domingo, marzo 25, 2018

Invitación de la Universidad de Rabat y E. en Kiev

Que sea el Decano de la Facultad de Letras y Ciencias humanas de quien proceda la invitación me da que pensar. Es el área al que pertenezco de manera natural, aunque haya estado en espacios incluso ya psicológicamente incompatibles. Cuando uno se despide de ellos, es cuando dejan ver sus hechuras
inhóspitas y tantas veces desagradables.
No voy a anticipar otra eventual noticia, por la que nuevamente sería restituido en mi  lugar.
Le mandé la invitación aa E. a Kiev para que me la fotografiase, no había forma de sacarla del PDF, y se la enseñó a su jefe, que no sé que comentó sobre mi, a lo que E me confesó: "No sabe que eres un francotirador (y tanto que sí) y un africanista". Al menos se me llama africanista por mi casa.
Como estaré  ante tantos sabios del mundo espero que mi ponencia resulte interesante


Esto me escribió E. desde Kiev
Por cierto ayer entramos en la catedral de San Vladimir, que es el Vaticano de la escindida y no reconocida por el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla iglesia ortodoxa ucraniana del Patriarcado de Kiev. Con tan buena suerte que estaba el mismo patriarca oficiando la misa. Una preciosidad de templo, estilo neobizantino. Y con curiosidad añadida: las reliquias de Santa Bárbara (del siglo III y traídas desde Francia) encuentran descanso allí. Cuando les empecé a cantar "Santa Bárbara bendita, tralara lará, tralará", dejé boquiabiertos a mi compañeros.
El rito ortodoxo impresiona. No hay bancos, las mujeres se cubren la cabeza y hay una participación constante de los feligreses. Las oraciones, el uso del incienso, el atuendo del Patriarca y sus monaguillos (entiendo), todos en el centro, la liturgia es una maravilla, te retrotrae a los orígenes del cristianismo. Dan ganas de hacerse ortodoxo en el acto.
Debemos ser de los pocos que defendemos la religión institucionalizada sin ser creyentes.
Le he contestado  a cuenta de nuestras simpatías por la Iglesia institucionalizada (como muy bien precisa) que considero (yalo sabe) un  peligro público  a Jesucristo por gracia de sus apologistas.  La humanidad no  hubiera sobrevivido sin la religión. Comparto con Jung que es una función psíquica que está en el ser humano,  ínsito en él y que pertenece a su ADN. Cualquier intentona de espiritualidad, de sentirla, conduce irremisiblemente a la trascendencia, donde aguarda lo divino. La religión es muy superior al mito primitivo, y mucho  más a ese gran comic que es la mitología griega, y de mayor densidad y hondura en la experiencia de espiritualidad del ser humano.
Los  peligrosos son los seguidores  de  un Cristo  humanizado, amante de los pobres, revolucionario (Cristo sería el Lenin bueno –que fue otro killer- y la Iglesia,  Stalin), es  cuando nos  topamos  con  un coetáneo de la figura religiosa, histórico, un zumbado, un extravagante como todos ellos  de la secta de los esenios, que vivían en la pobreza  a orillas del mar Muerto, y a quienes pertenecieron los manuscritos (tablillas) de Q Ram.
La potente figura de Jesucristo de los protestantes, que se definen como cristianos, no debe confundirse con el Jesucristo católico. Los más tontos, revolucionarios, solidarios, cristianos ñoños de base, la teología armada de liberación, todos los etiquetados (encantados de serlo, solo les falta los capirotes)  en vez de ser redimidos por la sangre de Cristo, son ellos los que le redimen, le hacen humano, indigenista, obrerista, etarra, oprimido, los más adoquinados y berroqueños que hemos conocido a lo largo de nuestras vidas, para coger las armas y ponerse a matar o animar a ello.
De ahí que deteste a Jesucristo, por sus voceros y adore al Iglesia institucionalizada, donde Dios existe en la espiritualidad, que los de Jesucristo, romos y achatados no entienden, entre otros motivos por su crasa incultura. Seamos afilados pero claros.


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