He perdido mi base de datos entera. Esto he encontrado en el portátil de XY
De momento va todo
muy bien encauzado. He tenido contactos y tomado decisiones
estratégicas. Uno no puede dejar de
hacer (o no intentar) lo que de él
depende. Como persona vinculada al
periodismo y la literatura, o a la crítica y el análisis, no podía desperdiciar
un caso irrepetible, tan denso y ramificado. Había que hacerlo todo lo mejor
posible, con ganas. Es imposible que se diera en la misma persona todas las
condiciones para aprovechar la excepcionalidad en las variantes que dieran de
sí mi asunto, que he hecho sea del sector.
Sé desde hace mucho tiempo que nuestros actos y posiciones
carecen de cualquier influjo. Jamás descubriremos nada a nadie. Entonces ¿por
qué hacerlo? Solo hay un motivo: que los que sean parecidos a nosotros y vengan
detrás sepan que no están solos, que hay
que hacer solamente lo que hay que hacer. Es coger el testigo, nada más. Ese
testigo no va alcanzar ninguna meta, incluso no tiene meta, lo que no debe es
caer. Pura intransitividad. Estilo. Identidad.
Que es muchísimo. Es
cuando hacemos de lo necesario la máxima libertad. Nunca un oxímoron es
tan ineludible.
Una de las características de los medios más
conservadores, es su incapacidad absoluta para detectar diferencias, al punto
que ni lo excepcional, vario, y además encadenado sea algo que suponga algún
contraste, o impulso a la comparación, el asombro o la crítica. Todo ha de ser
más o menos normal, amorfo, chato, vicisitud necesaria, acontecimiento
sistemático, acompasado. Esas son las virtudes que cultivan: las más cálidas,
domésticas y flotantes. Por eso les resulta todo tan fácil. No son nada
exigentes, pero porque no pueden serlo.
Pertenezco a un medio tan conservador que tiene todos sus
dispositivos mentales adaptados a lo
transaccional, disolvente, pragmático y satisfactorio o instrumental. Aquí la realidad es tributaria de la
mentalidad. No nos engañemos. La mentalidad no solo determina la subsunción de
la realidad por prescripciones (de luz solar cenital), que solo acotarían una
pequeña porción de aquella -lo más instrumental-, sino también por los
dispositivos centrípetos de las zonas de
mayor confort social o socioprofesional. ¿No se me entiende? Pues no voy a
poner ejemplos, ni desmenuzar nada.
Seré el profesional que más haya trabajado su despedida, a mí no me dan. Yo soy el que da, incluso de manera –espero- inolvidable. No para mí, yo lo que quiero es olvidar. En el mundo ultraconservador jamás se aprecian diferencias, pero porque no interesa, no porque no se vean. Amisté con gente que hizo que mi vida fuera mucho más agradable y mejor. Se fueron, y dejaron nombres e iniciales C, P, MT, J, J, E, N…
Seré el profesional que más haya trabajado su despedida, a mí no me dan. Yo soy el que da, incluso de manera –espero- inolvidable. No para mí, yo lo que quiero es olvidar. En el mundo ultraconservador jamás se aprecian diferencias, pero porque no interesa, no porque no se vean. Amisté con gente que hizo que mi vida fuera mucho más agradable y mejor. Se fueron, y dejaron nombres e iniciales C, P, MT, J, J, E, N…
Ahora se están haciendo unos cócteles mortales, unas sumas
infernales.
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