Curiosamente Juan Goytisolo suele quedar apartado de los
grandes nombres de la literatura actual, o al menos eso me pasa a mí. Cuando
cito a los autores más importantes
vivos, que suelen ser los más sorprendentes, si no nos quedamos con
Tolstoi o Flaubert, ya que sabemos que nada formulario los van a superar, siempre me olvido
de Juan Goytisolo, como si estuviera fuera de competición.
Leer a Juan Goytisolo, el del realismo social de Los campos de Nijar o Para vivir aquí , ya preludiaba
enfrentarse a una literatura absolutamente novedosa, experimental, donde todos
los elementos de la novela y luego el ensayo
confluían: la mejor tradición clásica española,
la experimentalismo de la forma y estilo, la visión y posición del narrador que
se desdoblaba o solapaba, la mirada introspectiva de la historia o del mundo, superponiendo ficciones, revisando la tradición y la historia como
nunca antes se había hecho, haciendo ajustes de cuenta personales (a tal efecto
sus impresionantes Memorias). A lo que había que sumar su acendrado amor por el
mundo árabe, por el mestizaje, por el multiculturalismo y su compromiso con el
diálogo intercultural, su amistad con Susan Sontag y estadía en la Sarajevo
asediada.Gracias a él me adentré en Carlos Fuentes, otro renovador de la literatura y paladín de los cruces culturales, y también llegué -aunque no sé si antes- al verdaderamente inclasificable Julián Ríos. Con él fui a parar a Severo Sarduy y Lezama Lima, al barroquismo gay cubano y luego llegaría a Reynaldo Arenas.
Mirando mi biblioteca he comprobado que tengo 9 libros de Goytisolo, los he buscado antes, las primeras páginas están llenas de palabras que no conocía o me gustaban, sus libros están al lado de los de Juan Benet y próximos a Fernando Arrabal.
La superación de la novela por planteamientos ensayísticos, autoficcionales, contrafactuales, híbridos, o puntos de vista nunca antes vislumbrados acordes con una sensibilidad pos siglo XIX, ha sido seguida por todos los grandes novelistas españoles: Muñoz Molina, Marías, Vila matas, Ruiz de Azua…. Pero también por todos los grandes del mundo. Por eso el interés y la vigencia de la literatura como lo que es: cultura, y no fungible y vano entretenimiento formulario, máquina de churros.
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