Me encontré con el que puede considerarse el gran fedatario público del acontecer cultural, en un acto de despedida final, de mucho dolor para familiares y amigos (muy buenos por lo que se dijo y puede leerse, y unidos a la familia). Como le sigo bastante a este cualificado notario de la cultura, le había leído una vez un comentario abiertamente proisraelí, lo que ocurriendo en España me sorprendió. Tampoco era tan improbable por el emisor, que ya había mostrado comentarios políticos, históricos y demás muy personales y críticos. Cosa que en estos tiempos llama la atención.
Resultó que teníamos bastante de qué hablar, incluso de cosas tangenciales que salieron, por lo que vamos a continuar haciéndolo, y en principio acudirá a nuestra próxima reunión de la asociación, que estaría bien fuera este mes (mi hermano, a quien le he contado el encuentro, va a moverse).Le interesaron las bazas culturales de las que podríamos disponer y el nivel de los actos que podríamos acometer.
Un magnífico encuentro (estaba con un amigo que conocía) en todos los órdenes muy a pesar del motivo que nos reunió.
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