martes, septiembre 17, 2013

Verdad, realidad y sobrexcitación

                                                   San Mamés en tránsito
Los dos primeros conceptos han ganado estima para mí con el paso del tiempo –y mengua el tercero-, a pesar de su abstracción.
Los años de gobierno de Zapatero me resultaron los más difíciles de llevar, más incluso que el franquismo, quizá debido a la realidad contundente que este ofrecía. Uno respeta la fuerza aunque sea bruta, lo que no se respeta es la quiromancia, la afectación, la cara pintada de blanco y el huevo en la nariz, las ministras papagayos por la pasarela, la alianza de civilizaciones, la memoria histórica y la gente normal que se sentía conmovida y humanista por el bisabuelo muerto al que ni  conoció. ¡Tanta virtud de apaño! ¡Nunca vi cosa más idiota! Lo grave nunca son los nazis, sino quienes secundan a  la ralea de ese jaez. Aquí, salvando las distancias, el presidente más infame de todas las  épocas fue un héroe (ya olvidado como la falsa memoria).
 Próximo el viaje a Bilbao, mi hermano se ha sumergido en Unamuno y otras  vasquedades.  Me pregunta como si fuéramos los Hermanos Pinzones a punto de embarcar para Indias. Él es un renegado como lo soy yo. Cioran situó el mayor valor ciudadano en la indolencia. Los peligrosos son los entusiastas, no los que se levantan todas las mañanas sin ningún propósito. Estos no han traído nunca  ninguna guerra ni revolución. Nosotros somos las dos cosas: como “negados” indolentes, pero  como “re” entusiastas. Un dato más: hoy he enviado dos invitaciones de papel a mi ciudad, de las cuales una es a una representación consular; me mandaron diez y me sobran ocho, he pensado que igual podía mandar alguna más, pero la indolencia me vence. Todo está bien como está.
No obstante, si hay algo de mi país que me gusta es la fuerza que allí tiene la verdad, tal vez sea lo que lo defina, y es lo que le digo yo a mi hermano. Allí todo es de verdad. Coincidí en el vuelo de mi último viaje a Bilbao con un profesional del derecho, casi siempre coincido con alguno. Me decía que había  allí mucha clase media, sí le decía yo, por supuesto; allí la clase media es tan de  verdad como lo fue la aristocracia obrera industrial, de verdad es  la repostería, el terrorismo, la oligarquía financiera; de verdad el nacionalismo, la afabilidad, el constitucionalismo,  el enfrentamiento, la producción, la pujanza, el beber, el Athletic… Allí todo es de verdad, son muy difíciles los sucedáneos.
La verdad es al País Vasco lo que la realidad es a Ceuta e Israel.  

2 comentarios:

Anónimo dijo...

NOS VEMOS EN BILBAO, LUÇIAN!!, PERO YO NO TENGO INVITACION, LLEGO JUEVES 13 H., ALOJAMIENTO HOTEL SILKEN INDAUTXU. NOS VEMOS SIN FALTA.

BESITOS.

R.W.

José María Lizundia Zamalloa dijo...

hoy en Termini te hemos mentado con interrogación ¿Te harías presencial, no...? estupendo. la comitiva va a otro hotel cerca del Ayuntamiento, pero da igual. Muchos besos