Excuso decir que aunque sobreactúa casi siempre, me hace gracia Mario Vaquerizo quien con Alaska resulta una pareja muy simpática y divertida. Incluso muy especial. Alguien a cuenta de mi libro Línea líquida, me comparó una vez con él.
Al parecer el gran Fabio Mcnamara, que además es supergay, había hecho unas declaraciones against los homosexuales y el aborto. Nunca podremos olvidar a Fabio y el rezagadísimo –no percibió nada raro en todos los años que, de joven, vivió bajo Franco- activista antifranquista (sobrevenido como quien dice, ayer) Pedro Almodóvar, cantando aquello de Exta sís, exta no con bata de boatiné (no sé cómo se escribe).
El estrado de los 40 con el bufón enlatado Dani, no estaba dispuesto a pasar por alto la herejía de Fabio de denostar, en su tono grotesco,kitsch y espectacular, a gays y el aborto, a pesar de que lo hiciera con la prosapia de su pluma. Un auténtico patricio de la homosexualidad, precursor, difusor, referencia, autenticidad… no por ejemplo Almodóvar, militante de las filas de la máxima lejanía heterosexual e indefinición no comprometedora. Igualito que con Franco. No podremos negarle a Almodóvar la coherencia de la omisión y el disimulo, en todo. Supongo que de esas tensiones in-humanas brotó el gran artista que es.
Nadie me lo tiene que contar para saber que Fabio Macnamara recibió hostias de la policía, humillaciones, desprecios, alejamientos de conocidos… pero él ni se ocultó ni disimuló nunca nada. Fue de otra forma un antifranquista, él sí.
Dani Mateo, el gracioso oficial de gags Goya –hijo intelectual de Iñaki Gabilondo (potentísimo antifranquista requeteaplazado) y moral del tercer antifranquista retardado Wyoming, al que la Policía Armada quizá una vez le pidió el DNI por el pelo largo- requería una condena tajante de Fabio. Los 3 se recuerdan y lógicamente se radicalizan, es que no es para menos, si pudieran resucitarían a Franco para combatirlo cuerpo a cuerpo. Cómo era posible que Fabio negara a los gays. Había que deslindar las trincheras del Ebro.
El inquisidor de esa izquierda chicle asentada con ZP estaba decidido a que la coherencia moral e ideológica no fuese restañada por nadie, ni por el más gay e incorrecto de España. Mario Vaquerizo, ante el constante requerimiento del testimonio de cargo “¿pero lo ha dicho en serio?”, respondía: “Fabio ha sido desde siempre un incorrecto (que cualquier subnormal puede inducir) y todo lo que diga me parece bien”. “Pero lo ha dicho en serio o en broma?” volvía el bufón fiscal. Alaska. "En serio y para lo que vosotros entendéis como broma podía tomarse como tal". Imposible de que lo pillaran, la correlación de inteligencias era de abuso.
El bufón de la limpieza de la derecha “extrema” no era consciente de que buscaba la condena de unos amigos de verdad, que a diferencia de él, son también otros incorrectos. Mario, andanada calibre medio: “ A Fabio le importan muy poco los progres, el es un genio, siempre lo ha sido y puede decir lo que le venga en gana". Joder, la libertad como está, pensaba yo. El fiscal del santo oficio no se daba por satisfecho, necesitaba la condena y el anatema, incapaz de calibrar personalidad, humores, provocación, incorrección y por supuesto, en su sectarismo de siempre en la ola, de saber qué es la libertad y autonomía personal. Mientras el gay Fabio ha dado ejemplo toda su vida de su condición, talento e incorrección, esas bancadas del humor de barricada oficialista, correcta, jaleada, sectaria, celadora de la moral pública y del buen decir, ni le entendían a Mario cuando decía que Fabio era un genio ni que siempre hubiera sido un incorrecto.
En su universo, incorrecto solo es el que dice "RAJOY" y casualmente todo su entorno humano –su restringido mundo de la vida- se parte de risa. No es que carezcan de una representación empírica de la disidencia, ni siquiera la tienen conceptual.
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