jueves, junio 26, 2014

El Ensayo en Canarias, jueves 10 en la MAC, 7:30


Ya puedo confirmar que presentaremos El ensayo en la Literatura Canaria el jueves 10 de julio a las 7:30 horas.
Será presentada por el presidente de la Asociación Cultural Tú Santa Cruz, Jesús Pedreira, que fue a la presenta oficial y al parecer le gusto mucho lo expuesto.
Hay una diferencia entre hablar de uno, por ejemplo en la ficción, en la que la capacidad para decir idioteces es más menos infinita, y hablar de algo.
No aguantaría oír presentar una novela ni al mismo Vargas Llosa, sus explicaciones sobre los personajes, estrategias y demás tonterías, que son sobre uno, imbecilizan al más pintado; lo único que cuenta es el resultado, la obra. Puedo entender a los que hablan de un cuadro abstracto, incluso del cuadro negro de Malevich, pero no sobre ficción, salvo que seas Jünger, Pushkin y todos lo rusos, Peter Handke y todos los austríacos y Amos Oz y todos los israelíes, cuyos escritores como los rusos siempre tienen algo que decir.
Si hablo del Sáhara o de la literatura canaria me enardezco, es algo que más o menos domino y sobre todo, me he formado opiniones que no comparto, pero logradas gracias a alguien que he descubierto yo, personalmente, leyéndolo.
Me imagino que seré el único que ha entrado en Canarias por su literatura; me he mantenido unas cuantas  décadas al margen, yo no soy nada complaciente, ni hago porque me perdonen, ni caigo simpático, aunque lo sea.  Pero la literatura canaria es mi paisaje interior, la biblioteca de mis antepasados en Ciudad jardín que tanto me gusta, donde vivía Saulo Torón.
Sin embargo detesto ese gen canario por el que siempre se manifiestan y se oponen a todo lo que suene a  desarrollo y  progreso material ("de los pueblos").Es lo único que les moviliza, bueno  y la paz de Irak, como ahora mismo, que ya se han puesto en marcha por  la avenida de Anaga.  En cuanto oyen que hay  un proyecto de desarrollo (y de paz como en general) saltan a la calle. Yo creo que es un caso único.
Tanto amor a la naturaleza (por el asfalto curiosamente, la épica de los peatones con pancarta), no se compadece con el modo con que han laminado el paisaje con la autoconstrucción. Odian el territorio.
Los  más cultos y con pensamiento propio, dirán que ha sido obra del turismo, y a esperar si alguien indemniza o da una ayudita.

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