jueves, agosto 11, 2011

El fracasado viaje a El Aaiún

Lawrence del Sáhara y Palestina, y héroe en Malasaña y la Latina (bueno, y en Sol)
Es asombroso ¡se siente un chej!
Teníamos reservados los billetes de avión para la semana que viene para El Aaiún, pero no actúan turoperadores, acudes entonces a internet, buscas hoteles y todos están “indisponibles”. Nuevas indagaciones y aparece un grancanario que tiene una villa y unas haimas en el desierto, en las que vivir saharaui nómada o turista Tinduf unos días. Pero ni queremos montar en camello, ni recitar mantras o sutras mirando al levante, ni distinguir constelaciones de estrellas, ni rozarnos con todo el aparataje de aventureros de haima y jena, ni tomar sobre esterillas los tres tés cada hora. Por no tener la mala suerte de encontrarte con Willy Toledo con turbante u otros hooligans de las penalidades ajenas, que no son otros que los inmorales jaleadores de batallas (o guerras) en las que obviamente no participan, sino que se limitan a jugar el pequeño papel de héroes del propio barrio, los turistas solidarios (soli) de Tinduf dados a alharacas y espectáculos.
Con la gerontocracia del Polisario podría hablar, ya que conozco su lenguaje político generacional en el que quedaron fosilizados, a pesar de que su nicho ideológico desapareciera al completo de la faz de la Tierra, pero con la turistada rebotada de mil tonterías no hay ni una palabra en común, nada que compartir. Para los que han consagrado su vida a la estética moral de compungidos cargadores de fusíl, lo más importante es la escenografía: de ahí el éxito del festival de Tinduf. Ya hay que ser frívolos…
El planning consistía en quedarnos en el Aaiún e intentar llegar a Smara o bajar a Dajla, pero sobre todo respirar el lugar, ver el ambiente y sentir. Nos debíamos el viaje al Aaiún, después de casi un año embebido del Sáhara, algo por tanto que sigue aún pendiente. Hace un momento hemos anulado la reserva. Hay lugares que hacen sentir, que es cuando uno logra estar vuelto para dentro, para sí, ante un entorno muy distinto que lo promueve y contrasta, y que te hace sentirte más en la vida y en ti, como dentro de tus límites y abarcando los de los demás. Esta experiencia la relata de maravilla Antonio Muñoz Molina a cuenta de Nueva York, en donde uno toma plena conciencia de sí sin ambages, mediaciones, frente al otro que te está devolviendo tu mismidad.
Un capítulo nuevo cuajado de interés lo abrían las tropas de Naciones Unidas de MINURSO cuyo fin no era otro que velar por el referéndum dispuesto en 1991 para 1992. MINURSO rompe en el Sáhara homogeneidades y arraigos, continuidad, desbroza al presunto ser natural e inmemorial de las cosas e introduce a los ajenos, reservando para ellos el papel de descontextualizados obligados, en medio de un avatar históico que los repele a la ociosidad y al paso lento de cada hora.
Quería ir a sus hoteles y a sus bares, ver las pantorrillas doradas de las soldados sudamericanas, fijarme en los soldados asiáticos con sus portátiles, ver bajar a otros con sus toallas a tomar el sol, otros beber güisqui, algunos llevar incompleto el uniforme, intuir los pequeños rollos entre ellos, si acaso sexo, buscar sus miradas de perplejidad por no saber situarnos en ningún lado. Observar que leen, si le dan al skype para hablar con sus hijos o novias, si hay aburridos y divertidos, tarambanas o normativistas, soterradas jerarquías durante el ocio , grupitos cerrados por nacionalidades… tantos ratos de vida cortada como filetes, y dispuestos fundamentalmente para la observación. Me ha ocurrido que en los prolegómenos del proyectado viaje empezaban a cobrar cada vez más fuerza los cascos azules de MINURSO, de manera incluso alarmante.
Al final, de Marruecos a la américa plural, aquí en el sur.

La semana que viene me entrevistan para Radio Sefarad como presidente de las Asociación Canaria de Amistad con Israel. Lo anunciaré, y más adelante le tocará el turno al secretario, mi hermano, que perorará seguro sobre los paradigmas del judaísmo: el profético, rabínico...

4 comentarios:

José Carlos Cataño dijo...

shalom, lizun
¿estás por ahí? tengo que hablar contigo y tu correo o ha cambiado o no me recibe.

José María Lizundia Zamalloa dijo...

Cataño: lizundia.zamalloa@gmail.com
Me autoaniquilé involuntariamente de telefonica.net
Un abrazo, espero correo

el escritor escondido dijo...

¿Pero vas a comparar una semanita en nuestro querido Sur, complejo Cleopatra para más señas, con una tienda de campaña sin colchoneta en pleno desiento sahariano? La piel de tu trasero ya no está para esos trotes. Saludos.

Anónimo dijo...

¡Menudo calor se ha ahorrado usted!
A menos que fuera a una jaima tipo Gadafi, con aire acondicionado, nevera, sauna y antena parabólica...

Salu2,EDH.