jueves, abril 14, 2016

La clara intuición de mi hermano

Siempre le pregunto por mis artículos de opinión y siempre los elogia. Lo que más agradece es mi capacidad de combate, si no es suficiente lo aprueba igual, pero yo noto que le  falta lo que más disfruta.
En el último, que era sobre el Sáhara, su colonización y descolonización ha notado que era en respuesta a alguien. Lo que es cierto. ¿Cómo te has dado cuenta? No sé a quién, pero es así ¿no? Sí, hermano. Luego, aunque este no era de tropas de asalto, lo ha elogiado muchísimo, en términos inmerecidos, que desearía no fuera así.
Ahí, en ese asunto, creo que tengo mi pequeño papel, al que vengo a contestar recibió un montón de votos en Facebook. Pero resulta que después el más leído soy yo. El perfil del lector debe ser el masoquista. Es lógico que él ganara en las redes, era lo que esperan  solidarios saharauis y desinformados genéricos de corazón  romántico. Al menos descubrí hace meses una carta al director contra mí, por este tema, que no fue el primer rechazo. Para mí, escribir es un acto de protesta, de rebeldía, mostrar la alteridad radical, que sale de tu nicho de identidad si no has sido de zonas de confort y quorum, frente a la opinión común y la cobardía social o, peor, de pensamiento. Se supone que estás para decir lo que no se dice. Escribir es muy serio.
También tengo otro pequeño papel en otro asunto ahora en boga. No se trata de tamaño sino del papel, lo que lleva implícito un valor. Papeles que he encontrado yo donde era absolutamente impensable preverlos. Dar tumbos tiene eso de bueno, que puedes precipitarte con uno de ellos en una piscina con huríes y cerveza fría. Y hacerte interesante la vida, que suele coincidir con la de uno.
Ahora mismo el gran interés intelectual que tengo es el Magreb, Al Ándalus y el islam (intelectual, que sigo siendo pro-judío y occidental). Compro todo lo que encuentro.
Este libro es de una profesora y sobre su doctorado. Los trabajos académicos son imprescindibles para conocer, que evidentemente no es lo que hago yo, pero los necesito.
Un gran libro, la autora es también poeta, la busqué intuyéndolo.
Ignoraba por completo que la magia, el mal de ojo, genios y demonios, lo que es el pensamiento animista tuviera asiento en el Corán y hadices, aleyas, azoras, que son reproducidos. También los santones, yo les ubicaba como restos de culturas preislámicas, que también,  son compatibles con la doctrina. El ser humano aburre, es diminuto e igual siempre a sí mismo, solo nos salva la cultura, es decir sus andanzas.




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