sábado, diciembre 10, 2011

Con nosotros un notario


Sin tener que realizar ninguna labor proselitista y ni siquiera  propedéutica, que diría un filósofo diletante y amateur  - a más de sedicente, por supuesto- como yo, nuestra asociación pro judía no se expande de manera masiva sino muy cualificadamente, a pesar de nuestra oprobiosa inactividad. En  descargo debemos  indicar que las taras administrativas que siguen a nuestras tareas de formalización  nos tienen en grado administrativo de virtualidad. Falta el último papel de muy pesado y grávido movimiento, los papeles no vuelan con el viento como se puede pensar, sino que  se arrastran pesadamente. El movimiento de un solo  papel por las cadencias observadas va por tres meses de momento, a 0,2 cm a la hora o aún menos.
Me encontré con el que puede considerarse el gran  fedatario público del acontecer  cultural, en un acto de despedida final,  de mucho  dolor para familiares y amigos (muy buenos por lo que se dijo y puede leerse, y unidos a la familia). Como le sigo bastante a este cualificado  notario de la cultura, le había leído una   vez un comentario abiertamente proisraelí, lo que ocurriendo en  España me sorprendió. Tampoco era tan improbable por el emisor, que ya había mostrado comentarios políticos, históricos y demás muy personales  y críticos. Cosa que en estos tiempos llama la atención.
Resultó que teníamos bastante de qué hablar, incluso de cosas tangenciales que salieron, por lo que vamos a continuar haciéndolo, y en principio acudirá a nuestra próxima reunión de la asociación, que estaría bien fuera este mes (mi hermano, a quien le he contado el encuentro, va a moverse).Le interesaron las bazas culturales de las que podríamos disponer y el nivel de los actos que podríamos acometer.
Un magnífico encuentro (estaba con un amigo que conocía) en todos  los órdenes muy a pesar del motivo que nos reunió.

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