Contra la novela

Puedo entender hasta cierto punto  Twitter, en donde hoy me he hecho con otro seguidor, uno de filosofía, lo que me hace algo  feliz, ya que viene a ser el tipo de gente que no me repugna que me lean, lo que no entiendo es la fiebre de la novela.
JRamallo estaba muy interesado en que leyera su Ensalada de canónigos. Para un  lector de lejanías no dejaba de ser un compromiso, pero el martes fue a regalármelo y no dedicármelo a la espera del parecer. He traspasado la mitad, JRamallo me ha sorprendido  muy a favor, y eso que partía con una desventaja: el yoismo en la radio, cierto narcisismo o importancia de falta de mundo.
Pero JRamallo no es la Ensalada de canónigos, ya que el escritor sobresale por encima de esa obra por un conjunto de cualidades y maneras muy sólidas de un autor  muy interesante y personal. Su forma de escribir, su sentido de la narración, su personal y hondo punto de vista de la vida, que luego se hace narración, se materializarán en cosas buenas, confíamos. Esperamos que no sea una novelita, él está para proyectos más elevados, y no necesita crear la mampostería típica de la novela, en la que luego se detectan  todas las marcas del andamiaje.
 Lo importante no es  la obra -que tampoco es obra, sino la novelita decorosa- es el autor y su literatura u obra con mayúsculas.
 Aún con diferencias formales enormes, Ramallo parece que podría entroncar en una genealogía prestigiosa: la de José Rivero Vivas y la de Ezequiel Pérez Plasencia, del que yo conocí la obra del premio. Por ahí debería moverse.
 Hablando de grandes escritores hay otro de sobrado talento y altura que es Sergio Barreto, ganador de un premio  que celebramos, que se mueve por los tejados y lámparas de araña más altas  de la creación literaria, leyó en la radio unas reflexiones y un breve relato que rezumaban extraordinaria calidad. Oyes en ese momento mentar la novela y te dan ganas de sacar la pistola.
Por último, de Estados Unidos por fin me ha llegado el prólogo a mi libro del Sáhara. FANTÁSTICO