Markés, K3, Líder y Bro
algún exsoviético -proveniente de aquellos baluartes de la
dignidad humana y la ley, como eran sus servicios secretos: Cheka
primero (donde estuvo trabajando el gran escritor Isaak Babel), el NKVD
después y la KGB por último (donde lo hizo Putin)-, recuerda,
ante el conflicto caliente de Ucrania, que Rusia es toda una potencia nuclear. ¡Guerra
Fría otra vez…! Una crisis ahí mismo.
Había mucho votante, ahora oculto, de Zapatero que pensaba
que el talante, el diálogo no como medio sino ¡como fin! (como los sindicalistas),
el relativismo posmoderno, el buen rollo y esa comprensión del mundo y la
historia tan agresivamente estúpidas y disneys, podían lograr hacer de la
Tierra un lugar en que todos los conflictos y riesgos se redujeran a meros malentendidos superables con sonrisas, palmadas en la espalda y nobleza en la
mirada. La nueva antropología y filosofía política se llamaba buenismo. La
realidad debía ser patrimonio de la infancia.
A ninguno de estos posmodernos progresistas se le ocurrió pensar
que Zapatero era de una talla algo inferior incluso a Rousseau y que el talante y el optimismo antropológico no
eran más que imbecilidades. Por no citar a Marx, del que no han oído hablar,
que certificaba que la lucha de clases
era la partera de la Historia.
Había que ser simple e ignaro para creer que el
recetario, la chuletilla escrita en la mano de Zapatero, era un novedoso e
infalible estilo para poner en ridículo al pensamiento humano elaborado hasta
él, así como la filosofía, las religiones, los mitos, y que una nueva era y
conjunción planetaria (prueba lo que digo, que lo decían ministras) era posible a mayor simplificación del mundo.
Esta representación y ansia de los españoles por la
adolescencia con sus garantías de que sigues siendo el más guapo de la casa,
preexistían a Zapatero. Alguien tan capaz
como él se limitó a hacer de flautista
de Hamelin, con su evangelio de eterna
adolescencia.
Quien ahora cumple la función de Zapatero y sus astros es
Podemos. Ex zapaterista que me lees: Vota Podemos. Sé tú.
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