sábado, agosto 30, 2014

Mientras yo leo a soviéticos

Markés, K3, Líder y Bro
algún exsoviético -proveniente de aquellos baluartes de la dignidad humana y la ley, como eran  sus  servicios secretos:   Cheka primero (donde estuvo trabajando el gran escritor Isaak Babel), el NKVD después  y la  KGB por último (donde lo hizo Putin)-, recuerda, ante el conflicto caliente de Ucrania, que Rusia es toda una potencia nuclear. ¡Guerra Fría otra vez…! Una crisis ahí mismo.
Había mucho votante, ahora oculto, de Zapatero que pensaba que el talante, el diálogo no como medio sino ¡como fin! (como los sindicalistas), el relativismo posmoderno, el buen rollo y esa comprensión del mundo y la historia tan agresivamente estúpidas y disneys, podían lograr hacer de la Tierra un lugar en que todos los conflictos y riesgos se redujeran a meros  malentendidos superables con sonrisas,  palmadas en la espalda y nobleza en la mirada. La nueva antropología y filosofía política se llamaba buenismo. La realidad debía ser patrimonio de la infancia.
A ninguno de estos posmodernos progresistas se le ocurrió pensar que Zapatero era de una talla algo inferior  incluso a Rousseau  y que el talante y el optimismo antropológico no eran más que imbecilidades. Por no citar a Marx, del que no han oído hablar, que certificaba  que la lucha de clases era la partera de la Historia.
Había que ser simple e ignaro para creer que el recetario, la chuletilla escrita en la mano de Zapatero, era un novedoso e infalible estilo para poner en ridículo al pensamiento humano elaborado hasta él, así como la filosofía, las religiones, los mitos, y que una nueva era y conjunción planetaria (prueba lo que digo, que  lo decían ministras) era posible  a mayor simplificación del mundo.
Esta representación y ansia de los españoles por la adolescencia con sus garantías de que sigues siendo el más guapo de la casa, preexistían  a Zapatero. Alguien tan capaz como él se limitó a hacer de  flautista de Hamelin, con su evangelio de eterna  adolescencia.
Quien ahora cumple la función de Zapatero y sus astros es Podemos. Ex zapaterista que me lees:  Vota Podemos. Sé tú.

 

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