhelo y la rabia. Todo aparece como
siempre fue en todas las clausuras epocales: los culpables, las "soluciones", la irracionalidad, la sugestión , la
preminencia absoluta de las emociones.
En tales circunstancias objetivas, hay quien habla –no necesariamente los
más inteligentes- de
la superioridad de los derechos sociales sobre su falta, que es tan obvio y parvulario como estúpido, que
entiendo solo sirve para firmar en
el momento presente los más inteligentes manifiestos a los lumbreras. Mi
adhesión sin matices a estos profesores de
derecho y en general al conjunto de la ciencia jurídica y jurisprudencia, como a quienes elevan a escritura pública los axiomas científicos verficados en probetas de alta precisión, con el boato del pan de oro en laboratorios de terciopelo.
Partiendo de este
nivel de conservadurismo literal y simbólico real, recordar, a los que se creen
vivir en burbujas de derechos, que el embate no es por el lado de los Mercados
(ese agente del Mal desde hace tan solo 4 años) sino de quienes repercuten sus movimientos y posibilidades: los
millones de trabajadores en el mundo que antes no estaban (y sí excluidos de la tarta) y ahora sí, produciendo a ritmos
endiablados y compitiendo en el único mercado real y existente: el global. Ellos han roto la baraja, por eso se les ignora como hace el avestruz. Poco
a poco lo iremos comprobando empíricamente, no como abstracción, que eso nos cuesta
mucho.
Pertenezco a la cultura de izquierda que es algo, si se ha perseverado en su conocimiento y visión del
mundo, que me va a acompañar siempre. Creí que era una divisa excelsa el
internacionalismo proletario, y creo que en términos marxistas se puede
explicar esta crisis en lo fundamental, simplemente remitiéndose a ese núcleo
de la contradicción entre las relaciones de producción existentes y necesidad
de desarrollo de las fuerzas productivas a escala ahora global (¿saben que es algo que tiene que ver
con el progreso real y material? Lo digo porque los derechos en España siempre
son concebidos ingrávidos y gaseosos sustentados directamente por la Providencia cualquiera) o al desarrollo desigual del capitalismo y
sus consecuencias.
En mis tiempos, y ya lo escribí en mi libro Abogados
laboralistas, había muchas izquierdas, alguna excepcionalmente estudiosa y crítica, incluso revolucionaria, y no solo la obrerista o laboralista despojada de todo acerbo
crítico y teórico.
Este fin de época a la que asistimos es también el del
suicidio de la izquierda española. Hoy
harán la huelga, pero entre los vectores que vayan a escribir el
progreso ni estarán ni se les espera. Lo
que a nadie favorece y resulta sumamente peligroso. Que aprovechen el
tiempo de descuento. No han leído a los
clásicos, solo creen en las virtudes epifánicas de las pancartas. Y no como decía Maozedong en el
análisis concreto de la situación concreta. Sus anteojeras están fijas en el
pasado.
2 comentarios:
Vamos de cabeza al chavismo. Prepara el exilio.
el futuro está más abierto que nunca, una tentación para las fuerzas oscuras de la fosilización y la seguridad extremas. Es un futuro global, esto es lo radicalmente nuevo y determinante.Ahora podemos observar los descartes, los que no van a estar
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