martes, mayo 03, 2011

Pakistán existe



Cuando ayer me enteré de la muerte de Bin Laden  rastree   los digitales para encontrar la voz humanista, de raigambre cristiana, y de izquierda  claro, de algún agente moral hispano, puesto en virtud frente a los norteamericanos (o judíos). España finalmente ha terminado por  erigirse en la  reserva de agentes  y valores  morales de Occidente. Por lo que  Franco tenía razón, hay que reconocerlo. Quería encontrar algún humanista español, al típico que emulara a los Padres de la Iglesia o  Erasmo de Rotterdam, Francisco de Vitoria, Tomas Moro, Santiago Carrillo…
Al principio no encontré nada, y no podía dar crédito.
Pero  por fin hoy he leído un resumen de Público, de Miguel Ángel Aguilar… y toda esa ristra progresista española (en la que destaca la excelencia de Llamazares y su sobria y pesarosa  gestualidad –odia reírse- estilo El Greco) cuya hondura humanista, juridicista, garantista, legalista, eticista resplandecía a bastante más altura que cuando los años de suaves murmuraciones  y distracción general con el GAL, cuyas víctimas, en mi recuerdo, eran de  menor perfil que Bin Laden. Solo unos pocos miles de votos y la edad de oro de la corrupción  impidieron que los gobiernos del GAL se eternizaran. A lo que contribuyó  la no venganza, aunque lo pareciera, de ese Dios progresista que es Garzón. Tras omisión y carpetazo, para después: ahora vais a ver.
Frente a los vengativos americanos los pastores laicos de la moral y la justicia terrenal, anhelantes muy sinceros  de la civitas lex, del conglomerado más progresista del  periodismo pretendían el procedimiento en su propio refulgir (no se nos habrán hecho habermasianos o appelianos…): orden de detención, comisiones rogatorias, extradiciones, tribunal penal internacional, la causa  abierta por el ubicuo y oportunista Garzón (casualmente procesado), una serie de propuestas muy razonables, que Pakistán, por otro lado, esperaba ansiosa.
Claro que la realidad es muy obtusa. Ni Pakistán ni Afganistán están muy duchas en determinadas detenciones (incluso más en lo inverso, con la puesta al tanto para que huya, de  los servicios secretos pakistaníes) como tampoco en toda la zona aquella se asiste al auge del fanatismo legalista internacional. Quién sabe si Garzón y MIguel Ángel Aguilar, Publico y Wyomming (¿y Willy?)  podrían sembrar de procedimientos judiciales a  toda aquella área más activa de suyo en ahorcamientos y  lapidaciones. Es muy inteligente el argumento legalista. Incluso el Tribunal Penal internacional pudo mandar a sus agentes a detenerlo, o cursar la orden a la policía pakistaní o extraditarlo a Afganistán, y cumplir la eventual pena en Irán o Gaza, con derecho a elegir. Mandar a Garzón.  Había mucha gama.
La pulsión antiamericana se asienta en este caso  en el desprecio progresista, de formato  eurocéntrico (clásica supremacía postcolonial),  a la mera consideración de la posibilidades de viabilidad, de puesta a disposición ante la justicia, de Estados como Pakistán o Afganistán, con lo fácil que era cursar una orden de detención y su detención claro está. Cuando intuyen esta flaqueza racional se refugian en que debió ser detenido  “para que tuviera un juicio justo”. ¿Dónde? ¿Cómo?¿Con detención ilegal?
El eurocentrismo progresista no tiene en cuenta las condiciones objetivas reales, porque para tener ese fundamento racional tendría que considerar a los países o individuos del Tercer Mundo agentes, sujetos, por tanto responsables,  lo que resulta imposible. La absolutización del mal no admite la responsabilidad de  agentes concurrentes, por lo que  se les liquida de todo protagonismo. No existen.  ¿Pakistán, qué tiene  que ver con Bin Laden? Pakistán ni juzga ni detiene ni tiene nada que decir, como Afganistán. Son ausencias. Y eso que Pakistán es el país que necesariamente le hubiera tenido que haber detenido  para que Bin Laden “tuviera un juicio justo”. Aunque no sé si va por ahí el asunto. Porque no se lo iban hacer en la Zona cero.
Lo que hay que decir para camuflar el antiamericanismo  pulsional más chusco.

A los que gusten saber del fenómenso terrorista, de los nuevos agentes internacionales, es decir la documentación y el conocimiento lean  Guerras posmodernas  de nuestro amigo y compañero de La Puerta Jesús Manuel Pérez Triana, en la editorial ElCobre

2 comentarios:

Jesús Castellano dijo...

Para sus allegados, familia y pueblo, las víctimas del GAL tenían mayor perfil que Bin Laden, un cartucho quemado, como el bosque del Cuervo, según nuestro novísimo tripulante. ¿Me equivoco? Hay tiros que salen por la culata.

Lobo dijo...

Que Bin Laden estuviera refugiado en una mansión de la ciudad de Abottabad, cuna de la academia militar pakistaní y lejos de la frontera con Pakistán, tiene toda el aspecto de tratarse de un "arresto domiciliario" encubierto. Dicho de otro modo, la agencia Inter-Service Intelligence lo protegía.

Me cuentan que en el asalto intervinieron fuerzas pakistaníes al servicio de USA con la misión de bloquear en los cruces de carretera a policía y ejército. La misión se hizo en Pakistán y a pesar de Pakistán.