Vida americana de proximidad. Perros, sí; niños también

Ayer sábado había partido de fútbol y con unos amigos de los padres, después, granja; que siguen de boda en Lisboa. Ha sido el mejor y ha metido dos goles, y juega de maravilla, como su amigo de la foto, Ignoraba esas destrezas. El supermercado más próximo lo tenemos bastante lejos, más para alguien con la movilidad reducida. En la costa del Sol, Al, varias veces me repitió que en el último que hubiera pensado de verse en ese trance era en mí. Esta como maravillado, pero a la inversa.

Hoy hemos subido por la paralela de Taylor y cruzado la 14 y la 13 para  alcanzar el supermarket.  A la entrada un andino, ecuatoriano, boliviano o peruano o  si no próximo, hablaban de política de su país con mucho conocimiento de causa. A la gente ya les preguntamos directamente en español, de lo extendido que está. Yo no puedo transportar nada y XY lleva mi mochila.

los americanos si no saludan te sonríen; mujeres negras muy simpática y habladoras,  hacemos vida de barrio, sin bajar al entro, nuestra calle, la 16 termina lejos en la Casa Blanca, es muy residencial  y monumental; todas las iglesias cristianas, todos los grandes templos de las logias masónicas, organizaciones judías, ninguna mezquita de las cientos o miles que hay en el país y ni un solo bar, qué coincidencia

Estamos en Columbia Heigts, en el Tarjet, nuestro supermercado tradicional.  A la noche viene Mario con cervezas a vernos, un gran científico, sabio y original.

Le pido que si me puede cortar/recortar mis intervenciones en la película del Sáhara