miércoles, agosto 31, 2011

Mi libro sobre el Sáhara

Tras muchos meses de gran  dedicación ya he terminado mi libro sobre el Sáhara. Además tengo  un prologuista que firmará desde Washington. Se trata de un gran experto en relaciones internacionales que vive y trabaja allí.

Intervenir en  cualquier debate o causa solo está justificado si se aporta algo, si se  tiene  de verdad algo que decir, proveniente de una reflexión crítica y personal. Si no, mejor callar. Lo habitual es decir lo mismo con una distinta modulación.  Pudiera ser que nada. Hablar conforme al guión prescrito de naderías y encima afectando hondura y criterio, intuyendo siempre lo que hay que decir y lo que se debe  oír. Pompas pancartas de jabón tornasoladas. Guiños, reflejos, irisaciones.  O si se trata de trabajos académicos, horrísonos tochos apelmazados, lo deseable sería aportar algún dato nuevo y algún documento nuevo entre ríos de bibliografía y  espumas  de pies de página. A veces sus datos, escondidos entre infinitas páginas, son muy estimables. Otras te dejan ulcerosos los ojos  a cambio de nada.
Pero ante todo están el pensamiento y la razón, el mundo de las ideas. Que son las facultades o funciones estragadas en nuestra época de poses, simulacros, imagen y apariencia que desemboca en las olas tan unánimes como  inanes, caprichosas,  teatrales, banales, contingentes y oportunistas: luchas contra guerras olvidadas y luego consentidas, por naciones de naciones después evaporadas como los estallidos de nunca mais,  época de procesiones aleatorias pero unánimes.
Mucho librepensamiento en masas que afectan mucha moral pública, rabia y muchísima crítica por el (su) lado del frente gubernamental, y  rebeldes, muy rebeldes. Los dueños de los boletines oficiales del Estado,  las mayorías legislativas y de todos los resortes del poder, y las masas rebeldes que los secundan – a la grada populista, antidemocrática, del 15M la legitiman y la quieren integrar- necesitan chivos expiatorios: la historia está ya escrita. Caídos Bush y Aznar  canalizaron sus instintos sectarios  y excluyentes, todo aquel excedente de hostilidad (hostilidad de masas, hostilidad de las grandes y hegemónicas  formaciones de estados  de opinión, hostilidad encrespada) contra la iglesia y la derecha extrema y  la genial construcción de los MERCADOS.  Demasiada estética ética o la más vulgar imagen prescriptiva. Grandiosos y literales artificios posmodernos

Mi rotación por la noche.
Lunes, calle Nokia y Parra, con M, M, P y XY
Ayer martes: el hermano, nuestro amado líder y Kamenev por  la cota de 600 metros.
Kamenev sabe del Sáhara, maneja datos que la peña ni sabe ni le importa, ya pienso en la presentación en que debería estar él



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