NUESTRA IDENTIDAD está en números rojos y en caída libre, y todo el mundo parece que se ha desentendido de ella. Aquella voluptuosidad identitaria ¿dónde está ahora? No imagino futuro sin NUESTRA IDENTIDAD, tan necesaria como imprescindible frente a LOS MERCADOS y la vida en general.
El delirio barato debe encontrar nuevas formas de expresión tras 30 años de patafísica, quizá en los gimnasios y el alcohol. Mientras se hace acontecer, por NUESTRA IDENTIDAD, la nación de naciones y Zapatero. HIP.
2 comentarios:
Eso, reinventarse hasta hacerse ajeno y con una cuerva como esa, a juego con mi plumaje. Como ves, ausente del mundanal ruido, pero con conexiones puntuales. 206 páginas leídas (sigo sin saber los centímetros), me debes un par de jarras. Ya te contaré. Como adelanto, observo con pasmo y dolor tu gran relativismo alrededor de las categorías de horizontalidad y verticalidad. ¿O, quizás, debería decir evolución? Por lo demás, un placer como antiguía del tour por allí; el contrapunto perfecto al caramelo de la guía que llevábamos.
Lo mejor las ilustraciones. Cuidado que dentro de poco no te puedo ni leer.
Pedro
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