
Aunque no se pueda decir que tengo fobia a la comida, si cierta distancia, no ya los conocimientos y erudiciones sobre ella, tan extendido, sino que me refiero al acto de comer. Desde hará unos 30 años le paso la carta a XY para que me elija que comer. Es verdad que para mí eso es pensar, como cualquier elección, y a mi no me gusta nada hacerlo
La comida pudo haber pasado circunscrita a ella y autosuficiente, lo que nunca me ha gustado, sino creativa y participativa, con otros, además de los camareros que dan diversidad y mayor interlocución a bandas distintas, estaba el FISCAL, con el que me llevo muy bien aunque no sepamos nuestros nombres, es malacitano, como una parte de mí, y en absoluto se corresponde con la imagen que podamos tener de ellos, acartonados, abotonados y mecánicos (sin buzo). Vino a saludar, y le llamamos para una fotogénesis.
Más tarde, de súbito, como una garza amerizando en el parque de Doñana, la bellísima y cariñosísima Natalia, una abogada-diosa con sus hijos. Grandes abrazos y ¿qué es de Paula?
Rápidamente, FISCALES: FOTO (las de arriba) y acudieron raudos los fiscales, ella es de su estilo y no sé si también era fiscal , pero cuando yo les llamaba fiscales no me corregía
por último aparieron Yoli y Jesús ,con algún familiar, un verdadero gusto tras años sin vernos, pues otra interrelación interlocución, pero ya la fotomática resultaba ya manida y caduca, quizá extemporánea.




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