domingo, agosto 11, 2013

Biografía de Fer. Fascículo 1º


Índice.
 -Su infancia: El barrio de Salamanca, las muchachas y la sexualidad
-Ingeniero de montes, y  biólogo con Ana Obregón y licenciado en Náutica
-Un jeque le levanta una novia
-Prueba el sexo rasurado en Melilla,  oriental  en Tailandia y en Polonia con vodka
- Como sargento recomienda la deserción a un soldado, que deserta
-Aparece como funcionario de la FAO en Bolivia

 Excursus: Acometo esta semblanza  de Fer sabiendo antes de los primeros trazos que nunca podría  ejecutar un retrato al óleo de grandes empastes, primorosas veladuras  y texturas sugerentes como se merece, sino un breve boceto, en el que los difuminados, rayados, claro oscuros y penumbras sean  mucho más nutridos y prevalentes que la claridad y finura de la línea o la diafanidad del tema. Y no puedo, no porque haya episodios que desconozca, sino porque no son expresables. Transgresiones, subversiones, vida por los extremos, incorrección, sexo a raudales, indisciplina laboral…

Fer nace en Madrid el 24 de abril de 1953 en el seno de una familia de clase media acomodada y tradicional, como es norma en el barrio de Salamanca, su entorno, y con  muchachas que convierte en  diosas del sexo para siempre.  Su padre,  proviene de Aragón y la madre  es de origen asturiano y padre aristócrata.  El matrimonio tiene dos hijas más, una mayor y otra menor, que con la edad una se hará médico y la otra química dedicada a la investigación, y rojas según el hermano.
El padre fue interventor general de la Policía Armada (antigua Policía Nacional) y adicto al Régimen franquista. “Yo no hice una sola cola en mi vida, para eso (no hacerlas) estaba mi padre”, contará siempre Fer.
Cursa estudios en el mismo barrio de Salamanca con los Hermanos de La Salle. Allí idolatrará a un amigo mío que veranea en Mundaka, José Mari I. que es figura del mítico equipo de balonmano del Colegio, pero sobre todo un gran semental, si se me respeta la expresión (de lo que puedo dar fe). Para Fer el sexo será casi su única fuente de inspiración y las muchachas de servicio: que serían para él, lo que para otros puedan ser los ramilletes de starlets que frecuentan   Sunset Bulevar en L.A. Un sueño incandescente, nunca yerto, siempre vigoroso. Aquí me silencio. Todas las veces que calle será no por no saber sino por saber demasiado, incluso con detalles.
Empieza Ingenieros de Montes y su novia ingeniería naval, como luce tan relinda, teme que se la hurten y se pasa a navales. Pero pronto regresa, se la ha levantado un  jeque. Para estar un rato con ella es capaz de subir a  Santander y volver el mismo día, (con las carreteras de entonces) de la misma forma que Al baja desde Madrid  a Fuengirola en vespa to make sex quikly con una novia. Iban y volvían por sexo, aunque también lo harán por surf, aunque de una manera menos apremiante y agónica.
Fer se matricula también de biología y es compañero de curso de Ana Obregón. Aquí está la historia del amigo de Fer, el Talgo Madrid París y la actriz. De viaje de fin de carrera de ingenieros se van a Tailandia, donde no desdeña el sexo. En Polonia de prácticas anota carencia.
Estando de sargento de milicias, recomienda a un inadaptado y con algún problema legal la deserción. El soldado, que es vasco, deserta. No va a desoír a un mando. Fer que está en Sausalito, California, aprendiendo inglés, no ha perdido el contacto con el desertor y va a visitarlo a la Baja California, en el confín, a la entrada del Mar de Cortés. Donde no llega el transporte, el desertor pesca langostas. El  efímero sargento  y el desertor son amigos. De allí viaja a Panamá. Quiere proveerse de droga, coge un taxi que le introduce de noche en la hondura de la selva, cree que va a morir pero no le matan y obtiene un pequeño alijo. Les ha caído bien, se habrá puesto a tartamudear.
Se dirige a Bolivia, ahora es funcionario de la FAO, su padre ha debido intervenir, y tiene pasaporte diplomático. Cae en Santa Cruz de la Sierra. Allí conoce al  secretario de la embajada española que ahora es un famoso embajador y escritor, hermano de una magistrada de Barcelona. -¿Qué tal era? Era un tío enrollado-. Allí se desmadra aún más, retoma el ala delta y se lanza contra la parte más  alta y vertical del altiplano. Pero sexualiza su vida, dispara el adulterio, asiste a prácticas sexuales poco convencionales, se escapa por los tejados, le pueden matar. Tiene un jeep blanco con matrícula consular y está plenamente integrado en el mundo  de  la mafia de la zona –no puede evitar caer bien siempre a todos-, lo peor es que a la vez se lo hace con alguna de sus mujeres. Ahorra para dar la vuelta al mundo a vela, si no le matan antes por vicioso, con su amigo de surf, ala delta y parapente –y sexo- Alfonso que ahorra como ingeniero de caminos en Ferrovial en España

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