sábado, noviembre 02, 2013

Otra confesión más


La mayor parte de nosotros no éramos demócratas cuando murió franco. Éramos antifranquistas, pero no demócratas
…la democracia que llamábamos burguesa o formal nos parecía como máximo un trámite, una vía más o menos rápida hacia el comunismo o el socialismo. Los que rondábamos en zona de influencia del Partido Comunista suponíamos sin mucho detalle que una vez lograda la supremacía de la clase obrera y sus aliados a través de los mecanismos burgueses de representación y legalidad se establecería otro régimen, que muchos seguían llamando sin rubor la dictadura del proletariado, y en el cual a todo el mundo le parecía razonable que las libertades “burguesas” –expresión, reunión, etcétera- quedaran de algún modo subordinadas al triunfo de la causa revolucionaria.
                                 Antonio Muñoz Molina de  Todo lo que era sólido
José Antonio Escohotado
Hace unos meses reproduje idéntica confesión de Javier Pradera, el gran intelectual orgánico del Partido Comunista y luego de la izquierda española, además de editorialista de El País.
Creo que todos los que conocimos esa historia aceptamos aquella  realidad. Los hubo quienes se ausentaron (entraron en combate –de lo que alardean todos los días- con Suárez y Felipe haciéndolo pasar por “tiempos de Franco”),  o incluso quienes han justificado la mansedumbre después “porque era una dictadura”, luego  era imperioso bajar la cerviz, como confesaba uno a su nivel.
Por  no haber habido  no es que  no hubiera     demócratas sino tampoco antifranquistas. A cambio cada año que pasa el recuento aumenta exponencialmente, los más contritos  citan algún partido o algunas juventudes donde militaron. Sin que nos cuenten nada de hechos, política o ideología o si lo hicieron, algo tardíos, cuando la moda, contra UCD o incluso el PSOE.
 Los jóvenes  y no tan jóvenes no se pueden  ni imaginar el grado de connivencia y aceptación de que dispuso el franquismo y la radical ausencia de antifranquistas, salvo cuatro gatos. Por lo que tampoco están avisados de   las ametralladoras de mentiras, ni los falsos héroes  y ejemplos con que disparan a diario y se exaltan.  
By the way
En el ABC Cultural cuatro páginas de entrevista con el gran santón de las drogas José Antonio Escohotado (Historia General de las Drogas). Entrevista  para encuadernar, antes 2 sobre Camus. Ha publicado otro título sobre  la historia oscura del comunismo. Marx y Lenin eran favorables a la eugenesia  (léase mortandad in extenso) de la burguesía, Stalin en cambio mata para protegerse de su propio delirio persecutorio.
Como ya sabíamos, el marxismo es un coctel de la economía clásica inglesa y el idealismo alemán, amén del socialismo utópico. Ahora alude al nexo entre David Ricardo y Robert Owen  en la teoría de la plusvalía.
Escohotado me hace avergonzar, al explicar la memez de la plusvalía, que yo durante años creí como si fuera la inmortalidad del alma, en que tampoco creo. La deseché sin más por endeble y parcial, pero  sin analizar su escueta y falsa simplicidad.

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