domingo, diciembre 21, 2014

Reminiscencias y cesuras inmediatas


Hay veces que preparo mucho el post, con lo que se pierde tiempo, y luego no me gusta y no lo cuelgo.  Es el caso de hoy, además he escrito el artículo del periódico que lo he dejado para el final, lo que no suelo hacer.
El post me ha salido un tanto airado y versaba sobre la comida de navidad. Tengo la inmensa suerte de solo asistir a una y pasármelo muy bien.

Escribir sobre uno o mejor, sobre cómo es uno, carece de interés y menos en términos de autoanálisis para justificar reacciones. Y lo había cometido. Por otro lado había incurrido en acritud. A nadie vamos a convencer de nada y menos corregir. Los chistes que había hecho tampoco iban muy allá.
El otro día me tiré casi 4 horas en el aeropuerto de Bilbao, no tenía nada que hacer y quería coger ventana a Barcelona y de Barcelona a Tenerife, conseguí ambas. Pero de noche no ves nada. Bueno sí, vi la Barcelona nocturna bastante bien (de luces), todo el puerto. En el aeropuerto  vasco un escritor y periodista de Bilbao que se tuvo que exiliar a Madrid, parecía un elegante ejecutivo más. Ya ni los intelectuales tienen modelo propio.

En el aeropuerto me tomé dos cañas, un vino y dos cortados, y comí tortillas. Me puse a escribir en un cuaderno pequeño que había comprado, no llevé el que uso por el peso. Había por fin punto de vista y un camino ancho ante mí que me abría un horizonte en el que no había pensado. Paré, que hago cuando las cosas me gustan. Por fin embarqué de noche cerrada.
De Barcelona a Tenerife me pedí dos cervezas (¿a la vez? Sí ¿con 2 vasos? No) y chips. El del pasillo y el del medio, nada. Cuando Vueling te educa en el respeto al medio y te da una bolsita, que yo aún  no se abrir, para que deposites los restos, que es para  ahorrarse a las limpiadoras,  me arrojé  a la escritura con furia. 

Había leído a Turgeniev, Christopher Isherwood, Goytisolo, Juaristi… tantos mis viajes y el salón de mis padres que invita a ello y no salir. No siento ya la más mínima relación carnal con mi país, ni salgo a la calle a patearla, comprobarla, disfrutarla. Sí con MH y amigos de bares.

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