La etapa de la Vuelta Ciclista a España que había de terminar
en Bilbao tuvo que suspenderse: el activismo furioso pro-palestino/anti-israeli,
forzaron a que eso ocurriera. Los etnicismos, herederos del carlismo y los fueros
privativos del Antiguo Régimen, tienen
la virtud de que, rescatados por las
castas burgueses, hayan logrado atraer
una constelación de perroflautas, antisistema, radicales, izquierdistas
agónicos, independentistas trabucaires todas las veces, a punto, o, en acto, de
violencia y agresión. No hay que negar su capacidad de aglutinamiento por similares
planteamientos tácticos avanzados. El motivo para que las hordas
internacionales de la galaxia de Hamás, atacara
con furia el vallado y el pelotón, bajo banderas palestinas e ikurriñas, era la
participación de un equipo de Israel en la competición. Antes apoyaban, colaboraban
y jaleaban el terrorismo de ETA. Ahora hibernada, se sublimaba todo aquel odio
vesánico de apoyo al terrorismo de ETA a Hamás, y la aniquilación de Israel.Todo ello ocurría al poco de que otra flotilla partiera
desde otro enclave carlista, Barcelona, hacía Gaza, sin provisiones en sus cubiertas que poder entregar, hecha pista de baile de mucho contento y satisfacción, ahítos de heroísmo, celebración
de sí mismos, bendecidos de epopeya; el muelle de Barcelona parecía la alfombra
roja del festival de Venecia. Con todas las vedettes henchidas. La famosa superioridad
moral de la izquierda no se entiende si no es exudando narcisismo, lucimiento y
pavoneo.
Estamos asistiendo a la mayor modificación del lenguaje con su extraordinaria desconexión significante/significado, algo solo al alcance de los totalitarios muy conspicuos, como nazis y soviéticos, que George Orwell retrató con maestría. El odio antijudío, puenteados los secuestrados todavía no asesinados, ha conseguido sacudir a Occidente con la construcción de una rareza, pero que es griterío de graderío, el brote silvestre hecho plaga, en el derecho internacional, del “genocidio israelí”, que se basa en la aclamación popular y mediática, un mainstream insólito, sin que decisiones, tribunales, organismos internacionales, investigaciones, lo hubiera formalmente declarado. Por eso los hooligans de Palestine, from de River to the Sea, la limpia de judíos, lo dramatizan al hacerlo depender del futuro de la Humanidad y el eventual reproche de la Historia. Una Solución Final, publicitada, mundial, cómplice, no secreta. Así de ambicioso es el genocidio tan investigado. Israel: la incondicional del mal; sin un solo atenuante, ni única democracia liberal, ni 20% de población árabe, ni intensa oposición interior a Netanyahu, ni el verdadero inicio de genocidio literal de Hamás el 7/O. No hay que fiarse de la euforia actual, sino prever el futuro. Los palestinos, sin apoyo en la región, muy previsiblemente no consigan sino masivas emigraciones. Y todos callarán entonces.
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