martes, junio 30, 2015

Recibida una invitación


Voy a cumplir un  año con mi columna en El Día  y he recibido muchas satisfacciones. La primera ser citado en una editorial reproduciéndome un par de frases, la segunda  ser agradecido en media página por mi artículo del eminente científico Blas Cabrera por  un destacado descendiente del mismo; tercera, una llamada  de un Premio Canarias de literatura, y ahora, cuarta,  la invitación a la radio de un célebre periodista y liberal por mi artículo de hoy. Sin contar que un sabio me dijo que recortaba alguno de mis artículos y otro sabio me sigue con fruición. Teniendo en cuenta lo que me muevo, todo lo que llamo, a todos los sitios que voy, las relaciones que entablo… y los esfuerzos que hago para esos resultados, no puedo –como dice mi hijo- considerarlos ofensivos o apesadumbrarme por ello. Hoy me lo ha dicho, una vez cada 15 días  nos damos un toque de correo.Si hablara de lo que me ocurre al margen de estas vicisitudes, mi tono perdería mucho triunfalismo o casi todo.Llevaré a la radio mi último libro y noticias del que estoy escribiendo. Es que el periodista me ha hablado de mis libros heterogéneos, y con razón.
Estoy acabando uno mucho mejor, que es el Diario de Moscú de Walter Benjamín. Su personalidad estética, su afán por el coleccionismo  y las manifestaciones menos elevadas del arte, para el gran referente de la estética contemporánea, es muy interesante, se iba a ver teatro para niños en Moscú, ya hay que tener una personalidad completamente descarriada.

El Día: Neoliberales aquí en casa



domingo, junio 28, 2015

Caso ruso, casbah Sabela

Hablando de EE.UU.
Hablado de EE.UU.

Hablando de nuestros hijos: Filadelfia, Los Ángeles, Washington
Vuelta hablar de lo mismo
Hablando ahora de Baltimore 

Todos los viernes voy a una librería. Uno de los libros que compré fue “Diario de Moscú” de Walter Benjamín, a quien por fin estoy leyendo más seriamente, pero sin pasarme. Es muy interesante y me he encontrado con los primeros apuntes filosóficos o ensayísticos. Es el primer libro que me induce a tener una idea topográfica o del callejero de Moscú. Benjamin  empieza  a saber moverse por ella, y con él el lector. No compré el diario porque era de Benjamin, que me interesa mucho, pero sí seguro por Moscú, aunque sabía de su estadía allí por su amor a la actriz Asja Lacis (Benjamin es al amor un poco más que mi hermano, o sea  un anhelo a modo de holograma en el cielo sin luna  y casi sin cielo)   y su conversión más que heterodoxa al marxismo. Como toda la Escuela de Frankfurt, por otro lado.  Lo que viene a confirmar lo que decía hace poco: mi atracción por Rusia desde la lejanía, que es lo que realmente te aproxima. Podría tener oportunidad de ir al Sáhara, pero no pienso ir nunca. Entre otras cosas porque no tolero que me ofrezcan té  (TRES) cuando yo lo que bebo es cerveza. Yo no ofrezco o regalo lo que me gusta mí, sino al otro. Detesto el etnoturismo de purpurina y confetis, solidario turbante. La cultura y el conocimiento permiten los  amores a distancia, no hay ninguna atracción física que saciar. Ni siquiera curiosidad que no aporten los libros.
Heidegger fue ya muy mayor a Grecia, un viaje que se lo compró la bruja de su mujer, iba aterrado no fuera a defraudarle y lo que había sido un faro vital de referencia quedara desplomado  por la realidad. No ocurrió, tampoco el éxtasis.
Ayer a la noche en ese ático de ensueño sobre el parlamento de Canarias y casa del arquitecto Marrero Regalado,  de Sabela volví a  estar muy a gusto, tan cosmopolita todo,  su hija en LA California, trabajando en una productora independiente, sus avatares, su época de  tía más perseguida de Santa Cruz. Mi hermano, al que ahora conmino por su bien, fue con un rosado de una marca muy menor y se empeñó  a que con el postre nos bebiéramos ese bebedizo de clochard, tanto XY, Fer y yo lo despreciamos.
Siempre estoy feliz en ese ático,  donde todo (lo que no lleva mi hermano) es exquisito, pienso lo que nunca, que soy alguien con estilo…. jocoso. Perdón.
Fer se pone en su casa  una camiseta  con la bandera americana, en la que reza abajo BALTIMORE - es la primera ciudad de EE.UU. que conoció Espy-, cuando la lleva puesta y se ha fumado varios porros,  se lo señala a Rosita, y le dice “donde va ir  a morir Jose”, me contó ella.
Ahora los blindados del ejército rojo, atravesando los grandes ríos, el último el Oder, con  sus motores rugiendo van camino de Berlín sin fuerza humana que los pueda parar. No he encontrado mejor metáfora para referirme a mi tercer libro sobre el sindicalismo y el laboralismo, en el que doy cuenta de mi caso (cómo para no hacerlo), pero  que no es lo más importante. Donde hay que depositar la mirada y la atención es en mundos muy anodinos, sin sustancia, a los que nadie presta interés, pero que están anormalmente vigentes. Casualmente lo que hacía Benjamin. Ya marcha sobre ruedas, o cadenas más bien. Nunca pensé que saldría tanto y tan bien. Para el pensamiento personal es fundamental la libertad, no estar constreñido por entornos y lugares comunes, consensos implícitos. Hay que aportar. Tratar de ser  y ser referencia obligada.

Si con Vasca cultura de altura cerré una etapa o compromiso con mi país, incluso con mi padre, con  este tercer libro cierro otra que no creía que me pudiera reportar el más mínimo resultado intelectual o cultural, incluso educativo o de urbanidad. O tan pedestre como la siembra de remolacha en campos exhaustos. Vaya que lo he sacado, era el único que podía hacerlo y lo estoy haciendo. El obrerismo sindical objeto de crítica intelectual, tanto que he denostado el pensamiento pancarta...



miércoles, junio 24, 2015

La declaración de la renta, la selva y la guerra

La soldadesca de progreso bolivariana y sus pinturas rupestres  y rituales de guerra
Gracias a ese hombre providencial que siempre ha sido  Nuestro Amado Líder he ido a que me hicieran la renta; la que me hacía lo dejó. Me pregunta: "¿casado?" "Sí". Me apostilla campechano “De momento”.
-Bueno, momento largo,  voy para las bodas de oro, ya ni me acuerdo de las de plata- le respondo.
-Lo decía, porque yo me he casado tres veces.
-Qué envidiable, son los hombres que yo admiro, los que tienen biografía- en absoluto se ha molestado. Le podía haber dicho que me casé con la misma dos veces, pero hubiera quedado como el inútil mayor del mundo, qué vergüenza sólo pensarlo. Estos  polígamos sucesivos son por naturaleza emprendedores, capaces de levantarse cuando caen, incluso de ponerse a volar por sí por mera "gosadera", en cuanto  atisban una flor muy perfumada de un color delicado y subyugante en la linde del camino que lleva al bosque.
Ese dato objetivo que acompaña a estos hombres tan capaces, se demuestra en su iniciativa y progreso en sus actividades –son industriosos-, como este amigo de NAL, de trato familiar, desenvuelto,  trabajador, muy resolutivo No me he confundido mucho ni he estado muy torpe.
Bueno algo, me pide la última declaración de la renta, y le entrego una papelería añadiendo que es  una declaración de hacienda muy pretérita.
-No, esto es  del ayuntamiento… coches, basura…
-Sí, sí no sé cómo se habrán  entremezclado. La administración como es tan jungla nos hace a todos un poco simios, bueno por lo menos a mí.  
Este es el tipo de personas que siempre me hacen parecer torpe, lento y un poco límite. He salido bastante airoso. Creo que he descubierto quién podría ser la tercera esposa. Vestidito de flores, sandalias de tacón de esparto o parecido. La he mirado para ver si me miraba y por supuesto me ha ignorado. Estos tíos te ponen macho y competidor, te devuelven a la selva. De donde extraemos nuestro alimento más recóndito e imprescindible, nuestra esencia humana animal.
El lunes en Los Reunidos convenimos Fer y yo que afortunadamente jamás se extinguirá la guerra.  Por terrible que sea, ¿alguien se ha tomado la molestia de pensar el tipo de humanidad, de humano que sería el que  hubiera desterrado la guerra, porque se parecería muy poco a nosotros? No creo que bebiese ni pecase. Para poder  gozar hay que sufrir, el precio del nirvana es altísimo: el vacío. El ser humano jamás va a aceptar sus límites, quiere erradicar todo lo inconveniente, sueña  con una mutación genética, salvo los anglosajones.
A qué no lo habéis pensado nunca, cómo sería el hombre sin guerras, de que estaría despojado y mutado, podría ser mínimamente interesante, podría darse lo imprevisible, lo grandioso y hórrido, la complejidad y oscuridad del ser humano.
Un mundo sin el Ché ni Fidel, sin los  bolcheviques, ni el Polisario, el Quinto regimiento, las Brigadas internacionales, Líster y El Campesino. Sin No Pasaran y  Pasionaria, sin los cohetes de Hamás de Gaza que puedan demostrar lo asesino de los judíos… ¿lo aguantaríais, seriáis capaz de soportarlo?  

 



domingo, junio 21, 2015

Yo sí que he cumplido (pincha)

Estoy muy contento, me he encontrado en la propia web de la Biblioteca del Congreso de EE.UU. de lo que he dado cuenta inmediata en mis blogs. Faltaría más. La única realidad es la virtual, ahí está todo. Es lo único que me interesa de ser escritor y ensayista, lo que realmente lo simboliza y justifica. Simulacros caben todos.
Aparece mi nombre junto a una pequeña bandera americana. Además estuve en esa biblioteca, detrás del Congreso y  alineada con el Tribunal Supremo en Washington , Fer y Rosita los compararon con el Hermitage de San Petersburgo. Jefferson, Adams, Madison, Franklin… estamos todos.
Aunque aparezca "Vasca cultura de altura"  (con toda justicia) también está "Abogados laboralistas y pos-sindicalismo" si entras en http://viaf.org/viaf/46272645/#skos:Concept.
El viernes pasado compré dos libros en La Isla: "Padres e hijos" de Turguénev y otro “De Tánger al Nilo”de Javier Valenzuela. A la tarde pensé en la elección de esos  libros, ahora, bueno ya hace tiempo,  me atrae la literatura y revolución rusa, lo deduzco forzosamente por los libros que compro, no parto de que el tema me atrae y compro. O sea sale. Nunca iría a Rusia, me quedo con su literatura, su campo, su alma y sus siglos XIX y XX. Me gustan los autores, siempre se respira el mismo clima, la presencia de lo rural con su pureza y vida monótona atravesada por amoríos e ideas nuevas. Hace poco compré el último libro del inglés Julian Barnes, sobre su viudedad. Me parece más interesante la gran prosa moderna –no me refiero a la literatura de entretenimiento, a las redacciones  o ejercicios creativos- , tiene otra estructura, fundamento, temas, es híbrida, se ordena de otra forma, mucho más sugerente (cómplice)  e innovadora. El paradigma es más ingenioso y brillante, no hay previsión.
Ocurrió hace unas tres semanas, compré  “Historia del  Marruecos moderno”, más que apetecible,  un tesoro.  Me atrae muchísimo Marruecos, derivación del Sáhara y asunto vivencial. Es una atracción que nunca hubiera imaginado. Si hiciéramos caso a mi vida entera hasta hace 10 años, lo natural sería que fuera entre indiferente y hostil a Marruecos, y  que me deprimiese totalmente de no poder eludirlo. En casa empecé a maldecir que  no pudiera leer lo que realmente me atraía (ese libro), no estaba yo para dedicaciones  placenteras.
Estoy  dedicado al sindicalismo, después de tanto impasse ahora con  fuerza. ¿Pero tienes algo más que decir sobre el sindicalismo y el laboralismo? Era la pregunta casera. Lo lógico sería que no, o al menos, tengo una historia: la mía. Mi peripecia que es única, ha quedado casi relegada  por los análisis del sindicalismo y el laboralismo. Se trata de intuiciones y ángulos de crítica que jamás se han hecho y van al meollo de las cuestiones. Pocas cosas tan gratificantes –aparte los encuentros en google- como saber que te adentras  en territorios vírgenes y poder contarlo bien.  De todas todas, soy el autor de esas cuestiones.
Esta semana descubrí una cosa inmensa. Lo que me llevaba, tras  más de tres décadas en un sindicato y además la USO -para un exradical , muy naif y light-, era algo en lo que jamás hubiera sospechado:  la pericia y el análisis del sindicalismo y el laboralismo. El testimonio, la historia  de ese mundo. En realidad he sido el único que podía hacerlo. No creo que nadie se pueda  llevar más, y de donde menos lo espera. Todo mi incomodo, inadaptación, lejanía, falta total  de aprecio de ese mundo, de súbito –esta semana-  descubro  el poder ser,   y lo  soy,  el único analista riguroso y crítico de esos mundos de dios. Resulta increíble, y tan paradójico…
Yo sí que he cumplido.



viernes, junio 19, 2015

Lo que ayer se dio en acontecer

Wittgenstein: “La filosofía tiene como objeto cómo pasar de un sinsentido no evidente a un sinsentido evidente”. Ayer hablando con Juan Mingot no me acordaba bien  de esta frase, la he buscado y encontrado.
A Juan, que leyó el Tractatus hasta el final
Ayer en el casino me encontré con un profesional, al que  le conté mi situación y me preguntó por la escritura. Después en el bar y antes de la conferencia de mi hermano, me vino a presentar a un gran empresario, y otro compañero que estaba en la barra también me vino a saludar, todos muy afectuosos. De lo que no me he acordado hasta ahora. Resulta que no tengo la más mínima vida social y la que podría tener en lo profesional la evito. Simplemente voy de amigos a amigos, lo que no es propiamente vida social. Pues sigo. Tras el acto, mi amigo Arturo, que me había dado un gran abrazo al comienzo -¿pero no me odias o al menos me detestas? le pregunto (le enviaba correos sangrientos),  en absoluto me contesta-, me dice  te quedarás a cenar con nosotros (en el casino). No gracias, yo me voy a beber y no a mariconadas de cenas. Este es representante  cualificado de los liberales conservadores y un erudito e intelectual. Luego me vino Ignacio que es anarcocapitalista, o sea neoliberal de verdad, intelectual. Que se muestren obsequiosos conmigo tienen un único significado y es que pasan de mí, yo pensaba que tendrían la deferencia de  considerarme al menos como un  enemigo de clase, pues no, debo ser  un tipo del que solo cabe decir “es un tío simpático”. En resumen: ¿Qué pasó ayer en el casino?, que entré entre simpatías y salí de igual forma.
Desde luego, como no frecuentes a la derecha, no hay la más mínima posibilidad de intercambio intelectual, para no atrofiarte  y empobrecerte hay que escapar de la izquierda, y mantener distancias. Lo único que les salva a estos, es que son los de los bares.
Todavía en el bar del casino Fer se pone hablar con Ex Doctor Harris, son colegas y trabajaron juntos. ¿A qué Fer era el más vago de toda la consejería? Siempre ha presumido, pero EDH no se atreve a corroborarlo. Y eso que Fer lo enfatiza  en ese momento de nuevo. Yo hablo con Juan, un "Mácaros" muy interesante y muy ilustrado, también ingeniero. Los humanistas de ciencias.
Me niego a hablar de la existencia de dios, porque no me interesa lo más mínimo. Me interesan las religiones muchísimo, pero nada Dios. Como Kant, es la cosa en sí, sobre lo que no cabe reflexionar. Lo que más me molesta de todo es el tema del aborto. No hablo ni escucho. Hablar supone de entrada penetrar en un debate teológico medieval sobre el concepto de sustancia. No hay debate posible sobre sustancias. Es una cuestión ontológica, o sea éter, sin soporte epistemológico riguroso: que debiera ser el que se considera insuficiente y dudoso.
A Juan le encanta mi plan de Baltimore y que solo conciba morir a manos de un americano, por deferencia y respeto a mis hijos.
EDH me insiste que en el periódico me deje de rollos y que escriba de mis historietas del blog, que corte y pegue, que es lo que tiene sustancia…¿o accidente?



Ayer en el casino

Igual ponemos texto esta tarde o noche, no sé si da de sí, o lo que contaría lo deba contar

miércoles, junio 17, 2015

Mi hermano y yo los primeros en el periódico

Mi hermano y yo nos tomábamos por gente de los límites, suburbiales, transfonterizos pero cayendo  del otro lado, no tanto enemigos de la humanidad como sospechosos para ella, malencarados, turbios, con seguras dobleces. Pero ni siquiera merecedores de estigma.
Cuando Dios le preguntó a Caín por su hermano Abel, aquel respondió  “acaso soy yo el guardián de mi hermano".  Efectivamente no lo era. En un punto anterior  es donde da comienzo la ética, porque Caín quiere decir que tanto él y Abel son distintos y autónomos, y por supuesto no es el guardián de su hermano. Pero no deja de ser una mera afirmación ontológica, relativa a dos seres diferenciados sin  en principio ningún vínculo que no sea el propio ser.
Levinas, el gran filósofo judío lituano francés, señala que la moralidad es algo previo a la constatación ontológica del individuo, la precede. El hombre no es “con”(mittelsein: Heidegger) los otros, sino el otro es su rostro, su vida, nuestra responsabilidad frente a lo que expresa se vive a través de ese rostro. Y esa visión  central del rostro con sus surcos, significados, expresiones es  el que nos hace frente a los demás, antes que cualquier disquisición ontológica. El otro es un aserto ontológico, el rostro no, sino una radiografía llena de debilidad, sugerencias e inducciones existenciales profundas.
Es inaudito, injusto, incluso esperpéntico que  mi hermano y yo, seamos “Trendig topic” de mi periódico. Abres "criterios" y en el nº 1 sale (ahora mismo estamos “se-gun”, pero todo el día "top") el nombre de mi hermano y mi artículo. Hacía semanas que no lo era, y pensaba que mi hermano sería un lastre que me imposibilitaría asomarme a la superficie del 12 semanal o el 10 diario.
Aquí si hay una cuestión ontológica ¿Quiénes somos realmente y cómo podemos ser apreciados por las masas, aunque sean lectoras? Nosotros que detestamos los lugares comunes, lo convencional,  tópicos, estereotipos, prejuicios,  la  opinión común, las masas, la ramplonería , lo pedestre, la pobreza de espíritu…. ¿Estaremos dando un perfil Podemos, o peor aún, progre?
Se supone que somos intelectuales difíciles, a los que nadie nos puede entender nada ni prestarnos un segundo de atención y que encima  estamos orgullosos de frecuentar  periferias y suburbios, llevar una vida de proscritos y marginales, atesorar enemigos, ser vistos con sospechas y dudas, dar a entender que habitamos en el espíritu y que en todo lo demás somos foráneos e intrusos, que hemos reconvertido nuestra básica inadaptación a la vida, de forma neurótica en encarnar una  suerte de Siddhartas occidentales.
Hace un rato me ha llamado un amigo al que yo tengo mucho respeto: estudió teología y philosofhie, fue profesor de filosofía y se hizo abogado, y conoce el latín y el griego. Es mayor que yo. Está pues  en posesión de los atributos que yo venero. Ha elogiado en grado sumo mis artículos de El Día (lo mejor, lo dice él), y que algunos los recorta. Teniendo en cuenta a quién puedo recortar yo…como mínimo un francés, me he quedado aún más ininteligible.
Somos de masas o de minorías muy distinguidas. Debemos alegrarnos, o constatar que por un camino u otro no podemos sustraernos a la idea de arruinar lo poco que conservamos.
Mañana nos dejaremos ver por el Casino, si somos recibidos por las masas, no podremos ya sustraernos a nuestro sino.  Pensar que solo hace unos años nos arrastrábamos por cafeterías y discotecas…



sábado, junio 13, 2015

La pareja más atractiva de las posibles

No creo que escribiría este post de no conocer el comentario del genial y graciosísimo escritor peruano Alfredo Bryce Echenique. Alertado de los amoríos de su paisano y colega Mario Vargas Llosa ha comentado –el periodista para ser justo con él, ilustra “entre copa y copa”- que  la cabra siempre tira al monte aunque vaya camino al cementerio”. No paro de reírme desde ayer y repetirlo.
De siempre he leído el Hola porque mi madre lo compraba, para fijarse en casas, muebles y decoración  lo hojeaba hasta mi padre. Mis  conocimientos de la aristocracia europea, el Gotha, se lo debo al HOLA, y no a libros que haya leído, como la vida entera de Carolina de Mónaco; para algunas de sus liberalidades tenías que ir a Garbo o 10 Minutos, otras revistas menores.
En HOLA vi la boda de Isabel Presyler y Julio Iglesias, los  nacimientos de Chabeli, Julio José  y Enrique.  Ya en peluquerías, la boda con el marqués de Griñón, Tamara, Boyer y Ana.  Después volvió a entrar el HOLA a casa, a la nuestra.
Desde hace tiempo Isabel es un icono mío. No  lo era cuando casada con Julio Iglesias  y sus chaquetas cruzadas, con la bendición constante de  hijos y más hijos,   denotaba los altos ideales  de la burguesía: procreación extrema, felicidad permanente e impecable  vida burguesa. Ese Madrid de loden, misa y aperitivo en cervecería o marisquería del barrio de Salamanca o Argüelles, encuentro familiar amplio y pasteles para llevar,  y fútbol y puros ellos.
Julio e Isabel, Isabel y Julio nos engañaron como pardillos, no solo no había ninguna eternidad matrimonial ni de costumbres, sino los grandes placeres y el hedonismo  aún estaban por llegar, saboteando  todas las huellas de la burguesía acomodada matritense.  
Hay un tipo de feminidad que detesto y  es lo más opuesto a viragos y machonas, cuando la mujer se hace muñequita de  porcelana y melenita, pero gobernanta, y cuanto más pequeña, frágil, clásica y femenina es, más generala  se convierte.  Una play girl pudibunda, antes madre y abuela que puta.
Isabel que de recién casada podía dar esa impresión, cuando empezó a frecuentar distintos matrimonios y otorgar hijos a sus amores, más atractiva me parecía. La feminidad clásica, pasada por la más estricta liberalidad (conservadora por sus modales), más dulce y esplendorosa  se mostraba. Siempre ha emanado de ella el arte más elevado de la seducción, la irresistibilidad de una mujer en posesión de toda el aura de feminidad y coquetería, todo el arsenal capaz de hacer arrodillar   a  sus pies  al más plantado. La maternidad plural y sucesiva  le confiere un misterio y una potencia  reservada  a las diosas con su dominio de la vida.
Su porte, distinción, belleza, extrema corrección, simpatía, educación, inteligencia, su cercanía y distancia, su patrimonio de hijos,  no hacen  sino  simbolizar el enigma, poder y encanto de la mujer.
El arquetipo  femenino que representa lo proyecta en la leyenda, el eterno femenino, las deidades, bacantes, hetairas, ninfas… en todo lo grandioso asociado a las mujeres, que encarnan los símbolos y principios de los que carece por completo el hombre.
Madame Bovary, la Emma de Flaubert no era más que una pueblerina adúltera  sufriente, nunca una heroína,  no hay personajes como Isabel, y toda ella es literatura si la humanizamos. Ninguna cortesana, reina o emperatriz se ha hecho con esa baraja de hombres con los que jugar, encima de buena fe y con gusto por la vida en su acepción más amplia y circular. Faltaba el nobel y al nobel le faltaba la gran historia que vivir y contarla. Están hechos el uno para el otro, pero no desde siempre sino desde ahora. ¡Qué se casen ya!



jueves, junio 11, 2015

En lunes en Los estados reunidos: Los negros


Ahora sí es la marca de café que estaba buscando.  Mi hijo en su primer o segundo año en Washington lo llevó y cuando la que es hoy su mujer  vio el café español se echó las manos a e la cabeza horrorizada: ¡un negro de camarero!  No sé si le dijo que en la aduana se lo podían haber quitado.
En España es frecuente entre toda esa masa progre oír utilizar lo políticamente correcto, como negativo sí,  pero exactamente al revés. Sin posibilidad de enmienda, antes desparecerá   el sintagma. Es natural que lo usen indebidamente –el progre ya es el foco anticultural por excelencia, como ISIS o el Estado islámico aunque bajo  parámetros occidentales- no conciben que la patria de lo políticamente correcto sea EE.UU. Vamos a ayudarles desde aquí con nuestra modestia  (¿modestia? paciencia quería decir) infinita: tiene que ver con las discriminaciones positivas, ¿Capisci?
El lunes en nuestro bar: Los Estados Reunidos, nos contaron Fer y Rosita los consejos que les habían dado E y S sobre su estadía en Washington. Nunca decir la palabra negro, en ninguna ocasión. Sobre ese sacrilegio nominalista arrancan dos grande novelas de Philip Roth y Coetzee  precisamente. Y la segunda recomendación, que desconocía, nunca mirar a un negro a los ojos, porque tienes la bronca asegurada. Lo inmediato es ¡tú que miras! Y de ahí pasas a las oscilaciones y marejadas.  Que es cuando hay que poner el rabo blanco entre las piernas.
Fer me dijo: ya sabes lo que tienes que hacer en Baltimore.
Luego resultó que durante 15 días con  coche de alquiler, el peligro reseñable  fue el que   suponía de noche y con su visión mermada, en las  anchas calles de Washington, los negros que cruzaban por cualquier lado.



miércoles, junio 10, 2015

Mi hermano debuta en el casino

http://www.rctfe.com/index.php?option=com_content&view=category&layout=blog&id=12&Itemid=146&lang=es
 Aquí viene anunciada la conferencia que impartirá VÍCTOR HERNÁNDEZ RONCERO  el día 18 de junio de 2015, próximo jueves, en el salón noble (piano de cola) del Real Casino de Tenerife, con murales extraordinarios (de Néstor entre otros). La temática: la que nos tiene acostumbrados: Wagner y el nacional socialismo. Ahora amenaza con que es la última y va a cambiar de autor.
Soy el presentador pero no figuro entre los actuantes, es el papel más subalterno, por lo que no me importa nada. Mi zozobra es que los conservadores liberales (que están detrás),   se hayan sumado a una de las pinzas con los neoliberales, contra los que me manifesté en la tertulia Mácaros. Teniendo en cuenta que la otra pinza sindical- paleoizquierda la tengo bastante henchida, mi centralidad va a  ser absoluta: un chasquido de disolución.
El barítono es Eduardo, que vive en casa también. Qué potencia.-

Llegada de la expedición norteamericana



domingo, junio 07, 2015

Por qué ataqué al neoliberalismo

Ayer fui sumamente jupiterino con el neoliberalismo en la tertulia Mácaros del Oliver. Mientras restituía el honor de Von Mises –le apearon de la baronía del Von, para referirse a secas (plebeyamente) como  Mises, restaurando el trato de Von- arremetí contra la Escuela Austríaca  de Economía, por anticuada, desfasada, reduccionista –como dijo Andrés, no se puede tomar al individuo exclusivamente por consumidor-, monista, abstracta, economicista, desconectada de las realidades sociológicas, culturales y políticas, fundamentalista, instalada en supuestos apriorísticos de un capitalismo que ya no existe, anclada en economías nacionales rudimentarias y en postulados  teóricos metafísicos  que no empíricos. Propuse no solo no leer el libro que proponía Ex Doctor Harris  (unos capítulos Von Mises) para el próximo mes, sino no volver a leer jamás a nadie de la Escuela Austríaca. Dejar sus lecturas para los doctrinarios antipolíticos neoliberales, tan doctrinarios como los marxistas leninistas. Si al menos estuvieran en la clandestinidad poniendo bombas..., inermes  conspirativos con su evangelio sumario de redención de las leyes económicas que rigen el mundo como parte del orden divino, pero ni eso. Desayunos los sábados –ni a mi hermano ni a mí nos invitan-, estos clericales de nuevo cuño.
A mi hermano le sirvieron su carne contaminada de salsa y papas “abundantes por favor”. Preguntó por su composición. Una salsa de carne. Cómo de carne, qué es una salsa de carne con la carne. Andrés se lo racionalizó en términos de transubstanciación.  Le advertí al camarero de que no era un comensal hedonista y sofisticado, sino absolutamente primario como el propio  ganado vacuno que ora come hierba, ora  pienso.    
No lo dije, pero lo pensé, los super intelectuales no hacen nunca una crítica del autor ni del libro, a lo sumo lo interpretan, se comportan como anfitriones del autor con el que quieren ser obsequiosos. A Isaiah Berlin y las raíces de romanticismo se le pueden hacer algunas objeciones:
-- Si descriptivamente de la Ilustración francesa, con su programa basado en la razón, la armonía, simetría, lógica, se puede  afirmar que ofrece una estructura  dada del mundo, que conviene para oponerla  a un haz de pulsiones, pasiones, anhelos de infinito y lo  inabarcable del romanticismo, pero en términos lógicos o epistemológicos, éste  no es  más que otra estructura  más oscura, pero estructura. Mucho después llegó el psicoanálisis con las estructuras del inconsciente, que Berlin, que lo despreciaba,  conoció. El Romanticismo también  respondió a otra estructura del mundo, más informe, inacabada, eruptiva pero real.
-- el romanticismo alemán convive con un fenómeno contrario, el clasicismo alemán, el Klassik, de Goethe, Schiller  (en parte románticos), Lessing y Winckelmann que consuma la atracción genésica del clasicismo alemán por lo griego, por su arte. Grecia es Alemania
-- Tan importante como la guerra de los  treinta años y la subsiguiente humillación germánica, es la falta de unidad política de Alemania que no llegará hasta Bismarck. De existir un  estado alemán habría abstraído la savia o espíritu alemanes en símbolos,  en formas políticas, formalizaciones jurídicas diluyendo la potencia del espíritu del pueblo, lo volkisch, el volkgeist, el sentimiento alemán, incluso el pietismo protestante tuvo su campo de cultivo en su propia pureza y naturalidad de lo alemán como puro espíritu.
Hegel hace acabar el desarrollo del espíritu: subjetivo, objetivo y absoluto en el Estado. El espíritu se hace estado, razón perfecta. Y esto, intelectuales Mácaros, no lo dijo Berlin.



sábado, junio 06, 2015

Mis días por Andalucía

Hace unos años estando en Al  Ándalus le pregunté a XY: ¿Por qué me gusta tanto Andalucía?
-¿Por qué va a ser?
-No sé.
-Por lo exagerado.
Cuando la boda en Marbella, antes de desayunar en el hotel me iba  a tomar un café y comprar el periódico a una gasolinera que estaba cerca. Un día vino conmigo Fer.  “Joder macho, ahora  vas  a apartamentos (habíamos estado), MC Donalds en Centros comerciales (fuimos un día con mi hermano al "Miramar" de  Fuengirola, la víspera del acto en casa de Al y Serena) y gasolineras. Cada vez vuelas más alto”.
-Esta es la verdadera y única sofisticación, mirándolo bien.
Hay dos fases en la vida: la estoica y epicúrea, la juventud y la madurez. De joven sobra la energía. La tienes no que gastar sino malgastar. Iba en verano a Bermeo por monte en lugar de a dedo, nadaba y remaba  contracorriente. Luego te vas aburguesando con la edad.
No recuerdo que me cansara totalmente, que el peso que llevaba o las distancias me hicieran mella. Siempre podías con todo y lo sabías.  Aunque comía como un animal podía estar sin comer. Durante la mili apenas comía, salvo de forma derivada  lúpulo y cebada. Me encaminaba a la treintena estilizado: con 70 kilos.   
No tengo el menor interés por los grandes restaurantes, pero  sí me gusta para comer y beber  los estándares altos,  más que suficientes. Sigo aborreciendo lo malo.


RETORNO AL ESTOICISMO
Mi viaje por Andalucía, me ha servido para tomar plena conciencia de mi readscripción juvenil al estoicismo, a beber con  obstinación y amigos, fue  todas la noches (siempre ha habido su punto de epicureísmo) y a realizar gratuitas y absurdas largas caminatas, pasarte a conciencia del lugar que te dirigías bastante cargado de peso y llegar al límite final de la cuidad por el placer de ser capaz de hacerlo. Y retornar. Quedarte en un pensionado, siendo aparentemente el único ocupante del edificio, que me produce miedo paranoide. El placer de los amigos, pero también de estar solo, una necesidad cuando viajo. Es cuando te confrontas, y te sientes  tú con una entidad rotunda y completamente desacostumbrada. Como no es lo mismo estar en París que en Tánger (tu percepción de ti, del yo pulido y neto como una entidad espiritual, sin circunstancias, está asegurado -es cuando más aceptable ante ti te reconoces-, cosa que es imposible en París).
Cuando es todo un acontecimiento recorrer toda la Península en tren y autobús, y cobra valor esperar la salida en las estaciones, incluso en muy malas condiciones físicas (trabajadas).  

miércoles, junio 03, 2015

La cotidianidad se impone a la chirigota

El ciberactivista de Cádiz
En pueblos de la costa vasca (los que conocí yo)  a los bares frecuentados por guardias civiles o por chivatos (emigrantes) se boicoteaban. Así ocurría con el bar Mina del parque de  Bermeo, pegado al puerto.  Veraneábamos en el pueblo de al lado, y en los guateques nos iniciamos al menos en el alcohol y con bastante entusiasmo, que desviaba de otros entusiasmos más apetecidos, por lo menos a los  más inútiles que éramos mayoría. A Bermeo íbamos de vinos, de una manera bastante ilimitada  y excesivamente ostentosa. No hubo pescador borrachín, simpático  y marginal que no fuera amigo nuestro. Desde luego no pasábamos desapercibidos.  También  boicoteábamos al Mina, como entraras allí  quedabas estigmatizado. Unos  años después, los vascos armados que tanto admiraban los desarmados, procedieron a asesinarlos sumariamente  a todos (los que pillaron), por delitos de lesa humanidad: Chivatos presuntos en una nación franquista que los jóvenes ni se  pueden imaginar.
Establecida mi credencial de boicoteador alícuoto, no pensé nunca que pasara a ser yo el boicoteado, saboteado, ninguneado por mi empresa.  Vamos para año y medio, casi un record.  Lo llevo bien, dentro de lo que cabe, el castigo de la ociosidad y cordón sanitario, tengo edad, actividades (ésta por ejemplo), intereses, amigos, soy hedonista, bastante vitalista, me ayudo de algunas cosas, y cuando puedo divertirme aprovecho  al máximo.
Escribo sobre mi caso y el sindicalismo, aunque este mundo ya herrumbroso y declinante no interese a casi nadie. Me busco por sindicalismo y aparezco mucho. En una librería de Colombia: stock, tres ejemplares (yo no me entero de nada, tampoco pregunto), en el foro español del laboralismo también sale mi libro primero -quién nos iba a decir, eh Virgil-,  y en el fichero de la Biblioteca del Congreso de EE.UU.
Buscando libros sobre sindicalismo, hay dos modalidades: los del derecho del trabajo, por ejemplo la negociación colectiva, o de historia, historia de la UGT en Pancorbo y la Bureba o  la CNT  en Huesca, o de dirigentes tipo Toxo con algún universitario al lado para que no se pierda mucho, sobre el sindicalismo español  y los primeros de mayo.
Dedicarme al sindicalismo supone no dedicarme a otras cosas, por lo que sería un perjuicio más a todos los que se me vienen irrogando. Pero me ha animado, no solo tengo mi caso, sino intuiciones y reflexiones que no se han hecho en absoluto sobre el sindicalismo. Tanto el domingo como ayer, me sorprendí a mí mismo por cómo se abrían ángulos, aparecían claves y desfilaban sicologías y fenotipos.  He sido el testigo directo más inopinado que el sindicalismo haya tenido alguna vez, con unos antecedentes, background, infinita perseverancia, círculos,  lecturas y  vida radicalmente distintos.
El autor de una trilogía francamente distinta sobre sindicalismo al margen  de lugares comunes y ángulos normativos, seré yo.
El sindicato USO –en mi vida lo había citado- jamás pensó que tuviera tanta suerte. En prensa también tendré algunas cosas que contar supongo, como conté de UPyD. Confío en no llegar a las pancartas y escraches, porque ya estaríamos hablando de una tetralogía, para lo que sinceramente no estoy.
Pensaba escribir sobre las chirigotas de  Cádiz y de nuestros contactos con Podemos allí, para llegar al alcaldable y chirigotero Kichi y karlos P que voy a conocer. Otro día, uno no puede actuar como si no tuviera su cotidianidad, menos un día de sin consultas.