lunes, septiembre 02, 2013

Os maldigan 100.000 muertos

NO A LA GUERRA, DICEN
Excursus:  dentro de unos ideas enviaré desde Málaga una invitación para todos
 Hoy, cuando todos  regresen a sus trabajos y yo también brevemente al mío al mediodía, a la tarde me habré ido. Que sean todos ellos los que vuelvan y yo quien me vaya es una posición halagüeña y muy ventajosa. No me gustan mucho las sincronías sociales con sus liturgias. Aunque dudo que por ello, ayer, domingo de vacaciones, trabajase.
Este año se repiten los viajes al mismo lugar: Bilbao Las Palmas y Málaga (como saben los allegados: preparativos y amigazos). The last two, my favorites places.
Iba dejar un alegato -que al final es este- contra los que claman contra  la guerra de Siria por llegar, que según estos  psicóticos y enfermos solo se inauguraría si Estados Unidos bombardease el país. Seré claro: que los ya  más de 100.000 muertos y deudos los maldigan. ¡Qué persona equilibrada, moral  e inteligente puede pasar por alto, ignorar, desreconocer a 100.000 muertos! No cuentan ni ellos, ni la guerra que libran desde hace dos años, ni las armas químicas, y que omiten dar nombre a la guerra tan cruenta, qué esperan masturbatorios, babosos  y jadeantes con los ojos incendiados  de odio y resentimientos almacenados a lo largo de la vida, escrutando el cielo ansiosos, ver cruzarlo algún tomahawk de nacionalidad americana. El rencor amasado, las decepciones de la vida, frustraciones, falta de esperanza, temores se confabulan para, no dando nombre a la guerra y a los muertos, solo resplandezcan los que  los  americanos puedan provocar, si llegan. ¡Gañanes infames, que los muertos os maldigan! Tienen una concepción de la vida y la guerra objetivamente asimilable a Hitler o Stalin. De forma que no pueden dar importancia al germen de derecho internacional que trata de regular las guerras para limitar sus efectos más execrables, lo que no les merece ninguna valoración. No seré tan breve. Suele corresponder esta mentalidad a estructuras psicológicas resentidas y oscuras, que la inteligencia es incapaz de influir como ellos se encargan de demostrar con su ramplonería, pobreza mental y escoria  moral.
Esas pasiones, humores, instintos no  pueden mostrarlos en toda su puridad en la vida social lógicamente, pero  en cuanto hay oportunidades para sublimarlas, enmascarándolas en inquietudes humanas o sociales colectivas, se aprestan a gestionarlas así. De forma que el odio, frustraciones, decepciones  y resentimiento que en la vida diaria conviene disimular, puede aparecer sublimados -¡cielo santo, cuanto amor a los muertos potenciales y ninguno a los miles ya habidos!-, es decir socialmente aceptado y justificado por las pancartas gañanes de ese nivel falto de instrucción elemental.
Que la garrulería  antisistema a cual más analfabeto (si les preguntases por doctrinas, sistemas, teorías, autores, historia, cultura… no sabrían escribir, los patanes-héroes –nunca en ningún sitio- , más de una línea de cada cosa, como mucho) deliren a su nivel cognitivo,  pues bueno, vale... escalón porcino.
Lo malo es cuando un doctor  médico, proclive   a presentir  el amor dulce  y el agua de colonia de su madre en todos sus congéneres inmediatos, apasquina inteligencia, como  la que abre este post, en ese paredón de la libre creatividad que es Facebook.
Aunque los toscos homínidos sean incapaces de entenderlo, ojo con la precisión de las bombas teledirigidas, pudiera darse el caso de que apenas produjeran muertos, las potenciales víctimas ya saben qué objetivos se buscarían.
Siria ya lleva más muertos que Afganistán, y si lo único que debe preocuparnos es los que pueda producir EE.UU. lo debieran decir claramente y de una vez, que solo computan los muertos de ellos. ¡Los demás no existen! La tarea ahora  es reflexionar, para esta caterva neandertal, sobre el valor moral de la aleatoriedad de la vida, en cuanto circunstancia entitativa,  susceptible de extinción. ¿Lo entendéis?
Y la génesis de un  odio tan personal y reconcentrado, de tanta pureza por lo demás, ante la impersonalidad abstracta de un país que irradia los mayores bienes materiales e inmateriales culturales y las instituciones más civilizadas de todos los tiempos. Suponiendo que los gañanes  sepan que es eso.
Quizá como propuso nuestro amigo californiano en la actualidad, los restos de los fundadores de upyd, los "ex" debiéramos organizarnos y combatir a los camisas pardas. Los gañanes siempre ocupan las mismas trincheras.

 

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