Subí a la cota de los 600 metros a la Gran Librería. En la decisión de subir ya había implícito algún proyecto: Libros sobre el Sáhara (es decir: centímetros). Algo haré, y ahora mismo no tengo ni idea que podrá ser. La acumulación de decisiones y actos predeterminan el fin. La libertad (inicial) se transforma en necesidad (del fin).
El metarrelato supone toda una refutación, lo da la vuelta, y lo aportado es mucho (con toda modestia, no era difícil). Por tanto lo que ahora pueda salir está complicado. Dentro de unos meses se sabrá.
Hablando con los de la Gran Librería, D. me dice que el día anterior fueron preguntando por mi libro y se lo llevaron, pero no por el metarrelato sino por el del nacionalismo canario. Enorme satisfacción, porque ocurre dos años después de que saliera, cuando alguien va específicamente a por él. Es lo que pretendo de mis libros.
Lo único que hay nuevo en la librería es (una) Historia de Marruecos, tapa dura, de catedrático laureado. No estamos ante los autores clásicos del metarrelato: periodistas, militares, novelistas, solidarios… La inexorable diversidad bibliográfica de procedencia, entre un tema y otro.El Sáhara y el Magreb me atraen sobremanera, como las mejores cosas, de forma ciega, pero también se dan efectos colaterales nada despreciables: la posibilidad de abatir supersticiones, prejuicios, supercherías, creencias-eslogan, banalidades, suplantaciones, construcciones imaginarias (psicológicas). Que viene a ser en lo único que uno ha estado siempre de una forma u otra. Sin poder suponer que esta época iba ser la más ardua, con diferencia, de todas. El arma: el mero conocimiento, y mínima capacidad crítica. Frente al impudor de la sentimentalidad moral (autoatribuida y repesentada) por nadie pedida.
Compro en la GL otro libro, El Judaísmo, el mejor estudio que conozco, increíblemente completo, sobre la religión y cultura judías. Me ilustra sobre formas de religiosidad judía del XVIII en las que estaba interesado.
Hay un libro que no compro, porque tiene 600 páginas y no voy a salir con mil de la librería, pero lo voy a comprar la próxima semana, son las memorias de Ould Daddah, primer presidente de Mauritania, éste ha de ser un libro fundamental para seguir adentrándonos en el Sáhara.
Me he vuelto a encaramar al estudio de escritura, desde el que levantas la vista y ves el océano solo interrumpido por una palmera. No había subido desde cuando estaba con el metarrelato inconmensurablemente feliz, el atlas y mapas nuevamente desplegados. Y Willy: salido del calabozo. Una época realmente estética y moral: de opereta bufa.
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