Mi trabajo no es de investigación y exhumación de reliquias, eso se lo dejo a la universidad. Dos personas me escribieron lamentando que en mis trabajos no existan glosarios o pies de página. Contesté lo mismo, yo pretendo hacer un trabajo de análisis crítico, estudio intelectual, de revisión, no de provisión de datos y búsqueda de fuentes y conclusiones académicas de los mismos. Como diría Juan Manuel Trujillo soy un diletante, el amante de algo que ha descubierto con arrobo, no la esposa con vínculo de legitimidad.
No es lo mismo que he hecho sobre el Sáhara, allí fue identificar un discurso con las características de un mito, siempre repetido, una versión canónica a la que los hechos no le acompañaban –no es lo mismo hechos que un discurso canonizado y salmodiado- a poco que se escarbase, y aquí ha sido lo que queda fuera, cómo se acota una cultura literaria (muy interesante) y se la da validez (un similar sentido y comprensión) con una margen muy restringido de interpretaciones. Mi intersticio.
Ha sido mi segundo encuentro con Canarias, el primero se produjo con mi libro sobre el nacionalismo. Al final del libro vertí vivencias e ideas que sin leerlas antes a nadie constituyen toda una reflexión sobre el nacionalismo “cultural”. A diferencia del nacionalismo y toscos escorzos como el independentismo que no dan para mucho -alguien que escribiera 300 páginas estaría loco de remate-, la literatura canaria sí da para mucho y lo vivo, al punto que si encuentro ediciones antiguas las compro, aunque lo tenga, lo que hice ayer sábado con esa joya que es Isla de Promisión de Andrés de Lorenzo-Cáceres.
Parto de una gran ventaja que es que soy de fuera, lo que nada para mí es natural, me precede, siempre ha sido así, me condiciona, se da por supuesto… al revés, algunas cosas me chocaban, me hacían reflexionar, comparar… Luego resulta que descubro con sorpresa que he estado muy integrado en la vida cultural, quien lo iba a decir: he pertenecido 15 años a la directiva de una importante institución cultural de la isla, durante casi 10 fui articulista del decano de la prensa, he dirigido la revista del Colegio Profesional, publicado de literatura en suplementos, soy directivo de otra asociación cultural, jurado de un premio de la capital…. Todo por amistad, nada por situaciones buscadas. Bueno, y la Sociedad Económica de Amigos del País. Para un emboscado, periférico y merodeador todo un lujo… imperdonable. Y trasterrado (sucesivo y vocacional), no se olvide.
El sábado peregriné al centro de la cultura popular y encontré tres libros: el de Lorenzo Cáceres, Pedro Perdomo Acedo y Ernesto Pestana Nóbrega. De ello deduzco que, ya sin planteamientos que desarrollar habrá continuidad, hay que dejar que broten verdes las ideas azulencas, la reflexión personal, para lo que hay que leer y esperar.
No estaba en mi ánimo tratar la caudalosa literatura mediática de los últimos tiempos -tiempos de infinita prodigalidad general-, simplemente la he hojeado, pero el valor socioliterario es tal que no he podido sustraerme. Pensé en un pequeño apéndice final, pero al final hasta ha quedado integrado. La ocultación y tergiversación total de los hechos van contra mí, me pueden.
3 comentarios:
Le acabo de incorporar a mi lista de blogs para estar al tanto de esa publicación. Saludos.
Muy agradecido, le tendré al corriente y veré con tranquilidad su blog, un saludo
Vaya, sinceramente, no era esa mi intención, no me di cuenta de este efecto colateral.
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